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La reunión que se había llevado a cabo para hablar sobre la más reciente aparición de una de las lunas superiores y sobre como era su estilo de pelea estaba llegando a su fin, los presentes habían oído con atención el relato del pilar de la flama sobre su combate contra la tercera luna superior del cual había salido vivo por los pelos; una vez termino con su relato el Patrón procedió a hablarles sobre las nuevas cifras de asesinatos de demonios, además del incremento de bajas de cazadores de demonios en distintas partes de la región y como uno que otro cazador les mando un informe sobre una extraña especie de demonio que no moría instantáneamente con el corte de sus espadas sino que se desangraba y moría como si fuera un animal

- Según los informes que hemos recibido, esta nueva especie de demonios no se parece en nada a los que ya se han visto - su mirada pasó por todos sus hijos deteniéndose por unos segundos en el lugar donde el pilar del agua se encontraba -. Estos tienen una apariencia más bestial que humana y sus cuerpos no llegan a desintegrarse después de que se les corta la cabeza

- ¿Podría ser una especie nueva de demonio que Muzan haya creado?

- Lo más seguro, aunque antes de dar algún tipo de conclusión. Shinobu, me gustaría que tu...

- ¡RAY!

Aquel grito llamo la atención de todos los presentes con excepción de uno que solamente se tensó en su lugar queriendo que aquella voz solo fuera producto de su imaginación, los pilares curiosos voltearon a ver a la persona a quien pertenecía la voz y que habían encontrado el lugar donde el Patrón y su familia vivían.

Se trataba de dos jóvenes adultos. Uno de ellos era una mujer de cabello naranja y ojos verdes que vestía un vestido blanco sencillo dos dedos arriba de la rodilla con un fajín rosa en su cintura, bajo este usaba mallas negras que se escondían entre sus botas cafés claro. El otro era un hombre de cabello rubio platinado y ojos azules, vestía casi por completo de blanco, su camisa y pantalones eran blancos lo único que contrastaba en colores era su chaleco azul claro y sus zapatos cafés claros; algo que ambos tenían en común eran las capas que colgaban olvidadas en sus hombros y que eran perseguidos por unos kakushi's quienes trataban de evitar que llegaran a su destino. Ambos adultos frenaron su carrera al verse frente aquel grupo peculiar de personas con espadas y fijaron su vista en el que estaba más separado del resto.

- ¡RAY ¡

Tras ese último grito y de haberse convencido de que todo eso no era producto de su imaginación, para su desgracia, levanto la mirada encontrándose con los rostros cansados y algo lastimados de quienes en un paso considero sus "hermanos" antes de que renunciara a su nombre cambiándolo por otro y se dedicara a cazar demonios hasta el punto de volverse un pilar.

- Sentimos mucho esta intromisión Señores Hashiras, Oyakata-sama - hablo uno de los kakushi's arrodillado frente a la presencia de sus superiores -. Tratamos de detenerlos, pero no hacían caso a nuestras palabras

- No se preocupen

La voz del patrón hizo que la atención de todos fuera directa hacia él casi como si todos se preguntaran ¿por qué deja pasar esta falta de respeto y posible violación de seguridad a su hogar ?

- Tal parece que estos jóvenes están buscando a alguno de mis niños así que por esta vez lo dejare pasar

- Lamentamos la intromisión a su hogar de esta forma señor - habló el chico de cabello casi blanco haciendo una reverencia en modo de disculpa. Era obvio el hecho de que aquel señor era el líder o jefe de todas esas persona -. Aunque lo que dice es correcto, necesitamos hablar con nuestro hermano Ray

Hermano. Aquellas palabras nunca le habían disgustado tanto a Tomioka como hasta ese momento. Notó como todos estaban confundidos por lo dicho por Norman y era que ninguno de ellos sabía nada de su pasado o su vida en general, la única persona que podría darse una idea de quien estaban hablando podría ser Oyakata-sama, pero no sabía si el recordaría aquella platica que tuvieron hace años

De proie à chasseurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora