"En la quietud de la noche, bajo la luz de la luna, nuestros cuerpos se unieron en una danza eterna de pasión y amor, donde el mundo desapareció y solo existimos nosotros dos."
14 de mayo de 1994.
Una hermosa castaña dormía plácidamente en la hacienda "La Marina", esta, llamada así por su padre, León Smith, ya que este nombre le hacía honor a su esposa Marina. La bella chica tan solo tenía diecisiete años y había sido mandada allí por ordenes de su padre, pues ella estaba embarazada y su papá la había mandado allí para evitar ensuciar el apellido.
La madre de la chica la visitaba de vez en cuando para ver como estaba su hija y como iba su embarazo.
Marina ansiaba quedarse con su hija, acompañándola durante esa linda etapa para que ella sintiera el apoyo que necesitaba, pues su esposo León solo maldecía a aquella criatura que venía en camino. No podía acompañarla, ella tenía que estar con su esposo y obedecerlo.
Eran las tres de la madrugada y Grettel Smith comenzó a sentir las contracciones, mientras dormía, Grettel comenzaba a retorcerse incomoda, el dolor que le provocaba la bebé dentro de ella lo sentía un poco lejos en su sueños.
La castaña no pudo más y se despertó sintiendo como el sudor bajaba por su frente, preocupada sonó la pequeña campana que yacía anteriormente en la mesita de noche, esta se la había dado Minerva, una buena señora que atendía la hacienda. Minerva apareció unos minutos después, debido a que Grettel le pidió que se instalara en la habitación de al lado para que la escuchara mejor.
Minerva llegó a la habitación junto a Gisela, la chica de limpieza, la cuál rondaba los veinticinco años, con toallas, almohadas y cojines de distintos tamaños.
—Grettel, nosotras te ayudaremos a traer a tu bebé al mundo. El señor León nos prohibió severamente llevarte al hospital.—dijo Minerva, Grettel ni siquiera le prestó atención pues le dolía demasiado.
Minerva y Gisela prepararon todo para que Grettel dé a luz a la pequeña bebé. Grettel comenzó a respirar entrecortadamente, mientras que Minerva y Gisela esperaban a que esta estuviera lista para alumbrar. Gisela comenzó a secar el sudor de la frente de Grettel suavemente con una toalla pequeña. Las contracciones se hicieron cada vez más fuertes.
A las cinco de la madrugada, Grettel ya estaba lista para dar a luz.
Salió su cabecita, mientras Grettel pujaba con todas sus fuerzas, Grettel sentía como las gotas de sudor bajaban por su cuerpo y en la siguiente contracción su cuerpo se escurrió. Había nacido la pequeña bebé. Minerva y Gisela limpiaron a la criatura luego colocarle un lindo conjunto y dársela a su madre.
Cuando Grettel vió a su pequeña derramó una lágrima de felicidad, tener a su bebé en brazos le quitó todas sus preocupaciones y tensiones.
—¿Cómo se llamará la peque?—pregunta Gisela sonriendo.
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𝐍𝐨 𝐓𝐞 𝐏𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐏𝐞𝐫𝐝𝐨𝐧𝐚𝐫 ©
RandomDulce Saviñón de Uckermann, casada con Christopher Uckermann, ella lo amaba. Al principio todo era como un cuento de hadas, pero luego se convirtió en el peor de sus sueños. Christopher comenzó a golpearla y a violarla de la manera más cruel. Histor...