Ivor es un joven millonario cirujano que ama compartir su tiempo con chicas.
Es un buen amo para todas aquellas que se atrevan a jugar en su juego.
"𝘚𝘰𝘺 𝘵𝘶 𝘥𝘶𝘦𝘯̃𝘰 𝘺 𝘵𝘶́ 𝘮𝘪 𝘮𝘢𝘺𝘰𝘳 𝘱𝘰𝘴𝘦𝘴𝘪𝘰́𝘯"
𝘜𝘯𝘢 𝘷𝘦𝘻 𝘦𝘮𝘱𝘪𝘦𝘻𝘢𝘯...
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Otro día más de Cepeda.
Otro día más es un día menos para olvidarte y no extrañarte.
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Narra Zaya.
Me levanto desorientada, nunca había dormido tan bién en años. Siempre dormía con un ojo abierto. No era que desconfiara de mi padre. Pero borracho podría hacer cualquier cosa. No sería la primera vez que me pusiera una mano encima para dejarme algún que otro hematoma. Una sirvienta rubia, delgada, piel pálida y lisa, joven me trae un manjar de desayuno. Zumo de naranja, cruasanes, napolitanas, huevos rotos, una taza de café, donut envueltos en chocolate hasta un batido de fresa.
—El amo dice que debes comer todo —dijo con cierta amargura.
—De acuerdo —digo con una de mis mejores sonrisas.
—Además, debes tomarte las medicinas, y vendrá su amigo el ginecólogo para recetarte los anticonceptivos. Con vergüenza asiento, me resulta extraño que el servicio sepa de sus relaciones especiales.
La sirvienta sale de la habitación y desayuno todo lo que puedo, se que estoy en delgadez extrema, en casa no teníamos dinero a penas y me alimentaba de agua y pan. Con suerte mi amigo me traía alguna vez chocolatinas.
Pero esto era demasiado, de no comer nada a comer un montón, mi estómago estaba cerrado pero me obligue a masticar todo y tragar. No quería ser castigada a la primera de cambio.
Al rato y después de mirar mi móvil, de esos pesados y antiguos, mi padre ni siquiera se había molestado en llamarme en todo este tiempo. Pensé en que le había dado un coma etílico no me alegraría pero así empezaba a aprender. El estómago se me revolvió y tuve que ir al baño a vomitar.
—¿Te encuentras bien? —dijo una voz sujetándome el pelo largo.
No podía hablar, estaba sacando hasta el hígado por la boca.
