Canción: Fourth Of July
No sean lectores fantasmas. Me encanta leer sus comentarios.
—Tu madre dijo que llegaría un nuevo tratamiento —dijo de la nada mientras centraba su atención en el lápiz de color sobre la hoja.
—Si, en tres semanas. Si no funciona está bien.
—¿Hay algo que quieras hacer estos días? En dos semanas tengo la excursión, me quedaría contigo, pero mi profesor dijo que contaría para la calificación de ciencias sociales, es un fastidio.
—Toma muchas fotos, me las enseñas cuando vuelvas.
—Podría llevarte en mi maleta, así podrías ver todo con tus propios ojos. Estás demasiado delgado, seguro que cabes.
Recibió un pequeño un golpe en el brazo que casi lo hace pasarse de los límites de las líneas del dibujo.
—Si el tratamiento funciona, probablemente pueda ir de vacaciones con mi familia en invierno. Podríamos ir un día a hacer un muñeco de nieve. —Dejó de pintar por un momento y miró hacia la ventana con la persiana levantada, el cielo estaba cubierto por nubes grises y era un día con bastante viento.
—Te llevaré a patinar a la pista de hielo también, hay un lugar que conozco donde venden el mejor chocolate caliente que hayas probado en la vida —decía mientras hacía ademanes algo exagerados—, también podríamos ir a ver los fuegos artificiales en año nue... —dejó de hablar cuando vió los ojos brillantes del contrario por las lágrimas que amenazaban por salir—. ¿Dije algo malo?
Lo vió agachar la cabeza y notó dos lágrimas caer sobre la sábana blanca que cubría sus piernas. Sin pensarlo se levantó y se acercó a el para abrazarlo.
Notó que era fue la primera vez que se abrazaban. Taehyung era tan delgado y se sentía como si en cualquier momento fuera a romperse.
Taehyung no había llorado frente a nadie desde hace muchos años, las únicas personas frente a las cuales podría haber llorado pudieron haber sido sus padres y su hermano, pero no permitiría que se preocuparan de tan forma por él.
Pero ahí estaba, abrazando a Jungkook mientras sus lágrimas mojaban su playera.
—Tengo miedo, Jungkook. De no poder hacer todo eso, de no poder estar este año para desearle feliz navidad a Beomgyu, de no poder ver su cara de emoción al abrir sus regalos.
—Está bien tener miedo, llora cuánto tiempo quieras, yo estoy aquí. Sea como sea lo harémos, el tratamiento te hará mejorar he iremos a hacer muñecos de nieve, será todo un ejército.
—Iré con el director de la escuela para que arregle esto —dijo con preocupación mientras inspeccionaba la zona roja en la mejilla de su hijo.
—Dirán que soy un llorón.
—¿Y qué importa? No importa lo que digan esos niños, eres más fuerte que ellos en muchos sentidos.
—Ni siquiera puedo correr sin tener que detenerme para tomar aire.
—Beomgyu, si te sientes mal tienes que decirnos, si dejas que los demás se aprovechen de ti entonces solo te vas a dañar.
—Pero se burlarán más de mi.
—¿Y qué te dicen esos niños?
—Que soy un llorón, que no puedo hacer nada yo solo y que Tae no existe. También dicen que mis verdaderos padres no me quisieron.
—Recuerda esto, Beomgyu. Llorar es de valientes, todos podemos ser buenos en algo y tú eres bueno dibujando, eres un muy buen niño y eso es lo mejor que puede haber en una persona. Nosotros te queremos, papá, Tae, los abuelos y yo, también tienes a Yeontan que parece verte como si fueras el mundo entero. Así que la próxima vez que digan esas cosas, simplemente enséñales la lengua, ríete a carcajadas y dile a un maestro. ¿De acuerdo?
El pequeño asintió con una sonrisa.
Dos días después, el día que fue a visitar a Taehyung junto a sus padres al hospital, tomó prestado uno de los dibujos hecho por el de la pared derecha, el que, en su opinión, era el mejor que había hecho y caminó por los pasillos preguntando a doctores, enfermeros, enfermeras y pacientes si creían que el dibujo era bonito, todos contestaban con una sonrisa que era bastante bonito y que seguro que en el futuro sería un gran artista si eso quería.
Regresó a la habitación de su hermano con pequeños saltos de la felicidad que no cabía en su pecho.
La puerta estaba cerrada, lo cual le extrañó porque sus padres, siempre que iban de visita, la dejaban abierta. No se detuvo a pensar que tal vez algo estaba pasando del otro lado y la abrió.
—Tae todos dijeron que...
Sin duda no se esperaba encontrar aquello. Creía que probablemente sus padres estarían con Tae hablando sobre como iban las cosa o a la doctora Ahn explicando algo con esos conceptos que solo los médicos y Tae entendían. Sin embargo, ni sus padres, ni la doctora estaban ahí.
Taehyung estaba como siempre sentado en la cama, pero Jungkook estaba con ambos brazos apoyados a los costados de su hermano, sus caras estaban muy cerca y sus labios a unos dos centímetros de juntarse.
Se separaron al instante, ambos nerviosos.
—Yo... Solo estaba...
—Le dije a Jungkook que revisara si tenía una basura en el ojo.
—Si, eso.
—Pero Jungkook no estaba mirando tus ojos. —Tenía una pequeña sonrisa en el rostro y no parecía disgustado por lo que había visto.
Tal vez Beomgyu era pequeño aún, pero en la escuela ya te enseñan de todo, además había visto demasiadas películas y series de romance con su madre como para saber que esa no era una simple inspección.
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Algieba: La Habitación De Las Estrellas
FanfictionPasar los días mirando por la ventana de un hospital al mundo sin detenerse se había vuelto una rutina. Podría morir dentro de siete años, pero también al día siguiente. Su mundo estaba en pausa hasta que llegó él, porque entonces todo se aceleró...