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- Emma...

Un grito desgarrador raspo contra su garganta, cayo de rodillas al suelo viendo el panorama, su casa... su amado hogar estaba hecho cenizas, no quedaba ningún rastro de lo que alguna vez fue su hogar permanente desde que habían escapado de las granjas; todo se había ido, no quedaba ningún rastro ni siquiera de lo que eran los cuerpos de su familia todo estaba hecho cenizas, humo y carne calcinada. Abundantes lagrimas caían por sus ojos y los sollozos no se hicieron esperar lamentándose el hecho no poder haber estado allí para ayudarlos y gritando a todo pulmón mientras sus puños se estrellaban de forma consecutiva contra el suelo hasta que estos acabaron rojos, lastimados y sangrantes.

- Emma... para ya

El peliblanco se acercó abrazándola por la espalda llorando en silencio mientras apresaba a la femenina contra su pecho para que dejara de hacerse daño a sí misma mientras su mirada perdida – casi muerta- solo veía como es que el fuego que aun ardía seguía consumiendo parte de lo que alguna vez fue su casa

- Porque tuvo que pasar esto... Porque... porque ¡¿Por qué?!

El pilar del agua solo desvió la mirada de aquella escena apretando los puños con impotencia la ver que nuevamente había llegado tarde... Demasiado tarde; una mano cálida se posó sobre su hombro dando un ligero apretón sobre este a modo de consolación y en lugar de apartarlo se volteo escondiendo su rostro contra el pecho del contrario en busca de consuelo mordiendo su labio inferior con sus hombros temblando por el esfuerzo sobre humano que estaba haciendo por no llorar; sintió como sus brazos le rodeaban apretando su cuerpo con ligereza y por el rabillo de sus húmedos ojos vio sus labios moverse en alguna frase inaudible a sus oídos en aquel momento, odia romperse frente a cualquier persona pero en ese momento lo único que deseaba era despertar de aquella pesadilla.

¿Qué mierda había pasado en ese lugar? Hace unos instantes todo estaba bien

Mordió su labio inferior con fuerza ahogando sus lágrimas, inhalo profundamente por la nariz esperando sentir ese aroma a leña fresca de fogata inundarlo para encontrar a que aferrarse y así poder usarlo como un ancla, pero en su lugar fue recibido por un aroma a lavanda y otro a naranja que eran demasiado empalagosos que lo envolvían como una droga demasiado adictiva, una droga que hace mucho no sentía. Su mente voló sin su permiso a una pintoresca cabaña rodeada por un hermoso bosque y que se llenaba con las risas inocentes de varios niños que jugaban libremente sin saber el peligro en el que constantemente estaban viviendo, se encontró deseando volver a esos días donde todo parecía ser mucho más sencillo para todos, cuando mamá solo era su mamá, cuando los juegos no eran entrenamiento para sobrevivir, cuando no estaba obligado a permanecer oculto en el manto de la sombras para realizar su trabajo.

De repente se encontraba deseando tener 11 años otra vez

- ¡Todo esto es tu culpa maldito! ¡Tú causaste esto! – escucho a la voz furiosa de Emma -. ¡Asesinaste a toda nuestra familia!

- Señorita Emma tiene que calmarse, alterándose de esta forma no llegaremos a nada y...

Aquella voz que fue callada de forma tan repentina se le hizo familiar, fue como un soplo fresco de verano que no sabia que necesitaba y por un instante lo hizo ser consciente de la serpiente que se enroscaba lentamente contra su cuerpo y rellenaba sus sentidos con algodón para hacerlo sentir falsamente seguro

- ¡¿Cómo te atreves a decir que debo de calmarme?! ¡Asesinaste a toda nuestra familia!

- Ellos son tan malos Ray – Escucho la voz de Norman contra su oído y casi podía jurar que el aroma a lavandas se intensificó -. Son tan malos con nosotros que me hace creer que todo era mejor cuando estábamos en casa con mamá y todos los demás

De proie à chasseurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora