Necesitaba...

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Lobezno, era solo un lobezno. Dante se repetía una y otra vez mientras veía el cuerpo acostado muy diferente al que tenía que tenía en la mente. Era verdad que había cumplido la mayoría de edad y que ahora era madre de cinco cachorros; eso no quitaba que ante los ojos de los de su raza aún era muy joven, cuando se consideraba que un lobo era realmente adulto después de los 150, aun si la mayoría de edad era a los 50 años.

Dimitri lo estaba mirando, en buen problema se habían metido. Un día era un alfa solitario, sin la esperanza de una familia y ahora tenía a 5 cachorros y casi uno a su cuidado. Su hermano tenía una mirada de que Tú querías cachorros, ahora no te quejes.

-¿Y cuál es el método?- Ryan volvió a hablar con el doctor como si no le importara otro problema que salvar a su reina.

-Necesita sangre de alfa-fue categórico.

Un silencio cortante.

-De esta forma la sangre ajena y poderosa se encargará de realizar el trabajo que no puede hacer la desgastada de él-explicó.

Dante solo asintió otra vez con la cabeza. El único con el suficientemente líquido carmín enérgico para realizar el cometido era él y ya que se había metido en el pozo, tenía que llegar al fondo.

-¿Cuánta necesita?-solo preguntó.

-Mucha-regresó granco el doctor.

-¿Pero su sangre no se verá contaminada?- Dimitri reflexionó.

-Ahí es donde está el problema, con otro lobo he visto que el intercambio no afecta, pero su casta es la de un omega pura, aun cuando ha habido miembros que han salido alfas como su tío, su linaje directo no se ha visto perjudicado, y temo por el rechazo por parte de su cuerpo. Si el intercambio no funciona lo matará al instante -no deseaba crear falsas expectativas.

-Entonces- la encrucijada desesperaba a Dante.

-No queda más remedio que probar, con mis medicamentos lo podré mantener con vida ¿cuánto? unas horas, días, su vida prende de un hilo, si le das tu sangre alfa, al menos tiene una posibilidad de sobrevivir-el riesgo era palpable.

Dante vaciló, si lo dejaba como estaba moriría, si lo ayudaba podía morir.

-Primero necesito lavarme, aún tengo restos del combate encima -tomó la decisión. ¡Qué la madre naturaleza eligiera el camino!

Ryan se giró hacia él e hizo una amplia reverencia contra el suelo.

-Gracias alfa, gracias- Dante podía jurar que estaba al borde de las lágrimas.

-No me agradezcas todavía, tu reina aún está vivo, no puedo garantizar que sea así después-declaró tenso.

***

Abrió los ojos. Todo a su alrededor era confuso, difuso, pequeños resplandores sin ninguna forma en sí. Apenas podía percibir algo, su oído reducido por la falta de actividad, y aquel olor débil bajo él.

Fue entonces consiente que no estaba en el frío piso de su prisión, ni con gruesas y dolorosas cadenas alrededor de sus brazos y piernas. Se encontraba acostado contra suaves sábanas, ya había olvidado la sensación de la tela limpia sobre la piel, pero, no estaba solo.

Su cabeza había sido recostada contra algo sólido, qué decía, su cuerpo estaba pegado a algo cálido y sólido que se movía lentamente en un movimiento constante.

No sintió amenaza contra su persona, pero aun así se estremeció ante el contacto ¿Quién lo tocaba así? ¿Qué quería con él? ¿Estaba siendo amable para después darle la puñalada por la espalda?

Se intentó sacudir inútilmente, apartarse, aunque ningún músculo le respondía. Un sabor metálico invadía todo su paladar y cada célula de su cuerpo luchaba dentro de él, contra algo ajeno a su ser.

Volvió a intentar solo para sentir una gran mano sobre su cabeza. El pánico lo invadió, iba a ser golpeado de nuevo, violado para tener más cachorros, siempre era así.

El toque fue inesperadamente suave.

-Tranquilo- una voz grave resonó sobre el pecho de respiración constante- Duerme, necesitas recuperarte-lo tranquilizó.

Quiso separase y salir de sus brazos, a pesar de apenas poder moverse y con ciento y más de latigazos de dolor por cada fibra de su cuerpo. Sus fuerzas volvieron a fallar quitándole el aliento. Su vista se oscureció y los párpados se cerraron en consecuencia. Se negaba a caer en la inconsciencia, pero su cuerpo lo traicionaba.

Tenía muchas cosas girando en la cabeza. ¿Qué ocurría? ¿Dónde estaba? ¿Cómo estaban sus cachorros?

Necesitan salir de allí, necesitaba venganza, necesitaba...

5 cachorros para el Alfa #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora