Baby🐺

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JiMin era un Omega joven, lindo, educado, hermoso, sumiso... pero en realidad, de sumiso no tenía nada. Nunca le bajaba la cabeza a alguien, su padre Alfa insitió en que aprendiera a defenderse incluso en sus celos, para que nadie lo marcara a la fuerza.

Muchos lo hicieron sentir mal porque le decían que por ser tan duro ningun Alfa le haría caso.

Pero tenía un Alfa muy lindo.

¡En sus caras envidiosas! Mi Alfa es el mas lindo de todos y el padre de los cachorritos que aun no tengo pero quiero.

JiMin había conocido a YoonGi hace más de ocho años. Eran estudiantes, y tenían mucho en común, además de ser destinados, su relación fue despacio, su Alfa había hecho un cortejo largo, YoonGi era un Alfa calmado pero que a veces se comportaba como un pequeño cachorro que solo quería jugar y hacerlo reír.

JiMin estaba orgulloso de que la Luna le haya escogido un Alfa tan bonito y atractivo, y con potencial para darle muchos cachorritos...

YoonGi lo cortejó durante dos años, cada día le entregaba una nota con una flor diferente, a veces le daba sus prendas de vestir para sus celos y en otras ocasiones lo llamaba para saber cómo estaba. YoonGi no apresuró nada, y al momento de culminar los dos años de cortejo, YoonGi no le pidió que fuera su novio ni su Omega, le pidió que se casaran... la Luna los había reunido en esa vida de nuevo, y no había caso detener su felicidad para continuar el camino juntos como Alfa y Omega.

Al principio YoonGi y JiMin decidieron terminar su universidad, para decidirse a pensar en cachorros. YoonGi tampoco daba indicios o alguna señal de que ya era hora, pero JiMin deseaba tener muchos cachorros de su Alfa, anhelaba ver pequeños corriendo por su hogar, refugiarlos en su nido, y amamantarlos con cariño mientras su Alfa le abrazaba y cuidaba de ellos.

JiMin estaba decidido a seducir a su Alfa, todo sea por sus cachorritos...

🐺

YoonGi era un Alfa consentidor con su Omega, nunca dejaría que su pareja este triste, todo era una amenza si eso lo quitaba la sonrisa a su JiMinnie...

YoonGi lo recuerda con ternura, su Omega era un atrevido y una bolita de azúcar tan dulce que podía matarlo de ternura. Pero lo que causaba gracia al lobo Alfa, es que su Omega era tan despistado...

JiMin era hermoso, nada en él podía considerarse como un defecto, para YoonGi todo en su pareja era perfecto y lo hacía único. Como el aroma a jalea y almendras tostadas que el menor portaba... ese aroma era exquisito y encajaba con una tarde cálida y un día de lluvia.

Pero volviendo con su Omega, era un poquito distraído... bueno, lo era mucho...

"¡Bebé no hagas eso!"

El Alfa luce afligido cuando observa cómo su pareja intenta bajar algo de la repisa alta del armario.

- Mimi, Mimi- YoonGi va hasta su Omega y lo sostiene de la cintura teniendo cuidado de no presionar tan fuerte.- Deja que Alfa lo haga, puedes herirte...

YoonGi era un paranoico si de cuidar a su Omega se trataba.

- Solo quería la cajita...-señala con un puchero. Y YoonGi se reprende por comprar ese armario... y luego recuerda que fue su Omega quien lo eligió.

- No bebé, no llores...- YoonGi le abraza.- Si necesitas algo puedes decirme, pudiste lastimarte, las barras son frágiles y pudiste caerte...- le explica mientras deja caricias en su espalda. JiMin asiente comprendiendo a su asustado Alfa. YoonGi calma a su Omega pues está asustadito... él solo quiere cuidarlos mucho...

Y YoonGi sabe que ese es el inicio de los cambios de humor... después de todo, su Omega bonito es un poquito -muy- despistado...

¡Cachorros! YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora