Dibujo 131: Centaurus.
Cosa número ocho de la lista de cosas que hacer antes de morir de Kim Taehyung. Aprender a andar en patineta.
—Esto es una locura, Jungkook —dijo Taehyung mientras veía como Jungkook iba de un lado a otro subido en la patineta.
Ese día Jungkook llegó un poco más tarde y trajo una patineta consigo, sin importar cuántas veces Taehyung le dijo que no, el se negaba a dejar una sola cosa sin tachar de la lista.
Había saludado en un tono cantado las buenas tardes, llevaba la patineta en una mano e incluso esperó a que los rayos del sol no quemaran para ir por una silla de ruedas.
—Ni hablar, no me voy a sentar en esa cosa.
—De esta manera será más fácil llevarte, de otra manera te cansarás antes de que lleguemos a el área verde.
—Ni que tuviera rotas las piernas.
Después de que se negara múltiples veces, Jungkook se reusó a seguir tratando con ese chico terco, lo cargó como si fueran una pareja entrando a su habitación de hotel la noche de bodas, solo que en lugar de tirarlo a una cama con pétalos de rosas lo sentó en una silla de ruedas y le puso un cinturón de seguridad.
Así es como llegaron a ese momento, Taehyung sentado en una de las bancas cruzando los brazos y las piernas, viendo a Jungkook en la patineta.
—La doctora Ahn se enojará contigo si sabe esto.
—La doctora Ahn fue quien me dió permiso de sacarte. Sube.
—Si aprendo a andar en patineta, ¿me dejas saltarme una cosa de la lista?
—Ni hablar, tenemos que hacerlas todas. ¿Qué tal esto? Si aprendes, te llevaré a un lugar bonito en tu cumpleaños.
—¿Sabes cuándo cumplo años?
—Expediente médico.
—Lo olvidé.
Taehyung terminó con tres banditas de colores en el codo derecho porque cayó de la patineta un par de veces.
Descubrió que caerse de una patineta no daba tanto miedo como besar a Jungkook.
Y cuando después de tanto practicar pudo estar de pie sobre la patineta que se desplazaba por la zona pavimentada, también se sintió vivo, porque su corazón latía tan rápido y el aire que daba contra su rostro era tan fresco.
—¿Por qué te ríes si te duele? —preguntó Jungkook mientras colocaba la última bandita en la herida del codo.
—Porque me contagiaste lo lunático, Jeon Jungkook.
Dibujo 142: Betelgeuse [estrella de la constelación Orión].
Cosa número dos de la lista de cosas que hacer antes de morir de Kim Taehyung. Comer un helado gigante.
Los pequeños labios de Beomgyu hicieron un círculo al ver lo que estaba frente a sus ojos, un helado de un tamaño mayor al de su propia cabeza.
Jungkook sumó una tercera cuchara al helado, puso el temporizador en su celular, porque si iban a comer un helado de tal tamaña entres tres personas, tendrían que agregarle un poco de interés al asunto.
Y unos segundos antes de que el tiempo se acabara, comieron las últimas cucharadas de helado de durazno. Lo habían logrado y Jungkook había tachado una cosas más de la lista, pero los tres con un dolor de cabeza por haber comido algo tan frío y tan rápido.
—Jungkook, más te vale no tirarme —advirtió mientras se acercaba a el chico que estaba en cuclillas.
—Soy fuerte y tú estás más delgado que un fideo —se burló, porque Taehyung en realidad estaba muy delgado.
Ya eran casi las ocho de la noche y Jungkook aún no volvía a casa, porque se había quedado ayudando un poco más de tiempo en el hospital, avisó a su padre que no iba a llegar a cenar porque estaba haciendo horas extras y que cenaría algo de camino a casa.
Ahí fue cuando Taehyung tuvo una pequeña complicación, que la parte del techo que podía alcanzar subiendo a la cama, ya estaba toda ocupada por dibujos y con una silla no podía alcanzarlo.
Jungkook tuvo la idea de cargarlo en sus hombros para que pudiera alcanzar.
Taehyung se acomodó para sentarse en sus hombros, cada pierna a cada lado y casi muere de un infarto cuando Jungkook le hizo una broma pesada, fingiendo que lo iba a tirar.
Al final, el dibujo quedó en su lugar y Jungkook bajó con cuidado a Taehyung mientras recibía suaves golpes en la cabeza por haberle dado tal susto en el proceso.
—Ya tengo que irme, nos vemos mañana.
—Está bien, ten cuidado en el camino.
Taehyung pensó que recibiría un beso de despedida, pero no fue así.
—¿No se te olvida algo?
Verificó que llevaba todo y vió alrededor de la habitación por si había en realidad algo que estuviera dejando olvidado, pero no fue el caso.
—¿Qué?
—Piensa en ello, es algo muy importante. —Vió como el contrario fruncía el seño tratando de dar con la respuesta—. Pero que lento eres, Jungkook.
Si previo aviso se bajó de la cama y fue hacia Jungkook para plantar un beso apenas duradero en sus labios, luego lo empujó hasta que estuvo fuera de la habitación y cerró la puerta sin decir algo más.
Ese día, cuando Jungkook se giró hacia el edificio blanco después de cruzar la calle, vió la sombra de alguien en una de las ventanas con las luces encendidas, agitando la mano a su despedida. Imitó aquel acto con una sonrisa y volvió a casa.
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Algieba: La Habitación De Las Estrellas
FanfictionPasar los días mirando por la ventana de un hospital al mundo sin detenerse se había vuelto una rutina. Podría morir dentro de siete años, pero también al día siguiente. Su mundo estaba en pausa hasta que llegó él, porque entonces todo se aceleró...