Capítulo 7: Cita doble ¿y un intruso?

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Celos de tus ojos

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Celos de tus ojos.
Celos de tus labios.
Celos de tu boca.
Celos de la noche.
Celos.

28 de enero de 2017

La pelirroja con lágrimas en los ojos gritaba:

¡Suéltame, Christopher!—Sus palabras retumbaban con angustia mientras luchaba por liberarse de su agarre. El ambiente estaba cargado de tensión, y cada detalle parecía resaltar la intensidad del momento: el brillo de las lágrimas en sus mejillas y el temblor de sus manos.

El castaño sujetaba a la chica con fuerza, sus palabras cargadas de autoridad resonaban en la habitación:

Eres mi mujer y debes comportarte como tal.—Con un gesto posesivo, besaba su cuello mientras ella, indefensa y llorando desconsoladamente, suplicaba piedad. El contraste entre su dominio y su vulnerabilidad creaba una atmósfera inquietante, donde el poder y la impotencia se entrelazaban en un juego peligroso.

Christopher, consumido por una furia incontrolable, pasó de devorar su cuello a rasgar su blusa, revelando su sostén con gestos desesperados. Dulce, aturdida por la violencia repentina de su esposo, nunca lo había visto así antes. En su mirada, detectó un odio inexplicable que la confundía y la aterrorizaba. No podía entender que le había sucedido a su esposo, por qué se comportaba de esa manera. La sensación de desconcierto y vulnerabilidad la envolvieron mientras luchaba por comprender y sobrevivir a la tormenta emocional que se desataba a su alrededor.

Aguantó que la insultara, al parecer le excitaba decirle puta y otras palabras obscenas las cuales no quería repetir, pero que sin duda dolían, dolían demasiado. No saben cuanto le dolía que la persona que ama, la que nunca pensó que la lastimaría la estuviera tratando de aquella forma, de aquella forma tan ruin y déspota.

La cara de Christopher en ese momento le causaba tanto terror, parecía un demonio, sus ojos estaban tan oscuros como la noche y solamente se dedicaba a jugar un juego que ella no estaba disfrutando. Él entró en ella causando que gritara de dolor de lo fuerte y seco que estaba siendo. Cuando se corrió, solamente salió de ella y se fue al baño, ella tomó la sábanas y se cubrió con ellas tratando de ocultar su cuerpo, ahora mismo odiaba su cuerpo, odiaba ser mujer.

Él regresó del baño y la miró, rápidamente volteó mirando hacia otro lado para después acostarse a su lado.

Ve a bañarte.musitó y le dió la espalda.

Se puso de pie temblando y entró al baño. Se miró al espejo, el maquillaje que se había hecho para salir a cenar con Christopher estaba sumamente corrido y su pelo estaba super desordenado.

Se preguntaba que había pasado esa noche para que su esposo hiciera semejante atrocidad. Entró a la ducha y dejó caer el chorro de agua. Sus lágrimas se mezclaban con las gotas que bajaban por su rostro.

𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐏𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐏𝐞𝐫𝐝𝐨𝐧𝐚𝐫 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora