𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐞𝐠𝐢𝐧𝐧𝐢𝐧𝐠 [Freezer x OC]

04

Algo más que soldado

La mirada fría de Freezer provocó un estremecimiento en todo el cuerpo de Haruki. La intensidad de su gaze era suficiente para hacerle sentir el peso de cada palabra y cada acción. Aunque no necesitaba hablar, Freezer ya estaba al tanto de todo gracias al rastreador.

—Así que esos malditos sayajines —dijo Freezer, su voz cargada de furia mientras golpeaba su cola contra el suelo—. Muy bien, Haruki, te reintegrarás a tu antiguo grupo.

Haruki no pudo ocultar su sorpresa. La idea de volver a trabajar con esos alfas, especialmente en la situación actual, no le era en absoluto atractiva. Su voz titubeó mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas.

—P-pero se... —comenzó a tartamudear, perdiendo momentáneamente su compostura. Se dio cuenta de su error y rápidamente volvió a adoptar una postura firme—. Entendido, señor.

—Está bien, Zarbon, ya sabes qué hacer —dijo Freezer, dando la espalda a Haruki. Su tono no dejaba lugar a dudas sobre la seriedad de la situación—. Haruki, ve con Zarbon.

Haruki se dirigió hacia Zarbon, sintiendo el peso de la decisión que había tomado Freezer. Mientras se alejaba, el eco de las palabras de Freezer y la amenaza implícita de su presencia se mantenían en el aire, recordándole que su posición estaba lejos de ser segura.

Haruki estaba visiblemente molesto mientras seguía a Zarbon a través de varios pasillos, el silencio entre ellos solo amplificaba su creciente descontento. Finalmente, llegaron a una zona común donde muchos de su raza y otros soldados estaban comiendo. Los alfas de su raza coqueteaban con los omegas, creando una mezcla de aromas que le resultaba mareante. Haruki se sintió nostálgico y molesto; su época de felicidad con sus compañeros sayajines parecía lejana.

Zarbon se detuvo y Haruki permaneció a su lado, observando a aquellos que en su infancia habían sido sus compañeros. Zarbon se dirigió al grupo con una expresión seria:

—Haruki estará un tiempo con ustedes, soldados. Espero que se integre bien a su grupo —dijo Zarbon, dirigiendo su mirada hacia Haruki—. Nuestro señor Freezer me ha informado por el rastreador que seguirás entregando informes a él.

Con eso, Zarbon se retiró, dejándolos en un ambiente cargado de murmullos y miradas curiosas.

—Oh, Haruki, sinceramente te has vuelto —dijo Yukine, mirándolo de abajo hacia arriba con una sonrisa despreciativa—. Un estupendo omega.

—Guarda esos comentarios solo para ti, Yukine —replicó Haruki, haciendo una mueca de desagrado—. ¿O quieres que te vuele los malditos sesos?

Mientras formaba una esfera de ki, lista para lanzarla, la tensión en el aire se volvió palpable.

—Yukine, por favor, no lo molestes —intervino Akiro, posicionándose frente a Haruki—. Tranquilo, Haruki.

—Tú no me das órdenes —dijo Haruki, haciendo desaparecer la esfera de ki con un gesto irritado. Luego, se dirigió a un lugar más alejado para sentarse, murmurando—. Idiotas.

El ambiente a su alrededor se volvió aún más cargado de incomodidad. Haruki se acomodó en un rincón, tratando de ignorar las miradas inquisitivas y las conversaciones murmuradas. La mezcla de resentimiento y nostalgia lo acompañaba mientras se enfrentaba a una nueva etapa en su vida, marcada por el regreso a un grupo con el que ya no deseaba estar.

(......)

Las misiones con Akiro, Haru, Yukine, Hiroshi y Ame resultaban interminablemente aburridas y poco estimulantes. La única persona con la que había cruzado palabras de manera frecuente era Ame, y al menos ella no intentaba cortejarlo, ya que estaba ocupada con su propia pareja.