DIFÍCIL

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La relación entre Momoko y Masaru siempre había sido difícil. Para comenzar, ambos fueron enemigos mortales, bajo sus alter egos; sin embargo, Momoko se había enamorado de él desde que entró en la misma escuela y salón que ella, y aunque no tardaron mucho en descubrir sus identidades, eso no cambió ese hecho.

A Masaru, junto a sus dos compañeros Makoto y Koji fueron afectados por los rayos Z negros (junto al ADN de las Powerpuff Girls Z, cortesía de Mojo Jojo), lograron tener superpoderes malignos, convirtiéndose en los Rowdyruff Boys Z, pero fueron vencidos por las chicas. El pelirrojo nunca mostró interés en la súper heroína, ¿cómo hacerlo? Para él las chicas sólo eran unas tontas en aquel tiempo y era su enemiga. Pero ciertas circunstancias siempre los arrastraban hacia donde ellas estaban, incluso llegaron a ayudarlas alguna vez a vencer monstruos.

Al pasar del tiempo, Makoto, cuyo alter ego era Boomer, se había enamorado de Miyako, también conocida como Burbuja, y aunque la segunda tenía sentimientos hacia otra persona, eso no evitó que terminasen siendo buenos amigos, tenían mucho en común después de todo y sus personalidades congeniaban muy bien. Eso siempre estuvo allí, y por mucho que Miyako se le dificultó aceptar que quería a Makoto más que como un amigo, una vez lo hizo, no hubo marcha atrás. A pesar de aquellas circunstancias, a los azules no se les hizo difícil el estar juntos y que funcionase.

Kaoru y Kojiro eran otro caso. Los verdes a pesar de repetir lo mucho que se odiaban y vivir discutiendo, también era obvio la atracción que se tenían, ambos eran testarudos y orgullosos, pero más que enemigos, eran más como rivales, vivían en una eterna competencia, tener gustos tan similares también los hacía congeniar, y que en el futuro los hizo llevarse mejor; e incluso siendo pareja, veían todo como una competencia, y cuando estaban juntos eran inalcanzables.

¿Pero Momoko y Masaru? No tenían nada en común, nada que se viera a simple vista. La chica era muy empalagosa, de esas que justo el pelirrojo quería alejarse; pero era impresionante como a pesar de todo lo que Masaru había hecho como Brick, seguía queriéndolo. Porque Masaru tampoco era un santo, solía hacer bromas pesadas con sus dos amigos y él era el líder de esas travesuras. Momoko fue inocente y tonta las veces que le mintió y se aprovechó de ella al saber que gustaba de él, y cuando la ojirosa supo la verdad, se desilusionó, a Masaru no le pudo importar menos, pero aun así ella siguió enamorada de él.

En ese momento él sólo pudo pensar que era la niña más estúpida del universo, pero también la más determinada a no rendirse; admitió que era digno de admirar, mucho más cuando por chismorreos de los de su mismo salón, supo que Momoko era de las que se enamoraban fácilmente de cualquier chico, pero Masaru nunca notó que ella sintiera algo por alguien más que no fuese él.

Y la mera idea de que ella de repente le gustase otro chico, le incomodaba. No estaba celoso, para nada, o eso decía. Quizá era simplemente costumbre, aunque sabía que era muy egoísta el querer que una chica siempre gustase de ti cuando vivía rechazándola y negando que le gustaba.

Se suponía su maldad debería de hacer que no le importase aquello, pero a él no le hubiese gustado conocer a alguien, sea amigo, un amor, y que lo destruyera de tal manera. No, Masaru demostraba ser muy inmaduro, travieso y malo, pero se preocupaba por sus amigos, e incluso por los sentimientos de Momoko los cuales no correspondía en aquel entonces, por ser tan empalagosa, pero poco a poco le fue interesando saber más acerca de ella al ver aquella determinación hacia él; además, después de un tiempo había bajado aquella intensidad que tenía hacia él en el inicio, y eso lo hizo sentir menos asqueado de acercarse, pero también que ya no gustaba de él.

Porque Momoko era exagerada, su adicción a los dulces, a los mangas y a los héroes, incluso su "amor" por él era exagerado. Y no ver más aquella exageración lo hizo dudar, sentirse incómodo. No le desagradaba, pero se sentía extraño. Masaru no supo lo que quería en aquel entonces, pero sabía que tenía que saber lo que a su contraparte le pasaba por la cabeza hasta que decidió encararla.

blossick  one shot y lemon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora