LA PURGA En HxH

4.- Preparativos Gon y Killua

El último barco del puerto hacia isla Ballena saldría al atardecer y Gon ya había empacado sus cosas para partir.

—Me apena que no hayas podido encontrar a tu padre, espero que tu tía te reciba con mucho cariño, Gon, fué un gusto tenerte de inquilino. —agradeció Satotz, el dueño de los departamentos donde Gon residió los últimos meses.

—El gusto fué mío, por favor, cuídese mucho, llámeme pronto para avisarme que todo está bien. —se despidió el chico.

En su trayecto hacia el puerto, decidió comprar algunos víveres y recuerdos para su tía y abuela, así que entró a una tienda de autoservicio y recorrió los pasillos hasta toparse con un área bastante inusual.

En un corredor amplio, se mostraba una gran y diversa cantidad de armas de todo tipo, desde navajas hasta grandes escopetas y metralletas. Al parecer era algo exclusivo de la fecha que se avecinaba.

En ese pasillo, entre algunas otras personas que curioseaban y escogían, vió a un niño de su edad, aproximadamente 12 años, sosteniendo una escopeta como un profesional y apuntando a Gon, quien rápidamente levantó las manos, haciendo que el otro soltara una carcajada burlona.

—Ni siquiera está cargada, tonto. —bromeó el niño, que tenía el cabello blanco y ligeramente alborotado. —¿También vienes a comprar armas?

—Eh, no, a los niños no les venden armas. —respondió Gon ingenuamente.

—¿Qué? a mí me venden todo tipo de armas, tengo un permiso.

—¿De verdad? ¿sabes usarlas?

—Sip, soy un asesino —reveló Killua— mi deber es saber usar cualquier tipo de arma, exclusivamente para la purga.

—No sabía que los niños podían participar.

—Mi familia se dedica a eso, pero veo que no te afecta saberlo. —dijo el albino notando que el pasillo quedó vacío al escuchar al Zoldyck hablar. —En fin, ¿quieres que te enseñe a disparar? no es difícil con armas pequeñas, o quizás puedas usar granadas, mi favorito es el lanzallamas.

—No tengo un permiso para usar armas.

—Oh, bueno, entonces... ¿cómo te llamas?

—Gon Freecss, tengo 12 años ¿y tú?

—¡¿12 años?! ¡yo también! me llamo Killua Zoldyck, vivo en la montaña Kukuro, es una zona totalmente restringida, ¿dónde vives tú?

—En isla Ballena, con mi tía y mi abuela, vine al mercado a comprar víveres para llevar a casa antes de irme.

—¿Vives en una isla? ¿qué haces tú solo aquí?

—Estaba buscando a mi padre, el año pasado vino a participar en la purga pero ya no regresó, desafortunadamente no logré encontrarlo.

—¿Cómo se llama tu padre? —preguntó Killua seriamente.

—Ging Freecss.

—Mmmm... no me suena —contestó despreocupado— en mi familia normalmente leemos los registros de defunciones para buscar personas fallecidas y tener un control con nuestros clientes y víctimas, no recuerdo haber leído ese nombre, debe estar vivo o quizás sí murió pero aún no hallan sus restos.

—Eso no me alienta mucho... —entristeció Gon.

—¡Perdón! no quise ser insensible, es que... matar personas es la labor de mi familia y es un tema común para mí.

—¿Porqué trabajan asesinando personas?

—No lo sé... —divagó desviando la mirada— siempre ha sido así desde que nací, no conozco otra profesión que deje mejores ganancias que esa, aunque la verdad no me gusta mucho, pero en fin, no puedo quejarme.

Un silencio se formó un par de segundos para luego ser despejado por el gruñido del estómago de Killua.

—¿Tienes hambre? —Gon prefirió cambiar el tema que parecía empezar a incomodar al chico albino.

—Eh, supongo, pero no hay problema, he resistido hasta una semana sin comer ni tomar agua. —su estómago rugió con mayor intensidad dejando en claro que mentía.

—¡Vayamos a comer algo! conozco un buen restaurante que sirve deliciosos platillos. —animó Gon.

Tras dudar un poco, Killua lucha contra sus políticas internas y acepta ir a comer con ese extraño chico que fácilmente podría ser su próxima víctima.