<Episodio 18>

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(Narrador Omnisciente)

- Maestro, ¿qué quiere decir con ir repentinamente al norte? El norte es realmente peligroso en invierno.

- Si voy de prisa, es posible que llegue en la primavera del próximo año como mucho. – Respondió el anciano, mientras terminaba de guardar algunas cosas que necesitaría para su viaje.

Como de costumbre, Nocturne, regresó del condado Leopold tras comprobar el estado de Abelia, y se encontró con su maestro, Winston, que estaba haciendo las maletas.

- Llegará el invierno. Si vas al norte ahora, podrías quedarte atascado en la nieve si no tienes suerte. – Insistió el joven muchacho – ¿Es que no sabe que el Norte es un lugar que esta infestado de demonios en invierno? ¡Incluso hubo rumores de que en el norte, en invierno se cerraba los puestos de control y que no se permitía la entrada a nadie!
¿Por qué te vas de repente? – Sermoneo Nocturn.

En cuanto el anciano termino de empacar, y arreglar algunas cosas de su vieja clínica respondió a su pupilo.

- Conocí a una señorita que tiene la enfermedad del arte y solo le quedan unos meses de vida. Dijo que se iba al norte, así que se fue, pero no puedo evitar estar preocupado. – El viejo Winston se levantó y puso solo las hierbas, medicinas y herramientas necesarias en una bolsa cuadrada de cuero.

Nocturne no pudo hacer esto o aquello ante la decisión demasiado repentina de su maestro, y tenía una expresión de desconcierto en su rostro.

- No, pero ... es peligroso, Maestro. ¿No es el peor tipo de enfermedad del arte, usted lo dijo, a esa señorita solo le quedan unos pocos meses de vida?

- Oye. Estoy seguro de que fue la primera vez que esa señorita visitaba a un médico. - Al no tener nada mas que reprochas el joven quedó en silencio.

Siguió a Winston con la mirada, el anciano vestía una túnica blanca con un sombrero fedora planchado.

- Llamé al carruaje. Estará aquí pronto. – Aviso el anciano

- Llevaré la carga. – se ofreció Nocturn

- Estoy bien, no es necesario. No como que esté sin manos. – Reprocho Winston.

Incluso el joven si le decía que no fuera, el obstinado maestro, que ya había tomado una decisión, no parecía dispuesto a escuchar su descontento.

Poco después, vio un carruaje que venía de lejos. Nocturne con expresión preocupada suspiró profundamente.

- Si el Maestro va y la intenta sanar, ¿cuáles son sus posibilidades de vivir?

- Ya es un poco tarde para ella. Es lamentable, pero es casi como si fuera a morir en cualquier momento. - Winston guardó silencio.

- ¿Pero cómo era ella?

- Pues, parecía que había nacido en una familia bastante rica, pero el hecho de que llegara a ese punto, es que sus padres no le prestaron mucha atención. – Contesto Winston. - Creo que fueron padres amables. Si tan solo hubieran tenido un poco de interés, no habríamos llegado a este punto.

- Los padres que abandonan a sus hijos también son comunes. - Mientras Nocturne respondía con voz fría, un carruaje que corría se detuvo frente a Winston y Nocturne. Nocturne dejó la bolsa en la silla. Winston agarró la puerta, entró en el carruaje y miró hacia atrás. Y le aconsejó

- No seas vanidoso y trata al paciente de forma incondicional y justa.

- Sí, no te preocupes. Lo tendré en cuenta.- Winston puso los ojos en blanco y subió al carruaje. A través de la ventanilla del carruaje, Nocturne abrió los ojos y abrió la boca.

Art disease - [La enfermedad del arte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora