5. Mentiras blancas

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No sean lectores fantasmas. Me encanta leer sus comentarios.

—¿Qué tal si vamos a celebrar este fin de semana? —propuso a los otros tres que se encontraban guardando sus cosas después de haber terminado las clases, uno de ellos con más prisa que los otros

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—¿Qué tal si vamos a celebrar este fin de semana? —propuso a los otros tres que se encontraban guardando sus cosas después de haber terminado las clases, uno de ellos con más prisa que los otros.

—Lo siento, tengo algo que hacer —respondió Jungkook.

—Vamos, Jungkook. Cumpliste las horas de voluntariado antes que todos nosotros y sigues yendo al hospital aunque no tienes la obligación de hacerlo -se quejó Minghao.

Ya habían sido varias las veces en las que Jungkook los dejaba plantados con la excusa de que tenía que ir al hospital.

Nadie de ellos sabían que era lo interesante que su amigo encontraba en ese hospital, cuando el voluntariado comenzó, se quejaba todo el tiempo de tener que estar en un hospital que siempre era frío y con olor a medicamento y desinfectante.

—Saldré con ustedes la próxima vez. Tengo que irme. —No esperó nada más de parte de los otros tres y se fue a paso rápido, casi corriendo.

—¿A dónde vas, Minghao? —preguntó Dahyun en cuanto lo vió caminar en la misma dirección que se había ido Jungkook.

—¿No tienen curiosidad sobre qué está haciendo Jungkook casi todos los días en el hospital?

—La verdad no.

Tanto Minghao como Dahyun se sorprendieron al oír contestar a Yeonjun, después de todo era esa persona del grupo que se limitaba a quedarse en silencio casi todo el tiempo, mientras hacia Buda sabe qué en su tableta.

—Pues yo sí quiero saber.

Al final los tres fueron al hospital. Cuando llegaron preguntaron por Jungkook, dijeron que tenían algo importante que decirle y la recepcionista terminó por decirles dónde estaba el chico.

Tras vueltas de un lado a otro, perdiéndose entre los pasillos y puertas que parecían todas iguales, por fin encontraron la habitación ciento ochenta y siete.

—¿Qué se supone que hagamos ahora?

—Tocar la puerta —no dejó a su amiga objetar contra lo impulsivo de la propuesta, ya había dado tres golpes a la puerta de madera con los nudillos.

—¿Se les ofrece algo?

La persona que había abierto la puerta fue un chico de aspecto delgado, demasiado como para ser saludable, cabello castaño y revuelto, ojeras notables y una expresión de confusión por los desconocidos que habían tocado a su puerta ese día.

—¿Conoces a Jeon Jungkook? Hace su voluntariado en este hospital, lo estamos buscando.

—Fue por algo a la cafetería, regresará pronto. ¿Quieren pasar? —Se hizo a un lado y los tres aceptaron su invitación con algo de duda.

—Es la habitación de hospital más colorida que he visto —dijo la única chica en el cuarto cuando vió todos esos dibujos en las paredes, los veía con una sonrisa apenas distinguible.

—Lo dices como si hubieras visto muchas —se burló su amigo.

—¿Son amigos de Jungkook? —interrumpió antes de que empezaran a preguntar sobre los dibujos en la pared izquierda.

—Si, vamos a la escuela juntos. Me llamo Dahyun, él es Minghao y él es Yeonjun —dijo señalando a ambos, el último haciendo una ligera seña con la mano como saludo.

—Yo me llamo Kim Taehyung.

Pasaron unos minutos en los cuales Taehyung descubrió algunas cosas, como el hecho de que Jungkook no salía a divertirse como antes.

Antes de que pudieran hablar más la puerta fue abierta por Jungkook, quién vió a sus tres amigos con mala cara.

Sacó a los tres casi a la fuerza y les dijo que no tenía que preocuparse por el, no tanto como para seguirlo. Ellos se disculparon y, aunque tenían algunas preguntas, decidieron que luego aclararían todas y se fueron.

—No es necesario que vengas el fin de semana también, de lunes a viernes vienes a hacerme compañía, tus amigos dijeron que no sales mucho. De cualquier forma, Beomgyu y mis padres vienen, así que no estaré solo.

—Es aburrido salir a un karaoke todos los fines de semana solo para oír a un montón de personas cantar desafinado y ver cómo mis amigos ligan con chicas.

—Supongo que será mejor que pasar el fin de semana aquí.

—Me gusta pasar el tiempo contigo, no es problema para mí y además, tengo que cumplir las horas de voluntariado.

Taehyung ya sabía que lo último no era verdad, que Jungkook había acabado hace mucho con las horas que le correspondían y había pasado la prueba de la escuela.

Pero se dió cuenta de que no podía hacer nada si Jungkook de verdad quería estar en el hospital.

—La cirugía se tendrá que hacer —dijo con un suspiro la doctora

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—La cirugía se tendrá que hacer —dijo con un suspiro la doctora.

Los padres del chico lo miraron, esperando a ver su reacción.

—¿Podemos esperar dos semanas más? —fue lo único que dijo y la doctora se extrañó por la petición—. Jungkook se va a una excursión de la escuela en dos semanas —explicó—, no quiero que se preocupe de más.

Tanto sus padres como la doctora estuvieron de acuerdo con su petición.

Pensó mucho en la operación esa noche, sabía que era peligroso a pesar de que también sabía que los doctores eran muy buenos, y no podía negar que tenía un enorme miedo.

—Mamá dice que te van a operar de nuevo.

—Si, pero solo será para que pueda respirar mejor. En dos semanas voy a poder respirar mejor. —No era verdad.

—Aunque yo no puedo respirar bien, me da miedo que en abran en pecho, aunque los niños de la escuela se burlen de mi porque no puedo alcanzarlos. ¿Duele?

Taehyung negó con una sonrisa y acarició su cabeza.

—No me va a doler, Beomgyu. Aunque duele un poco al día siguiente, pero está bien, no te preocupes.

Mentiras blancas les llaman, como el hada de los dientes y Santa Claus.

Taehyung mentía muchas veces, decía que se sentía bien, que no le dolía, solía decirle eso siempre a sus padre y a su hermano, aunque últimamente también lo hacía con Jungkook.

Y era lo mejor a su parecer.

Algieba: La Habitación De Las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora