Capítulo 5

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Tocando el pasado

Desperté un poco desubicada al sentir el brazo de alguien en mi cintura, y aunque reconocí las paredes de mi habitación, tarde un poco más de lo normal en ubicar que había pasado verdaderamente.

Entonces lo recordé...

Me giré sobre mi cuerpo solo para ver a un Christian profundamente dormido. Su ceño estaba inexpresivo, tranquilo, sonreí para mis adentros, porque desde que lo conozco siempre ha sido un cascarrabias. Su rostro se veía más maduro, más varonil, y eso me causaba una pequeña nostalgia.

Muchas cosas han cambiado entre nosotros. No solo nuestros rostros.

-Deja de mirarme así, Cleare- Murmuró con voz somnolienta, haciéndome sobresaltar.

Me sonrojé muy avergonzada antes de forzarme a darle una respuesta.

-Pensé que dormías...

-Y yo pensé que tu etapa de acosadora había quedado atrás.

Más apenada no me podía sentir. Mis mejillas estaban ardiendo y el sonrojo estaba segura de que era más que evidente. Me senté en la cama evitando su mirada.

-Yo, eh...- No sabía que se supone que debía decir.

-Desde que te conozco siempre haz hecho ese gesto con tu nariz cuando estás apenada -Sonrió- Es realmente adorable, ¿Te lo había dicho?- Mi corazón empezó a descontrolarse en mi pecho cuando la mirada de Christian bajó a mis labios.

Vi sus preciosos ojos verdes que brillaban expresando más de lo que él se atrevía y de solo pensar que justo en ese instante el me miraba solo a mi me hacía sentir un cosquilleo bajo delicioso que ya empezaba a extrañar.

Él me gustaba, mucho y empezaba a creer que lo haría siempre...

Las alarmas rojas en mi cabeza se encendieron cuando se empezó a inclinar hacia mi y yo por acto reflejo me incliné hacia atrás. Sabía por experiencia propia como había resultado eso la ultima vez y me prometí a mi misma que no volvería a pasar.

-¿Que hora es?- Pregunté para cortar el momento -¿Tienes hambre? Preparé un desayuno o almuerzo, no importa realmente...

Sin esperar respuesta alguna de su parte me levanté de la cama y me calcé las pantuflas de conejito que me había parecido buena idea comprar. Salí de la habitación con el corazón galopeando incesante en mi pecho y con las manos temblorosas en  un evidente nerviosismo. Intente ignorarlo y tomé los utensilios necesarios para preparar un poco de café, lo que me haría calmarme y tener un poco más de control sobre mi.

-Deja de huir así de mi, Cleare- Estaba recostado en el pilar de la cocina con los brazos cruzados sobre su pecho- Desde ese día, solo huyes de mi... ¿Es que acaso soy un monstruo del que tienes que esconderte?

-¡No!- Chille espantada- Dios... Claro que no, Christian

-Bueno, pues así lo haces sentir....

Desvió la vista al otro lado del departamento, se veía triste, dolido. Sentí un vació en mi pecho, pero mordí mi labio inferior para controlar el impulso de ir a abrazarlo. Ya me había permitido ser vulnerable con el en la mañana, era suficiente.

Suspiré y seguí preparando el café.

-¿Se te antoja algo en particular?- Le pregunté intentando ser amable, pero me arrepentí en cuanto lo miré porque tenía su mirada fija en mí dándome a entender lo que aún no se atrevía a responderme -Ni siquiera sé para que te pregunto, no es como que sepa preparar algo más que hot cakes y una taza cereal...

El secreto del café.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora