<Episodio 78>

221 19 0
                                    

¡Doloroso! Karina bajaba lentamente del estudio hacía su habitación para prepararse para el banquete, pero se detuvo ante el repentino dolor. Rápidamente miró a su alrededor, mientras contenía la respiración y apretaba su adolorido pecho. El intervalo de tiempo que pasaba entre un ataque de dolor y otro, se había acortado. En el pasado sentía dolor varias veces, los dolores eran punzantes y cortos, o leves y prolongados.

Pero el dolor más fuerte y duradero siempre llegaba en las noches. El problema empezó cuando los síntomas empezaron a aparecer gradualmente durante el día. Winston le había informado que como mucho, ella viviría un año. Eso solo significaba que sería completamente normal que dejara su último aliento de vida en ese instante. O incluso hasta dentro de un mes.

Karina hizo una mueca. Ella sentía calor, mucho calor, el dolor era cada vez mas aterrador. Y cada vez que respiraba se hacía mas fuerte, por eso dejaba de respirar tanto como podía. Por momentos deseaba no tener que respirar nunca más. Quería pintar.

Cuando se crea milagros el dolor desaparecerá, con el ceño fruncido y con mordiendo fuertemente el interior de su mejilla, Karina se sujetó de la barandilla y bajo las escaleras lentamente.

- ¿Karina? – Llamó alguien. Y Karina volvió a contener la respiración, era Milion. "¿Por qué esta aquí justo ahora?" se preguntó asustada. Y bajo la mano de su pecho, tratando de fingir que estaba bien, y sonrió suavemente.

- ¿Milion? ¿Qué pasó? – Dije tratando de sonar lo más casual posible. Pero mi corazón se estremecía. En verdad espero que mi voz no suene temblorosa. Milion no respondió, solo subió rápidamente las escaleras y acercó su rostro al mío.

- ¿Tuviste una convulsión? – Preguntó examinándome con la mirada.

- Sí...? -Dije finalmente.

- ¿Hace cuánto? ¿El dolor es muy severo? ¿Por qué no me llamaste? – Preguntó mientras me cargaba rápidamente y bajaba las escaleras.

- ... - No dije nada, no quería darle muchos detalles. Realmente no quiero que sepa.

Incluso si se molesta trataré de fingir que no se nada. No quiero mostrarle este lado mío.

Todos saben que el sentir dolor no es un pecado. Pero para Karina, el dolor era un pecado que no podía permitirse mostrar, así la educaron, ella siempre tuvo que soportarlo, por eso no se acostumbraba mucho a la situación.

- ¿No estuviste con Ferial hoy? – Preguntó Milion.

- Sí... - Contesté tratando de calmar el temblor de mis manos.

- No es necesario que hables, con que asientas con la cabeza es suficiente. – Dijo preocupado. Caminando directamente a mi habitación. Fue tan rápido, que ni siquiera pude ver correctamente lo que tenía alrededor.

- ¿Cómo lo supiste? – Pregunté refiriéndome al dolor.

- Aunque te esfuerces en esconderlo, solo mirándote puedo ver como te sientes realmente. Estoy harto de que lo ocultes.

- ...

En solo unos meses él sabía de mí, todo lo que las personas que vivieron conmigo durante veinte años desconocían.

- La verdad... Es injusto. – Reclamé.

¿Porque su corazón tiene que llegar tan lejos solo para cuidarme? ¿Cuánto tiempo más podré apoyarme en él? El sudor frio recorrió mi frente.

Mi espalda ya estaba humedecida. Y ahora no podía pensar con claridad, sentía que alguien estaba drenándome la sangre, todo se tornó borroso, y sentí que todo a mi alrededor giraba.

Art disease - [La enfermedad del arte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora