Dos jóvenes inocentes de aquél breve misterioso y dulce sentimiento, ambos fueron víctimas de lo que se hacía llamar "amor".
La mirada llena de dolor y salacidad del castaño expresó todo aquello que había guardado en los rincones de su solo y marginado corazón.
La necesitaba.
Ese fue el primer pensamiento que inundó la mente de Eclipse apenas vislumbró cómo Evangeline aparecía repentinamente en su cerrado campo de visión.
Fue una semana sin verla, una larga semana de ansiedad y dolores constantes en el pecho, sentía su corazón estrujarse al pensar en el hecho de que tal vez su salvadora lo había olvidado.
Sin pensarlo dos veces, la arrinconó con palabras desesperadas y con breves chantajes.
Lo único que deseaba era la atención de Evangeline.
¿Era tan difícil conseguir su afecto?
—Por favor béseme, mi señorita.—Sus pupilas se dilataron, sintió su respiración detenerse y su mente quedarse en blanco.
¿Un beso?
Para empezar, Eclipse era únicamente su escolta y no quería ensombrecerse con pensamientos inadecuados.
Sin embargo algo dentro de ella rogaba hacerlo, quería besarlo, aunque no lo aceptara por completo. Evangeline sabía que se sentía tentada a experimentar un pequeño roce de labios con su guardián.
Aunque suene incorrecto y salga de la moral y valores a la que su "familia" le inculcó respetar, ella quería hacerlo.
E iba a hacerlo.
Si, definitivamente iba a hacerlo.
—Bien, déjame recompensarte por tu ardua paciencia.—Suaves toques llenos de dulzura se expandieron por las mejillas del de orbes avellanas, manos tan cálidas y agradables cómo el sol ahuecaron su rostro brindando ese sentimiento tan inefable a todo su cuerpo, un sentimiento tan agradable que se sentía cómo derretirse en una nube de azúcar.
Con algo de fuerza la fémina atrajo a su atractivo acompañante hacía los confines de sus labios, con tranquilidad lo guió lentamento por el camino correcto buscando atenuar sus preocupaciones y ansiedades de las cuales ella misma era culpable.
Sonrío antes de dar la primera probada al cielo, dio una suave caricia con su pulgar derecho y finalmente unió sus labios en un beso dulce y tranquilo.
Movimientos calmados y serenos, sin mucho de más, ni menos de lo necesario, ambos sintieron todo el cariño del otro por medio de aquél contacto.
Puso sus manos al rededor de su cintura, sujetándola cómo si fuese pasajera y se esfumara al igual que un espejismo, no quería perderla de vista ni perder aquél momento tan especial.
Evangeline se sostuvo poniendo sus brazos al rededor de su cuello con cuidado de no lastimarlo, de a poco ambos iban subiendo el tono.
Finalmente se separaron, ambos se miraron fijamente sin decir alguna palabra.
Ella le sonrió con dulzura cómo usualmente hacía.
Él la observó expectante de su siguiente acción.
—¿Estás satisfecho?—dijo con una sonrisa ladina adornando su pálido rostro.
—Para nada, no es suficiente.—Sus frágilas y dekgadas manos se adentraron entre las hebras oscurizas de su cabello avellana, desenredando de forma juguetona sus alborotados cabellos, la mujer debajo de él lo atrajo bruscamente hacía si misma.
El mayor la observó atento, deseaba que tomara todo de él.
Si era Evangeline quién lo sometía, por fin podría decir que estaba satisfecho.
—Supongo que tendré que satisfacer tus necesidades, cómo tú ama, este es tú premio por ser tan obediente.—Sus dedos lo tomaron del mentón y procedió a besarlo con intensidad, sintió el deseo de poseerlo por completo.
Sus labios bajaron lentamente hasta su cuello mordisqueando y saboreando cada porción libre de su blanca piel expuesta.
La camisa barata se encontraba desabrochada, rota en algunas partes por la agresividad con la que Evangeline lo tomó del cuello.
Eclipse sonrió ante cada acto emitido por su dueña.
Sus manos exploraron cada milímetro de su pecho desnudo, sus cálidas manos a la mitad de la noche jugueteando con su querida mascota. Una ténue adicción se fue formando conforme la lujuria se intensificaba.
Suaves jadeos salieron precipitosamente de los labios del mayor ante la brusquedad de la mujer al morder una y otra vez de forma agresiva el cuello de su sirviente.
Con brusquedad marcó reitaradas veces su clavícula, hombros y cuello.
Todo el cuerpo del jóven gritaba ser de Evangeline.
La zafiro acarició con cuidado cada una de las heridas de las cuales ella misma fue autora y orgullosa de sus huellas impregnadas en él sonrió con satisfacción.
—¿Podemos jugar un poco más?—Soltaron los labios de Eclipse con nerviosismo al ver cómo su querida se había detenido.
Ella asintió con aquella sonrisa de siempre decorando su rostro.
—Tengo el resto de la noche, prometo jugar mucho contigo.—Y así mismo, nuevamente lo llenó de besos y muestras de afecto carnal.
Lo tomó del cuello y con cuidado lo lanzó a la cama, con rapidez quitó cada prenda sobre su cuerpo, sintió su líbido crecer conforme Evangeline se encargaba de despojarlo de sus ya escazas prendas.
Con sumo cuidado acarició su abdomen, bajó sus dedos por la longitud de su ombligo y llegó al inicio de algo que sus ojos deseaban ver.
Ella lo quería, lo quería a él y quería satisfacerlo.
Rió en voz baja y en un pequeño susurro finalmente habló.
—Perdóname por lo que voy a hacer, Eclipse.—El mayor se quedó atónito con sus palabras ¿tal vez para ella todo era un simple desliz?
Con aquella preocupación presente, se le hizo difícil soportar las lágrimas, lentamente sintió sus ojos llorosos.
Lágrimas brotaron por sus mejilla, Evangeline lo miró preocupada.
¿Lo estaba haciendo sentir mal?
¿Tal vez lo estaba forzando?
¿Se sentía acosado?
—Eclipse ¿Por qué lloras?—Lo tomó de las mejillas mientras su cuerpo descansaba debajo de ella.
Cruzaron miradas y ella pudo verlo.
—Maestra, lo que estamos hacíendo ahora...por favor digame que no es un sueño.—su voz sonaba quebradiza, sintió su pecho doler al verlo de tal manera por su propia culpa.
Negó lentamente y con cuidado besó sus mejillas buscando reconfortarlo.
—Es real, no es solo una recompensa. Estoy hacíendo esto porqué te amo.—Sus palabras lo dejaron atónito.
Él la miró con sorpresa y de la nada, más lágrimas empezaron a brotar.
—Yo también la amo, Maestra, la he amado desde que la vi por primera vez.—Evangeline sonrió con una expresión sollozante, definitivamente los dos se amaban.
Aquella noche llena de caricias y besos desenfrenados, fue la primera vez en la que Evangeline pudo experimentar aquel bello sentimiento llamado "amor".
Evangeline se sintió amada por primera vez.
Y Eclipse la amó.
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𝑺𝑳𝑨𝑽𝑬𝑹 𝑺𝑬𝑫𝑼𝑪𝑻𝑰𝑶𝑵━━El único final de la villana es la muerte
FanfictionEvangeline quería ser amada y Eclipse ser salvado. Al conocerse, Ella pensó en él únicamente cómo su escolta. Originalmente ellos debían mantener una relación de maestra y súbdito. Pero, Eclipse fue el primero en romper el muro que los distanciab...