21. NO QUIERO ESCUCHARTE

1.5K 88 4
                                    

- Sueltame idiota- le dije al verme en sus brazos, no entendía nada, yo estaba corriendo cuando escuché la voz de Bastian, después de ello no se que sucede.

- Tranquila, estas a salvo

- ¿Qué hago aquí?

- Estamos en el hospital, dejame ayudarte

- No de eso nada, si no me sueltas te haré daño, tu idiota eres al que más odio en el mundo, de seguro todo es parte de tu plan para lastimarme, pero creeme no lo conseguirás - intenté pararme, sin embargo mi cabeza daba vueltas, terminé en la misma posición, no entendía que hacía en las piernas del idiota de Alexander.

- Quédate quieta, yo te ayudo a levantarte, será mejor ir a que te revisen

- Contigo no pienso ir a ningún lado, quiero que me digas si mi niña esta contigo.- lo único que me preocupaba es que ella estuviera a salvo, el seguía mirándome tanto que me sentía incomoda.

- Esta con tus padres en este momento

- Enserio, gracias me siento más tranquila pero eso no explica que hago en tus piernas- le dije furiosa, como pude me levante, alejándome de Alexander

- Vamos necesito que te revisen- me dijo, todo el camino permaneció a mi lado, esto es realmente incómodo

- Dime por donde debo ir, no necesito que me sigas

- Abril, de verdad pasaste por mucho, necesito saber que estas bien, solo de esa manera te diré todo lo que pasó

- Y quien dice que te necesito, nunca estuviste de verdad piensas que debería escucharte, estas equivocado, después de todo lo que hiciste no quiero ni verte. - me aleje de el hasta llegar a lo que parecía una puerta de ascensor, pulse el botón mientras esperaba podía sentir como me miraba con aquellos ojos verdes que alguna vez ame, diablos no me sentía cómoda con su presencia.

- De verdad quiero hacer las cosas bien, debes escucharme- me decía mientras yo solo quería que el maldito ascensor abriera sus puertas, estoy acostumbrada a abrir mis ojos en lugares sin recordar la forma en la que llegue al mismo

-  Alexander de verdad, no necesito de tu ayuda, por ahora solo quiero hablar con mi familia. - entre en cuanto las puertas se abrieron, coloque el botón de planta baja, parecía eterno el tiempo, en cuanto llegue al mismo camine hacia lo que parecía información, donde se encontraba un joven.

- Si quieres te puedo prestar mi teléfono - solo seguí ignorando a Alex, después de decir en corte que estoy loca para quitarme a mi pequeña, ahora piensa que voy a creer que realmente esta preocupado.

- Disculpe me podría prestar un teléfono, debo llamar a mi familia- le dije dirigiéndome al joven.

- Se encuentra bien señorita- respondió, no me había visto de seguro debo verme terrible, tal vez si debería dejar que me revisen, en cuanto pueda decirles que estoy bien, comencé a marcar el teléfono de mi amor, lo extraño es que sonó en el bolsillo de Alexander, por lo que colgué y volví a marcar, pero volvió a sonar, algo no estaba bien, regrese a verlo y el se puso pálido.

- Te lo puedo explicar, pero necesito que te revisen que estes bien- dijo, en ese momento deje el teléfono y me acerque al idiota

- ¿Por qué tienes el teléfono de William?

- Abril, por favor

- Nada de Abril, que vas a inventar esta vez, sabes que me tienes cansada, o me dices que pasa o me vas a conocer

- Abril, dejame hablar

- Dame ese teléfono, no es tuyo - me acerque a él, enseguida lo sacó y me lo entregó - Te prometo, si le hiciste algo a mi familia, esta vez te daré razones para llamarme loca, en ese momento vi entrar a mi hermano.

EL PRECIO DE UNA PROMESA ROTA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora