Art disease - [La enfermedad del arte]

<Episodio 82>

Los labios de Karina estaban rojos y brillantes. Milion al verla relamió sus labios y rápidamente la beso una vez más.

- ¿Mil....Milion...? – Llamó Karina, dándose cuenta de lo que acababa de pasar. Para ella todo fue muy repentino. Jamás planeó ese beso, tampoco pensó que sucedería, pero le gusto, sin embargo, no podía admitirlo... no se lo permitiría.

(Karina)

Desde mi llegada al ducado, siempre pensé que sería difícil acercarme a él, siempre creí que el tiempo que me quedaba no era suficiente para llegar tan lejos en nuestra relación... Besarlo así... Aunque quisiera no podría dejar que esto continue, me es imposible herirlo...

Cuando levanté la cabeza y me encontré con su desconcertada mirada, pude notar que él estaba tan abrumado como yo.

"Loco" Esa era la única palabra que rondaba por la cabeza de Milion. Se preguntaba ¿Cómo se había atrevido a besarla? ¿Por qué no resistió ese torpe impulso?

- ...

- ...

Ninguno de los dos se atrevió a romper el silencio. Karina respiró hondo, y examino atentamente la expresión de Milion. Cuidando que en su rostro, no se notaran sus sentimientos. Ella sabía que con el paso del tiempo le seria imposible no entregar su corazón a quienes la rodean, pero no quería que él la quisiera.

A ella le gustaba cada roce que él le regalaba, disfrutaba de su calidez, y atesoraba todos los momentos y recuerdos que acumulaba a su lado. Pero ahora, solo podía permitirse actuar con indiferencia.

- Buenas noches. – Se despidió Karina.

- ¿Qu- qué? – Tartamudeó Milion.

- Creo que la noche en el norte es muy hermosa. Quizá llegue algo temprano, pero el cielo esta iluminado con las brillantes estrellas y no tengo miedo. – Mencionó ella cambiando de tema.

Cuando aún estaba en el condado, pude escuchar todo tipo de rumores acerca del norte, los nobles rumoreaban que el lugar era frío y poco acogedor, rodeado de monstruos, montañas y bosques. Muchos hablaban y se negaban a siquiera intentar llegar, pero cuando vine, noté que la vida aquí no es tan dura, ni tan aterradora. Me gusta estar aquí, se siente como mi hogar...

Aún sostenía las manos de Milion, podría jurar que podía sentir los latidos de su corazón... Era un momento tan mágico como la imagen de cielo estrellado...

- Parece que hay un rio plateado en el cielo, y la gente es amable y amigable, por supuesto Milion también lo es... - Murmuré.

- ¿Karina...? No entiendo... - Susurro.

- Es la primera vez que me consuelan de esta manera, pero de todas maneras se siente bien... gracias. Al parecer, esta noche podré dormir sin problemas, y prometo que no me enfermaré. – No era necesario que él sepa lo que pienso... aun así creo que lo estoy confundiendo demasiado, pero no importa mucho...

Esta situación no debió de haberse dado, tengo que salir, ya sea por desviando el camino o atravesando en medio de todo... lo mejor es hacer como si esto no hubiera pasado...

- ... - Milion se quedó en silencio, parece que entendía lo que estaba pensando, su rostro estaba sonrojado, sonreí al caer en cuenta de que probablemente no me vería mejor... - El cielo dices...??? – Preguntó sentándose al final del catre.

Después de escuchar su grave voz, pude notar que estaba mucho más confundido de lo que parecía, pero es lo mejor... prefiero no responder, el beso quizá para él en verdad solo fue una forma de consolarme, o a lo mejor ¿lastima? O tal vez un impulso... Pero no puedo dejar que el descubra cuales son mis sentimientos. Lo mejor es que sigamos siendo invitada y anfitrión, una pareja de ex prometidos...