Soy tuyo

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Un silencio más helado que el viento frío que entraba por detrás de los recién llegados invadió la estancia. Todos los rostros se habían girado y miraban con atención la llegada de su reina y no era precisamente porque fuera él, sino por la compañía a su lado. Si Lucian, uno de los lobos más influyentes de todos, por no decir el más, estaba junto a él era por una razón.

Dante se quedó mirándolos. Su pecho latía al saber que su esposo estaba de vuelta y vivo. Al despertar y no verlo y solo haber incertidumbre a su alrededor su cabeza se había hecho un lío.

-¿A qué se refieren con que fue Ryan?- habló al fin. Su tono era neutral, frío, nada condescendiente, esto no incomodó a Lukyan.

-Lo que dije alfa- alzó los ojos con seguridad -Ryan fue el que planificó todo-

-¿Acaso no había sido Sylas?- Dmitri apareció al lado de su hermano, su ceño dolorosamente fruncido.

-Sylas está muerto- él respondió, una exclamación se hizo colectiva, pero se opacó ante el gruñido de Lucian que comenzaba a molestarse por los cuestionamientos -Ryan fue el que lo mató-

-Su intención es tomar el control de la manada de hierro, para eso mataron a su alfa- Lucian continuó, si él lo apoyaba no había nadie que pudiera revocar su palabras.

-¿Entonces quién envenenó al alfa?- uno de los lobos dio un paso al frente sabiendo que ponía su vida en peligro -Acaso no fue usted reina -había desprecio en su voz- Sería muy fácil y conveniente asesinar a nuestro alfa y hacerse de nuestra manada, por eso liberó a Sylas y a Laira que estaba encerrada y ahora quiere echarle la culpa a Ryan, cree que somos estúpidos-

Un murmullo se hizo más audible en la sala, incluso algunos gruñidos. Lukyan no se inmutó y levantó una mano deteniendo a Lucian que tenía intenciones de abalanzarse contra él.

-Tienes razón, sería muy conveniente- dijo él con desinterés.

-Lukyan- le advirtió Lucian impresionado por su respuesta, pero su mirada lo hizo callarse, él no era tan débil como para dejarse intimidar.

-Pero dime, acaso en que me beneficiaría eso ¿volver con Sylas? Ese lobo no vale ni la suela de mi zapato, además- apretó sus labios antes de decir las próximas palabras -Él devoró a Laira delante de mis ojos- nadie habló -Acaso conoces el dolor de que un cachorro sea asesinado delante de ti y ni siquiera puedas moverte para salvarlo- sus dientes se fueron apretando mientras recordaba la impotencia, pero usó toda su fuerza de voluntad para calmarse - Comer la carne de tus hijos, aunque es un tabú para nosotros da a los lobos una nueva percepción de poder. Ryan planificó esto y devoró su corazón de Sylas absorbiendo su poder-

-¿Es eso posible?- Dmitri estaba estupefacto con lo que él decía.

-Ryan es un omega recesivo-

Todos se miraron entre sí confundidos y esa reacción él se la esperaba.

-Alfa- esta vez se dirigió a su esposo- Como saben los omegas recesivos se alimentan de alfas, él es sumamente extraño incluso para mí que también soy omega. Destruyó la dinastía de mi padre y mi tío y planificó todo lo que pasó en la manada, así como movió sus hilos para que fueran envenenados y yo pareciera la culpable-

Dante no decía nada, analizaba la situación minuciosamente.

-Eso es mentira- alguien más dijo acusándolo- No tienes pruebas, sino fuera por el beta de Lucian nuestro alfa hubiera muerto.

-Es cierto que mi beta fue el que envió el antídoto, pero fue él el que lo consiguió- un silencio se hizo presente. No importaba cuanto desconfiaran de él, nadie se atrevería a desafiarlo.

Lukyan suspiró, no le quedó más remedio. Se dio media vuelta y se sacó el pullover por encima de la cabeza cubriéndose el torso pero dejando la espalda expuesta, específicamente, la horrible y grande cicatriz de dientes que se negaba a desaparecer. Un gemido salió de la boca de unos y Dante tuvo que apretar sus manos y contenerse en el lugar para no salir hacia donde estaba él. ¿Cuánto había estado lastimado para que una herida así no estuviera sanando? Y más con la habilidad del lobo que estaba a su lado al cual miró y este le respondió con un movimiento de la cabeza.

-Esta, es la marca que me quedó después de enfrentarme a Ryan después que comió el corazón de Sylas. La recibí mientras recogía el antídoto y lo que quedaba de mi hija- enfocó a todos por encima de su hombro -Duele, quema, posiblemente no cierre, pero aun así le pedí al beta de Lucian, que me descubrió casi muriendo, que le trajera el antídoto a su alfa y a mi hijo. Lucian puede corroborar el estado en que me encontró- se giró poniéndose otra vez la prenda en su lugar y ocultando el dolor que le provocaba -Pero si aún no me creen pueden venir por mi cuello y matarme, no pondré obstáculo-

Pero nadie se movió. Aún estaban impactados por la herida en su cuerpo, algo que ninguno de ellos desearía. El sentimiento de vergüenza comenzó a florecer entre la manada hasta que la voz de Dante hizo eco.

-Y no está mintiendo, lo sabría por la marca en su cuello, después de todo, tenemos un lazo- una vez que el alfa habló todos se sintieron más calmados. Dante no dejaría que nadie, ni siquiera su reina atentara contra la vida de la manada, si él decía que él no estaba mintiendo era porque era así.

La manada se giró ante Lukyan e hicieron una inclinación colectiva a modo de disculpa y aunque el omega estaba seguro que aún quedaba dudas entre ellos y que aquello era mera formalidad se sintió un poco más relajado. Bajó su cabeza cuando alguien le tomó la mano. Un pequeño cachorro le sonrió a pesar de sus ojos y naricita roja.

-La reina está aquí, la reina está aquí ¿jugará conmigo de nuevo?-

Lukyan inclinó un poco su cabeza y le revolvió el cabello.

-Claro, cuando quieras-

Dante caminó hacia él mientras daba la orden de que todos volvieran a sus tareas y el cadáver del lobo era recogido. Con la llegada de Lukyan debían organizar los nuevos hechos para saber cómo reaccionar. Edgar se acercó detrás de él, quería ver de cerca la herida, aunque su veredicto sabía que no sería satisfactorio.

-Lukyan- la voz del alfa era fría -Quiero hablar contigo a solas, ven conmigo a la oficina, después podrás ver a tus hijos-

-Creo que hay asuntos que resolver antes Dante- Lucian fue a dar un paso delante del omega.

-Será rápido- Lukyan interrumpió y siguió a su esposo a pesar de estar algo cansado y calado hasta los huesos.

Ver la espalda de Dante delante de él lo hizo sentirse reconfortado, feliz. Él estaba vivo, entonces significaba que su hijo también. Sonrió levemente aliviado. Lo había hecho a tiempo. Dante lo dejó pasar a la oficina sin haberle dirigido una palabra en todo el camino, pero al cerrarse la puerta un brazo rodeó su cintura y los labios de su esposo se posaron sobre los suyos con un hambre tan cruda que Lukyan se sorprendió.

Lo apretaba fuerte contra él, lo devoraba, mordía su labio, reclamaba su lengua con la suya, no le dejaba un segundo de respiro como si él fuera a desaparecer de su lado. Lukyan retrocedió inconscientemente y su espalda tocó la madera de la puerta sacándole un gemido dentro de la boca de Dante y tuvo que golpear sus hombros.

El alfa se separó alarmado y lo atrajo nuevamente hacia él posando su frente contra la de él, jadeando.

-Disculpa, fui muy brusco -tomó aire -Pensé que realmente se había perdido, cuando te vi entrar por la puerta yo solo...sé que no es el momento, pero te necesito Lukyan, realmente te necesito-

El omega entendió sus palabras y sentía la magnitud de la angustia de su lobo. Abrazó su cuello con sus brazos y se impulsó rodeando su cintura con sus piernas buscando nuevamente sus labios. Dante agarró sus nalgas y la apretó contra la erección que hacía mucho se había formado y lo llevó hacia su escritorio sentándolo en el borde.

-No podré ser gentil está vez- le confesó contra sus labios- Pero te prometo que después me tomaré todo el tiempo del mundo para hacerte alcanzar el cielo-

Lukyan se abrazó a él con confianza y sonrió contra su cuello.

-No te sientas mal mi lobo, después de todo- besó sus labios sintiéndose bendecido de tenerlo a su lado- Soy tuyo-

5 cachorros para el Alfa #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora