<Episodio 36>

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(Milion)

- Esa es la razón por la cual no fui a ver al médico del conde cuando me sentía mal. – Terminó de decir Karina.

Estaba apoyado contra la pared, fuera del cuarto de Karina, no quería escuchar a escondidas, mi habitación esta cerca de la de ella, solo subí para intentar calmar el enojo que sentía. Pero, cuando estaba a punto de pasar por su habitación escuche una parte de su conversación, pues había dejado la puerta entreabierta.

En verdad no tenía interés de escuchar a escondidas, me gusta resolver las cosas de frente. Al menos así era con las personas, eso no aplicaba para las batallas contra monstruos o guerras.

- "Y ese día, por primera vez en mi vida, mi madre me golpeó. "

Pero, al escuchar aquellas palabras, quedé tan impactado, que no tuve mas remedio de detenerme y apoyarme, en la pared, justo al lado de la puerta. Mientras estaba allí, fui escuchando historias realmente desesperanzadoras, resulta que su relación con su familia era mucho peor de lo que yo pensaba.

No era la historia de mi vida, pero, mi corazón se aceleraba al escuchar sus palabras, incluso no pude evitar dibujar una débil sonrisa triste en mi rostro... Después de que terminara la conversación, levanté mi cuerpo y entré en mi habitación.
Ella no pudo actuar como una niña, aunque realmente lo era, solo podía retener su frustración, sus padres construyeron una pared enorme a su alrededor. Como no pudo derribar aquellos muros, siempre se limitó ella misma, como si aquello fuera natural. Se que mi padre fue algo estricto conmigo en lo que al trabajo y responsabilidad respecta, pero también me permitió experimentar la libertad. Pero ella no, ella era muy diferente a mí. Desde el principio, no pudo saborear lo que es la libertad. El mundo que sus padres hicieron para ella, era lo único que conocía.

Inesperadamente, me enteré de su pasado yo mismo, ahora tendré que escuchar sobre la enfermedad, no tengo la intención de hacerlo en secreto. Estaba dispuesto a intervenir. Torcí los labios con amargura.

•••

(Karina)

La luz de la luna entraba por la ventana, dejé escapar un breve suspiro y me froté la cara un par de veces con irritación, estaba frustrada por ser una prisionera. Arrastré la mesa de té frente a la ventana y me senté, sacando papel y lápices. Como si ese fuera un hábito.
Por la tarde, después de que Winston escuchara mi historia, puso una expresión compleja, pero sutil, hizo algunas preguntas mas y escribió algo en una hoja de papel, haciendo una promesa.

Saqué un pequeño cuaderno escondido en mi vestido, fui ojeándolo de a poco, hasta que el monstruo que había dibujado durante el día se revelo de en medio de todos. Después de pensarlo brevemente, comencé a trazar.

Dibujé una curva llenando el papel. Dibujé la cara, y la armadura de hierro índigo que brillaba a la luz del sol, tracé unos cuernos que parecían poder perforar un cuerpo humano. Agregué miles de crestas, grandes y pequeñas, agrupadas en un caparazón rugoso y la figura se volvió cada vez mas clara y feroz.

Hertha, parecía a punto de saltar fuera del dibujo en cualquier momento. Dibuje sus afilados dientes, amenazantes, y sus ojos brillantes. Para terminar, solo necesitaba pintar el dibujo.

Ahora que me doy cuenta, no tengo nada aquí, todo lo que traje fueron mis pinturas y lápices, no tenía ni mi caballete, ni mis paletas de colores, en la mansión del conde, tenía varios tipos de pinturas y pinceles, por lo que era difícil no pintar de inmediato. Cuando desperté de entre mis pensamientos. Sequé la figura que dibujé y la miré, sentía como el dibujo me devolvía la mirada.

Un poco frustrada al no poder terminar mi dibujo, me levanté, y puse el papel sobre el escritorio. Mañana tendría que ir a comprar pinturas, aunque no traje mucho dinero, creo que será suficiente. Podría pedirle ayuda a Milion, pero sería vergonzoso. Seria lastimoso que la primera hija de los condes no tuviese dinero suficiente para comprar herramientas de arte baratas.

Aunque, si tuviera que hacerlo, podría decírselo a todo el mundo, pero no quiero molestar a Milion, no quería recibir ninguna mirada de lastima o comprensiva, no de parte de él.

Rebusqué un poco en el escritorio, buscando algo que me pudiera ser útil para terminar mi dibujo, pero en su lugar, encontré mi cajita de madera, no parecía lujosa, pero le tenía aprecio, abrí con cuidado la tapa de la caja, y vi dentro una pequeña joya, que brillaba mas en la oscuridad.

Era aquel collar tosco con una extraña piedra llamada 'Haron' que me dio Milion. Las palabras que me dijo al dármelo, no fueron rebuscadas ni complejas, fueron sencillas, per conmovió mi corazón más que cualquier otra cosa que haya escuchado. Acaricié la piedra que brillaba aun mas a la luz de la luna, y la coloque con cuidado en mi palma.

Aun no se si es solo mi imaginación, pero, cuando tocaba la piedra, sentía como una energía fría se filtraba por mi cuerpo. Mi estomago se relajaba y mi fatiga parecía desaparecer. "Es como si fuera magia", pensé. Después de un tiempo, volví a guardarla con cuidado en la caja. Me puse de pie y coloqué la caja junto a la figura incolora de Hertha. Miré la figura con pesar, no la pude completar hoy... Me di por vencida en ello, y me acosté.

•••

- Ayer sucedió algo inesperado, así que no pude inspeccionar correctamente y ni siquiera pudimos conseguirte ropa de invierno. – Dijo Milion encogiéndose de hombros,

Vi cómo se acercaba a mí, y agachaba su cara ligeramente acercándola peligrosamente a la mia, estaba demasiado nerviosa como para reaccionar, pero estoy segura de que mi cara estaba tan roja como un tomate maduro. Pero después de un segundo, le levantó del suelo, y me sentó en el carruaje. Yo solo quedé rígida ante aquel acto, y no pude decir ni una sola palabra.

Milion le dijo algo al cochero y rápidamente se subió al carruaje.

- Esta mañana, ¿Tuviste problemas para levantarte? – Preguntó Milion, en un tono serio, pero a la vez burlón.

- ¿Sí? – Pregunte desconcertada, porque pensaba eso...

- Pues sí, hoy no me sentí vigilado. – Dijo sonriendo ampliamente. Y sentí mi cara arder, ahora entiendo, el se refería a que siempre lo veía mientras hacía ejercicio cada mañana. Como es que se dio cuenta, estoy segura de que fui cuidadosa... 

Art disease - [La enfermedad del arte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora