Ahí se encontraban. Tendidos en aquella cama que le pertenecía al chico. Ambos sonrojados y con la respiración algo agitada, una más que el otro.
Momoko no dudó en morder sus labios. No dejaba de mirar al techo, se sentía avergonzada. Giro su rostro para ver al pelirrojo que estaba a su lado. El parecía tranquilo, con los ojos cerrados y sonrojado al igual que algo sudado.
—Brick...—la chica no evitó tartamudeara para después poder decir bien su nombre. No tardo en escuchar la risa del chico para abrir sus ojos y verla. Momoko no pudo evitar sonrojarse más, esa imagen del chico la ponía nerviosa y es que se veía más guapo de lo que era. Podía notar su perfecto perfil con su perfecta cara, o bueno, a si lo veía ella.
—¿Que pasa?—le sonrió de lado para verla fijamente a los ojos. Su sonrisa no era burlona, era más bien de esas sonrisas en las que parecía un Niño que había conseguido lo que quería.
—Te...te extrañe—hablo mirándolo fijamente. Estaba algo nerviosa, y es que desde que lo vio se comenzó a sentir nerviosa y aquellos nervios no se habían ido.
Tenían al menos seis meses sin verlo, pues la chica había tenido que irse de intercambio a Francia mientras que el chico se había quedado ahí. Llevaban una relación a distancia y aunque brick insistía que iría a verla está siempre se negaba, pues compartía casa con sus tíos y por una obvia razón, no sabía que era una súper heroína.
—Yo también te extrañe preciosa—sonrió aquella cálida mano de su novio en su mejilla. Era la segunda vez que lo hacían, y aún se sentía torpe, sin saber que hacer después de tener relaciones.
No evito sonreír y acercarse a él para recostarse en su pecho desnudo, escondía su cara en el. Lo había extrañado. Cuando por fin llego a su casa no dudo en ir a la de brick, le había mentido al chico que llegaría en una semana y quería darle aquella sorpresa. Cuando llego a la casa de este, toco la puerta varías veces.
Para su sorpresa brick estaba viendo por la ventana, la vio llegar y no dudo en bajar. Lo primero que hizo fue abrir la puerta y abrazarla para después darle besos cuáles la chica correspondió con emoción y algo de llanto, tenía mucho que no lo veía.
Aquellos besos pasaron de una cosa a otra. Tuvieron suerte a su favor pues sus dos hermanos no se encontraban y también que su madre adoptiva, Bellum. Ella se encontraba en la oficina con el alcalde mientras sus hermanos en sus actividades de la tarde. Los adolescentes no dudaron en perder el tiempo y ahora estaban ahí, abrazándose y dándose mimos.
Momoko había extrañado mucho a su novio, extrañaba aquella sensación como si fuera la primera vez que lo viera, como si fuera el primer beso, como si fuera el primer todo, el simplemente la hacía sentir bien.
Recuerden esta historia no es mía solo comparto
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blossick one shot y lemon
Hayran KurguHello chicos traduci estas historias no son mias porque no quiero que digan que me robo historias solo las comparto porque creo que merecen disfrutarlos