Navidad. La festividad en la que se conmemoraba el nacimiento de Jesucristo. La festividad en la que se reunían todas las familias y amigos para comer en la misma mesa y disfrutar de una bonita velada. Desde el fallecimiento de mi madre, pensé que no iba a tener a ningún familiar o amigo con quien celebrar.
Lo cierto era que la tensión se notaba en el ambiente tras la última revelación del señor Clifford. Matthew apenas hacía acto de presencia en su despacho o en el comedor, prefería encerrarse en su cuarto a pensar quién sabe qué sobre Emily y su mejor amigo. Había retirado la palabra a su señora madre por haberle ocultado toda aquella información y ni hablar del señor Clifford, a él ni siquiera lo miraba.
Sophie, Mary y Frank se encontraban preparando la comida para tan estimado día mientras yo les admiraba por cada movimiento bien ejecutado. Mi madre me había enseñado a cocinar, pero mis conocimientos culinarios eran demasiado básicos en comparación.
—Me encanta esta época del año. Irradia tanta felicidad... —comentó Sophie, entusiasmada.
—A mí también me gusta —dije—. Espero que podamos pasar una buena velada todos juntos.
—Bueno, en realidad nosotros no nos sentamos a la mesa con la familia —añadió Sophie.
—¿De verdad? ¿Ni siquiera en Navidad? —pregunté, sorprendida.
—Navidad o no, nosotros seguimos siendo sus sirvientes —intervino Mary apartando una cacerola del fuego.
—Eso es, pero usted podrá disfrutar de una maravillosa cena en compañía del señor Duncan —me dijo Sophie alzando las cejas para después bajarlas.
—No sé si el señor Duncan querrá cenar con su familia, su humor no es precisamente bueno en estos días —comenté encogiéndome de hombros.
Mary me miró apenada mientras limpiaba sus manos en el delantal y Frank salió por la puerta de la cocina al exterior sin mediar palabra. Sophie se giró ladeando su cabeza hacia mí.
—Cierto, ¿qué pasó en su última reunión? ¿Debemos preocuparnos? La última vez que el señor Duncan desapareció en su habitación, déjeme decirle que no fue nada agradable para nosotros —comentó.
—¿Te refieres a cuando falleció su padre? —pregunté.
—Así es. Su tristeza rebotaba contra todos los muros de esta mansión —dijo Sophie dándome la espalda—. En el fondo creo que le comprendo, no debió de ser nada fácil perder a su padre y a Emily al mismo tiempo.
—¡Sophie! —gritó Mary regañándola.
Sophie se tapó la boca, nerviosa, como si se le hubiera escapado el más grande de los secretos.
—No se preocupe, Mary, estoy al tanto de la historia.
—¿De verdad? —me preguntó Sophie, extrañada.
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Hasta que cese la tormenta
Historical FictionEs 1849 y el invierno está a punto de comenzar. Una inusual tormenta de nieve asola el estado de Maryland, dejando atrapada y a las puertas del cielo a una Isabella Collins recién llegada de Inglaterra. Ella es una joven libre de la esclavitud, al m...