𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐞𝐠𝐢𝐧𝐧𝐢𝐧𝐠 [Freezer x OC]

ᴠᴀᴍᴏs ᴀ ʟᴀ ᴛɪᴇʀʀᴀ 03

Haruki sentía las miradas sobre él como un peso incómodo. A sus 21 años, ser omega se había convertido en una atracción no deseada. Aunque la mayoría de los alfas de su raza lo veían como un trofeo codiciado, él no compartía ese interés. La ironía era clara: aquellos que antes despreciaban a los omegas ahora lo deseaban, mientras él prefería mantenerse alejado.

No podía evitar sentir una mezcla de desdén y resignación. La mirada de los alfas, especialmente la de su antiguo equipo de pelea, que ahora lo observaban con deseo y arrepentimiento, le resultaba especialmente molesta. Akiro, uno de los que lo había expulsado del equipo, parecía lamentar profundamente su decisión. Haruki, con su belleza tranquila y su indiferencia deliberada hacia los alfas, se había convertido en una figura inalcanzable. Al no pertenecer completamente a su raza y estar asociado con los saiyajins en peligro de extinción, su exclusividad lo hacía aún más deseado.

A pesar de la creciente atracción que despertaba en los alfas, Haruki mantenía su postura de indiferencia. No quería ser el centro de atención ni el objetivo de los deseos ajenos; su único objetivo era cumplir con sus tareas y mantener su distancia.

Miraba por la ventana de la nave, fascinado por la inmensa belleza de la galaxia que se desplegaba ante él. Las estrellas brillaban con una intensidad etérea, y los colores del espacio se entrelazaban en un tapiz de matices infinitos. Sin embargo, su mente no estaba completamente en el presente; una profunda nostalgia lo invadía mientras observaba el cosmos. La imagen de Raditz, su viejo amigo y compañero de combate, permanecía viva en sus recuerdos. Pronto se cumpliría un año desde que Raditz había partido hacia el planeta 4032-Verde-877, conocido como Tierra. La distancia entre ellos le parecía más vasta que nunca.

Haruki, con un suspiro melancólico, intentó romper el silencio que lo rodeaba.

—El planeta 4032-Verde-877 está realmente lejos —comentó, en un intento de captar la atención de Nappa y Vegeta, quienes caminaban cerca.

—Puede ser —respondió Vegeta con indiferencia, sin apartar la vista de su camino.

Haruki decidió no insistir. El trío llegó al lugar donde Freezer los esperaba, y, como siempre, realizaron una reverencia respetuosa ante él. Freezer, con su mirada fría y calculadora, les dio la orden de dirigirse al planeta 8040-Rojo-344, un nombre arbitrario que había sido asignado a su destino. La formalidad del momento se desvaneció cuando Freezer le dedicó una sonrisa a Haruki. Aunque su expresión parecía cordial, la frialdad subyacente era inconfundible. Haruki respondió con una sonrisa sutil y breve antes de girarse para seguir a sus compañeros.

Se dirigieron hacia sus cápsulas espaciales, y comenzó el familiar proceso de preparación. Mientras el gas de la cápsula comenzaba a expulsarse, Haruki sintió cómo el sueño lo invadía lentamente. Cerró los ojos, entregándose al abrazo del descanso artificial, con la esperanza de que el viaje al planeta desconocido transcurriera sin contratiempos. En la calma de la cápsula, su mente se sumergió en un sueño profundo, alejándose por un momento de la realidad de las misiones y las tensiones que lo rodeaban.

(......)

Aquí tienes una versión más fluida y accesible de la narración:

La alarma sonó, y Haruki la apagó de un golpe, irritado por el ruido molesto que siempre lo ponía de mal humor. Al salir de la cápsula, se encontró con Nappa y Vegeta. Juntos, volaron hacia la ciudad más cercana, donde fueron recibidos por el rey del planeta, cuya piel de un verde enfermizo destacaba entre sus súbditos.

Vegeta, con una fachada de cortesía calculada, intentó convencer al rey de entregar el planeta sin resistencia, prometiendo que nadie saldría herido si accedían a sus demandas. Sin embargo, como era de esperar, la respuesta fue una firme negativa. Los habitantes no estaban dispuestos a ceder, y la situación rápidamente se transformó en una masacre.