Capítulo 2

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Historias y amistades

"–¿¡Es que no lo entiendes!? ¡Te necesito! – Enmudecí ante el significado de esas palabras que se sintieron tan rotas y desesperadas, y al mirarlo pude apreciar las lágrimas que escurrían de sus ojos de manera silenciosa, provocando un remolino de sentimientos en mi interior que derribó todo lo que existía a nuestro alrededor; el tiempo dejó de transcurrir, las personas que nos miraban y que  tanto me importaron alguna vez habían desaparecido, y por alguna extraña razón justo ahora solo éramos él y yo en nuestra burbuja de ficción.

Nunca podré negar que todo lo que esperé de él era ésto, que de alguna u otra manera fuese lo que tanto se negaba a ser, o al menos que lo fuera conmigo... Pero, una vez llegué a este punto, tan solo una pregunta reinó sobre todo.

«¿Acaso todo ésto tenía que pasar para que él fuera capaz de confesarle a los demás que siempre había sentido algo por mí?»

Y fue justo ahí, cuando decidí que ya no podía engañar a nadie más, ni siquiera a él. Me armé de valor para mirarlo directamente a los ojos y aunque tenia una aglomeración de muchos sentimientos juntos hacia él, jamás sería capaz de dejarlos salir de nuevo después de hoy.

–Lo único que debemos entender de una buena vez es que me perdiste mucho antes de siquiera llegar a conocerme.

Y esas palabras, fueron las últimas que les dije...

Ya no hubo otra mirada furtiva, ni una sonrisa que me confundiera, tampoco una salida clandestina o unos besos bajo las escaleras. Todo lo que tuve con él, llegó a su final tras el significado incógnito de esa frase y aunque hubiéramos podido tener un final perfecto, algo siempre estuvo de por medio... Nuestros sentimientos bajo cero"

Abrí mis ojos con incredulidad.

–¿¡Qué!?– Mis dedos buscaban desesperadamente entre las páginas que seguían y la decepción llegó como un balde de agua fría al ver qué estaban en blanco –No, no, no... ¡Mierda!

Ese no era el final.

Ese no podía ser el maldito final.

–¡Alanna no merecía quedarse sola, maldita sea!– Grité

Coloqué el libro sobre la mesita de noche que tenía a la derecha, y caminando por toda la habitación empecé a desahogarme entre el silencio que se guardaba entre esas cuatro paredes.

–Pensé que ninguna jodida historia sería capaz de dejarme tan frustrada después de haber leído bajo la misma estrella... Y luego leo está mierda y... ¡Lo odio, lo odio, lo odio tanto, el protagonista es un cabezota y sé que él después de todo lo que le hizo no la merece! Pero, ¿¡Y ella qué!? ¡Alanna merecía un final feliz!

El silencio después de mis palabras era tan familiar para mí que no debería siquiera afectarme pero, aún así no podía evitar sentir esa nostalgia ante él. Los pitidos de los artefactos médicos es la única respuesta que recibo y suspiró intentando no romper a llorar de nuevo.

-Quizá, no solo ella merecía un final feliz...

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La puerta de la habitación rechinando hace que medio abra los ojos intentando enfocar lo que hay delante de mí.

–Supuse que te encontraría aquí– La voz de Manuel hace que me despierte por completo.

–¿Cuánto tiempo dormí?– Pregunto incorporándome en la silla, soportando el dolor de mi cuello tullido con una mueca en mi rostro.

El secreto del café.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora