Curiosidad

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Algo hizo clic en su interior despertando otra vez aquel sentimiento que hizo que sus mejillas se pusieran rojas, desapareciendo la timidez y dejando solo el deseo animal de devorarlo completo. Su naturaleza omega estaba diseñada para adecuarse a los diferentes machos y sentirse a gusto con ellos, excitándose a sí mismos.

Corriéndose más al borde de la cama, tomó por la nuca a Dante y lo atrajo hacia él para tocar sus labios con los suyos. El lobo puso sus manos sobre los muslos para sostenerse mientras devoraba aquella cavidad que tanto deseaba. Su lengua logró escabullirse con ánimo, enrollándola con la del lobo menor haciéndolos gemir a ambos. Lo que más le preocupaba al alfa era que para esa altura, apenas unos toques y estaba realmente duro, no sabía si sería capaz de controlarse y menos después que el olor de él cambiara drásticamente a uno tan dulce que solo lo excitaba más.

No faltó mucho para que sintiera los delicados dedos hurgando en el borde de su pantalón y Dante lo ayudó. El mismo quería que él llegara rápido a su objetivo. Nunca pensó que dejar que alguien más tomara el control sería tan bueno.

La prenda se deslizó suavemente por los gruesos muslos hasta las rodillas dobladas. Lukyan se bajó de la cama y se arrodilló también frente a él sin romper el beso. Dante lo rodeó por la cintura y lo atrajo hacia él hasta pegarle la espalda al borde de la cama mientras sentía la fricción entre el material de la túnica y su miembro sin restricciones.

Se separó del menor con un hilo de saliva que unía ambas lenguas y soltó un jadeo. La imagen ante él era lo que esperaba. Su instinto decía que su compañerp estaba sintiéndose bien, que no había miedo ahora, que sus inseguridades estaban en segundo plano y eso solo le indicaba lo compatibles que eran sus cuerpos para acoplarse y dejarse llevar por el placer.

Sonriendo lp tomó por la muñeca y llevó los dedos hasta sus labios lamiendo el borde de ellos.

-Lukyan- gimió, pero casi sonó como una súplica- Sígueme tocando, me gusta-

Y bajó su mano para dejar la de él sobre la parte baja de su abdomen dándole a indicar lo que quería. El omega lo miró al rostro para después bajar la cabeza enfocando sus dedos blancos contra la piel más bronceada. No pudo evitar notar el miembro que se alzaba majestuosamente centímetros más abajo del cual ya conocía medianamente su considerable tamaño gracias a los acontecimientos anteriores.

Con un poco de vacilación desplazó aún más la mano, acariciando la piel con las uñas hasta llegar al miembro de Dante y acariciarlo desde la base hasta la punta. La cabeza de este cayó sobre su hombro estremeciéndose.

-Así, sigue haciéndolo así- besó el costado de su cuello.

El alfa lo incitó notando que no estaba incómodo con la situación, más bien, le parecía que tenía curiosidad e interés, sobre todo la parte de tenerlo doblegado a sus pies. Podía pedir que se ahorcara ahí mismo y Dante lo haría sin replicar. Ese era el poder que tenía sobre él y que él aún no se había percatado.

Apretó su mano sobre el miembro y comenzó a dar suaves movimientos de arriba abajo impactado de la textura y de lo cálido contra su palma, así como lo grande, tan diferente de él. Con Sylas siempre había sido un sexo violento sin poder investigar sobre lo que le gustaba a ambos, y el sexo oral era tan crudo que solo la idea le daba repulsión, pero con Dante era diferente, todo era diferente. Eso lo motivó a acelerar el movimiento e incluir su otra mano. La idea de llevarlo a sus labios le cruzó por la mente, pero no se sentía totalmente preparado ni con la confianza de hacerlo pero sería algo que le gustaría probar más adelante.

-¿Esta bien así?-le preguntó curioso sintiéndose entusiasmado de como los músculos se marcaban en el abdomen de su esposo y la respiración de este se volvía agitada.

Dante no respondió, se separó de su hombro y solo volvió a besarlo sosteniéndolo de la nuca, comenzando a mover sus caderas contra las manos de él. Él mismo bajó su mano y las juntó marcando el ritmo sintiendo como todos los nervios de su cadera comenzaban a tensarse y no faltó mucho, acelerando el movimiento antes de que el orgasmo lo azotara haciéndolo estremecerse y gimiendo contra la boca de él.

Respiró buscando ganar aire en sus pulmones con cada fibra de su cuerpo temblando. Al abrir sus ojos sabía que estos debían estar de un intenso plateado y esperó algunos segundos para ver la reacción de Lukyan. Pero se maravilló, este mantenía su expresión de interés en su rostro aparte del sonrojo que se extendía hasta su cuello mientras levantaba sus manos con rastro de su líquido blanquecido.

Dante agarró su propia camisa y le limpió sus manos con una sonrisa sin que la excitación bajara por lo que su erección no descendió. No lo haría hasta que se enlazara con él, aunque ahora estaba muy sensible pues el nudo se había extendido un poco debido al orgasmo y al no estar dentro de él solo le tomaría unos minutos bajar, minuto que emplearía muy bien en otras acciones.

-Vamos amor, ahora te toca a ti- la agarró de la cadera para acostarlo sobre la cama mientras volvía a besar sus labios con ansias.

Aquella noche prometía ser larga, muy larga.

5 cachorros para el Alfa #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora