Duele de
Dorian.El alma a veces se parte en dos
y no hay modo de salvarla.Narra Zaya.
Estaba perdida, entre sus brazos me sentía por fin a salvo de un dolor que congelaba mi alma.
No quería que eso traspasara fronteras que no podría afrontar luego. Sólo quería entregar mi cuerpo a una persona tan perturbada como lo estaba yo.
Sus labios feroces me succionaban los míos, clavando sus manos en mi culo desnudo. Luego su lengua experta bajo a mis erectos pezones. Estaba empezando a mojarme, más de lo que estaba por el agua de la bañera. Mi cuerpo quería cada centímetro de él pegado a mi.Recorrió con sus manos mi vientre hasta que se paro tocando mi obligo.
—Abre las piernas Zaya—dijo en un susurro a mi oído.
Obedecí a sus órdenes, el introdujo un dedo en mi hendidura y no lo movió. Lo dejo quieto. Hacía movimientos con mis caderas para hacer roce.
—Estate quieta —dijo besando mi cuello.
Él no se me movía y yo me impacientaba.—Vamos a ir al cuarto rojo, y te voy a follar como te mereces— dijo volviendo a comer mis labios.
—Doctorcito estás haciendo que pierda la paciencia —dije saliendo de la bañera y me gane un cachete en el culo.
—No te vuelvo a perdonar que me llames así leucocita —dijo con una sonrisa gutural.
Salí corriendo, Ivor detrás de mí , estábamos desnudos y yo reía por una vez en mi miserable vida de verdad.
Pero en medio de ese pilla a pilla sin sentido y peligroso por los pies mojados, me tope con la maldita sirvienta que me caía muy mal.
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RomansaIvor es un joven millonario cirujano que ama compartir su tiempo con chicas. Es un buen amo para todas aquellas que se atrevan a jugar en su juego. "𝘚𝘰𝘺 𝘵𝘶 𝘥𝘶𝘦𝘯̃𝘰 𝘺 𝘵𝘶́ 𝘮𝘪 𝘮𝘢𝘺𝘰𝘳 𝘱𝘰𝘴𝘦𝘴𝘪𝘰́𝘯" 𝘜𝘯𝘢 𝘷𝘦𝘻 𝘦𝘮𝘱𝘪𝘦𝘻𝘢𝘯...