6. EL REGRESO

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Me encanta el circo que está por darse en este momento, si ella piensa que tan fácilmente podrá librarse de mí, esta muy equivocada, si tengo que quitarle a mi hija, para mantenerla a mi lado lo haré, después de todo no tengo nada que perder.

Me encanta ver sus presentaciones, deberían darme el oscar, por no lanzarme a sacarle los ojos a William.

- Saben dejemos este teatro, no pienso darte el divorcio, así que nos vemos en corte- alce la voz, ya me encontraba cansado de ver la cercanía de ese par.

- De que habla - respondió Will

- Que deseo una prueba de paternidad- casi me da pena al ver, lo pálida, a pesar del tiempo aún podía leerla, estaba atando cabos en su mente, pensando en como yo podría saber de mi hija

- De que hablas- dijo con su voz entrecortada, estaba nerviosa lo sabía, yo solo podía estar ahí viendo como todo ocurría, después solo le tiré las fotos que me habían entregado el día de ayer, ella las miraba y sus ojos se llenaban de lágrimas, lástima era algo que no podía sentir por ella.

- Estas bien amor- escuche la voz de William- maldito ellas son mi familia el solo era un doble, tanto de esposo, como de padre, y yo siendo el personaje principal volvía a la escena, el debía desaparecer en silencio.

- Sácame de aquí porfavor, dijo ella mientras el idiota la miraba con preocupación, lo sabía esto iba a ser un gran espectáculo, en el cuál el protagonista sería yo.

Vi como la ayudaba a salir, tomándola en sus brazos, odiaba que toquen lo que es mio, pero pronto sabrían de mí.

- ABRIL- escuche el grito de mi amigo, mientras mi abogado me miraba con miedo, si eso es lo que quiero ser el villano, los destruiré uno a uno, al final de la partida ninguno saldrá ileso.

Después de ese incidente, pensé no volver a saber de ellos, mi abogado se fue a realizar la demanda, las piezas estaban colocadas por mí, no esperaba ninguna jugada realizada por ellos.

- ALEXANDER- entró gritando mi amigo, podía entenderlo es posible, pero quien me entiende a mí, la villana es ella, yo solo quiero darle una cuchara de su propia medicina.

- ¿Qué pasa? - le dije, sin dejar de leer los papeles que habían dejado en mis manos, al menos por lo que leí, ella no quería nada de lo mío, todo quedaría, como estuvo antes de casarnos.

- ¿Qué pasa contigo? , piensas volver a ser un idiota, Abril esta hospitalizada en este momento, ¿que paso? - me dijo exaltado, el que se enferme no estaba en mis planes, pero bueno no todo podía ser perfecto.

- De quien eres amigo, de ella o de mi.

- Soy tu amigo lo sabes, pero odio cuando te comportas así, no entiendo porque no quieres darle el divorcio, son cinco años tu terminaste con ella.

- Tu no puedes entenderme

- Soy tu amigo, eres como mi hermano, déjame entenderte

- Abril, oculto que tengo una hija

- Espera un momento, como que tu hija

- Lo que escuchas, ten mira esta foto - el tomo la foto y se puso pálido.

- Así que soy tío * le salieron lágrimas*

- ¿Por qué lloras? - creo que soy afortunado de tenerlo como amigo, pero todo esto se esta saliendo de mis manos, debería tener la misma felicidad que Benjamín, estar feliz por conocer a mi pequeña, pero realmente esto esta sobrepasando mi cordura, no puedo perdonar, después de traicionarme, me quite la oportunidad de estar con mi niña, y más aún darle otro padre.

EL PRECIO DE UNA PROMESA ROTA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora