<Episodio 51>

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- ¿Lo que llevas es una carta? – Preguntó Ferial

- Sí. – Respondí, asintiendo con la cabeza. Sin querer miré el pomo de la puerta, aun estaba algo confusa, pero tenía que hacerlo, así que extendí la mano con cuidado, y lo cogí. Ferial iba detrás de mí.

- ¿Iras conmigo Ferial? – Pregunté.

- Si, no sabes que es lo que podría pasar si te encuentran, así que te acompañaré. – Dijo seguro. – Aparte, de que, si algo te pasa, Milion no me dejaría vivir mis últimos días en paz. – Agregó con tono burlón. Yo no pude evitar sonrojarme ante sus divertidas palabras, y asentí.

Los ojos de Ferial se agrandaron al ver las enrojecidas mejillas de Karina. "Ella esta..." no pudo completar sus pensamientos, sintió como todo encajaba a la perfección. Pronto se dio cuenta de que Karina, ya tenía a alguien en su corazón. Aunque él antes pensó que ella no estaba interesada en la gente, por la indiferencia que mostraba, tal parece que él era el único que pensaba eso.


Giré el pomo de la puerta dudosa, pero finalmente la abrí, ante mi se revelo un paisaje bastante familiar. Aquel que era mi único refugio.

- Esta... - Intenté hablar, pero el nudo de mi garganta no me lo permitió. – Esta era mi habitación. – Termine finalmente, y las palabras resonaron por el lugar.

Cerré la puerta tras de mí, y entre. Nada había cambiado. Se sentía un ligero olor a humedad, y se había acumulado algo de polvo, pero la habitación en sí, no tenía ningún cambio.

Los ojos de Karina todavía estaban dorados.
Ferial cogió el pomo de la puerta que Karina había cerrado y lo giro, aun perplejo ante la situación, pero lo que encontró del otro lado, no era el estudio que Milion había preparado para Karina, en su lugar, ante él, estaba un pasillo, ordinario, que se podía ver en cualquier otra mansión,

- Yo.... – Intenté volver a hablar, pero esta vez no pude, vi como Ferial fruncia el ceño y me miraba insatisfecho, esperando que terminara la oración, pero rápidamente volví la cabeza, esquivando su mirada.

- Ojalá me lo hubieras dicho con anticipación. – Dijo. – No sabía que abrirías la puerta. – Ante sus palabras, yo me rasqué la mejilla avergonzada.

- Nunca nadie visita mi habitación, pensé que no habría problemas si abría la puerta y entraba. – Dije excusándome. Aún así, Ferial se veía descontento.

Ferial escaneo lentamente la habitación,

- Es diferente de las habitaciones habituales de señoritas nobles. – Mencionó.

- ¿Cómo es la habitación habitual de una señorita noble? – Pregunté curiosas

- Bueno, siempre estan llenas de decoraciones, camas de colores, cortinas abultadas... básicamente con muchos adornos aquí y allá. – Dijo lentamente como respuesta. Yo simplemente me encogí de hombros.

Nunca me habían invitado a la casa de nadie, así que no tuve como mirar los alrededores de las habitaciones de otras señoritas, nunca visité otras mansiones en general.

- No sé. – Dije con calma, apoyando la mano en el alfeizar de la ventana. Ferial se quedó en silencio. – Yo también quería hacer amigos... en una lástima. – Dije mas para mi que para Ferial. Pero al volver a verlo, se veía la expresión de amargura en su rostro. Como si sintiera el dolor que escondía tras aquellas palabras.

Es cierto que decir aquello me dolía, pronto moriré, y no tendré amigos que lloren por mí, mi existencia era tan irrelevante... Realmente daba igual lo que me fuera a pasar, no creo que alguien se moleste en preocuparse.

Art disease - [La enfermedad del arte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora