Yoongi, un omega que lleva cuatro años divorciado de su ex alfa, decide perdonar sus errores y junto a la pequeña Sarang, hija de ambos, emprende viaje a Busan para darle una sorpresa a Jungkook.
Las emociones del alfa se movilizan tras volver a ve...
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―Quiero ver como esta ―dijo Jungkook con la mirada puesta en la puerta del cuarto.
―Yoongi esta bien, ni siquiera tienes que moverte, Tae lo esta cuidando ―. refutó Jimin.
―Es mi ex omega, tu hermano no tiene nada que ver con él ―gruñó el alfa.
―¿A no? Que te entre en la cabeza que Yoongi eratu omega, lo perdiste y él ahora puede hacer lo que quiera ―suspiró antes de acercarse a la puerta y abrirla. ―Vete acostumbrando a la idea de que tu ex y mi hermano se vuelvan muy muy cercanos.
Murmuró antes de salir del cuarto.
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Pasado el incidente, últimaron detalles de la habitación de invitados y bajaron a la cocina.
―¡Yo seré el asistente! ―exclamó Tae con entusiasmo.
―¿Yo también puedo? ―intervino Jungkook.
Era obvio que Yoongi sería el chef, y muy probablemente aquel puesto seria suyo hasta el final de las fiestas.
―Por mi esta bien, pero no lo arruinen o los despido de mi cocina ―advirtió el pálido sin notar la cara de estupor y miedo en sus ayudantes al verle blandir la cuchara de madera como si fuera algún arma letal.
―Jugare con los niños ―dijo Jimin sentado en el sillón.
Sarang lo miro y suspiró, su papi le había enseñado a ser tolerante ante todo, pero esto iba más allá de los límites que una niña de siete años podía soportar, Vini se dio cuenta del cambio repentino en el ánimo de la infante y apretó su mano.
―Tío mimi, creo que por hoy no deberías jugar ―opino Vini.
―¿Porqué no bebé? ―preguntó el mayor bastante sorprendido.
―¡Porque no quiero jugar contigo! ―exclamó Sari sin aguantar las lágrimas que comenzaron a correr por sus mejillas.
La castaña salió corriendo escaleras arriba, seguida por Vini, el menor no se despegaba de su lado desde que la conoció. Taehyung los observó, luego volteo la mirada a Yoongi, quien se veía preocupado por lo sucedido.
