El Omega Que No Quería A Su Predestinado⁎yeonbin

CAPITULO 41

La luz del día anunciaba una nueva mañana, Yeji se estiro levemente mientras daba un largo bostezo, se sentía extraña, y demasiada cansada, quería levantarse pero algo se lo impedía, frunció el ceño y busco lo que lo impedía, y allí encontró un brazo sobre su cintura, rodeándola, y allí fue el momento preciso en que recordó lo que había pasado.

- ¡Me marcaste! -soltó de repente girándose de manera brusca y empujando a Ryujin haciendo que se despertará alarmada, abrió los ojos y miro hacía la omega que no se veía para nada contenta, y luego miro hacía la marca que le había hecho-. ¡¿En qué demonios estabas pensando?!

- ¡No me grites! -Ryujin se estaba molestanda-. Además me lo haz pedido.

- Se ve que no puedes controlar tus malditos instintos salvajes -toco en dónde tenía su reciente marca, dolía un poco-, maldición, maldición, me haz marcado, y sin cortejo, ¡mi madre va a matarme si se entera de esto!

- No creo que lo haga -menciono Ryujin revolviendo sus cabellos, esa omega es muy exagerada, pero no importaba, por medio del lazo podía sentir que efectivamente estaba muy alarmada-, debes tranquilizarte, estaré allí cuando se lo digas.

- No, no lo entiendes -menciono Yeji-, mi madre va a matarme cuando se entere, y seguramente a ti te irá peor, ¡¿cómo demonios pude dejar que me marcarás?! Se suponía que esto no debía pasar -Yeji cubrió su rostro con sus manos restregándolas para poder procesar el como le iba a decir a sus padres sobre esto.

La alfa lo miraba de soslayo, sabía que Yeji estaba preocupada, y no quería que lo estuviera, por su parte ella se encontraba más que contenta, estar por fin unido a su destinada le parecía lo mejor, y esperaba que Yeji también sintiera lo mismo, claro que no había sido en un momento muy adecuado, de eso estaba segura Ryujin, pero en verdad estaba agradecida que por lo menos aquella omega rebelde no se haya dispuesto a dispararle flechas para matarla.

- Omega -la omega lo miro solo por unos instantes-, relájate, ambas hablaremos con tus padres -le dedico una sonrisa para poder tranquilizarlo-, debes dejar esa preocupación de lado, tu alfa está aquí para protegerte.

- No eres mi alfa -respondió Yeji.

- Lamento decirte que eso no es una realidad -menciono Ryujin-, tal vez no sea la predestinada que tanto buscabas y anhelabas, pero me gustaría que me aceptarás.

- ¿Cómo piensas que te aceptaré cuando me haz marcado sin siquiera haberme cortejado?

- Por favor -menciono Ryujin con una voz más apacible-, lamento que mis instintos hayan tomado por completo el control, pero, en verdad me gustaría darte el cortejo que mereces.

Yeji sintió como una de las mano de Ryujin se colocaba justo sobre la suya, y esa corriente eléctrica que recorrió su cuerpo por completo con solo aquello, destinadas, eso es solo lo que significaba aquella sensación, calidez invasora que recorría tu cuerpo de inmediato y con una mirada que sabías que terminarían juntos por toda una vida, Ryujin es su destinada.

La omega sonrió mirando las manos, y con esa sola acción, le había dicho a Ryujin que aceptaba su cortejo, y que definitivamente estaría dispuesta a estar con ella para toda una vida, después de todo ambas estaban unidas, y por fin el lazo del destino es tranquilo, porque la unión ha sido hecha y nada ni nadie podrá romperla.

- Está bien -hablo Yeji sonriendo hacía la alfa-, pero ni creas que te salvarás de la paliza que mi padre te dará cuando se enteré.

- Tomare ese riesgo mientras puedas dejarme estar a tu lado.

- ¡Por supuesto que sí!

Ryujin junto su frente con la del omega y cerro lo ojos dándole las gracias, Yeji sintió su corazón comenzar a latir de forma desenfrenada por aquella cercanía y por las acciones del alfa, pero se sentía tan bien aquello, que decidió cerrar lo ojos para disfrutar de ambos aromas mezclados. La perfecta combinación.