Yoongi, un omega que lleva cuatro años divorciado de su ex alfa, decide perdonar sus errores y junto a la pequeña Sarang, hija de ambos, emprende viaje a Busan para darle una sorpresa a Jungkook.
Las emociones del alfa se movilizan tras volver a ve...
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―Gracias, yo...creía que todo eso era aburrido ― río sin sentir ni un poco de gracia, ―Un bailarín debe ser más interesante que alguien que se la pasaba sentado escribiendo tonterías.
Formó una línea con sus labios, en realidad no se sentía tan inseguro, solo quería quitar ese maldito dolor en el pecho que le hacía querer llorar.
―No eran tonterías, y... un bailarín no es tan exótico como parece ―dijo Jeon por lo bajo.
―Papá era músico, hacía rock y también rapeaba muy muy rápido ―intervino Sarang, a quien siempre le había fascinado ver a su papá cantar.
―¿Cómo? No sabía eso ―admitió Jungkook entre sorprendido y confundido.
―Y tampoco sabías lo difícil que es ser padre soltero en Corea del Sur ―habló Yoongi ―Me hecharon de mi trabajo, casi pensé que moriría con Sarang, pero se me dio la posibilidad de trabajar en un bar haciendo música, aunque tenía que tomar supresores y no decir que era omega, para evitar problemas. ―confeso sacando una sonrisa de los labios de Taehyung.
―Woow eso es sorprendente, si hubieras estado en Francia quizá conseguias un trabajo más cómodo y seguro ¿Tuviste muchos trabajos? ―preguntó el alfa moreno con mucho interés.
―¡Sí! Unos cuatro trabajos, en el bar con la banda, limpiando una librería por la mañana los lunes y viernes , como mesero del bar cuando se requería personal, y mi trabajo más estable que ha sido como cajero de una tienda de discos ―relato sus ocupaciones.
Jungkook lo miro anonadado, el omega había trabajado a más no poder en su ausencia mientras él recibia dinero de una academia en la que casi no estaba y de una tienda de artículos para deporte que llenó de subordinados.
―Debiste estar muy cansado ―murmuró el alfa de Busan.
―Me prohibi estar cansado, tenía una hija que criar, así que no podía darme el lujo de estar cansado ―respondió.
―Los padres somos incansables por nuestros hijos ―menciono Taehyung acariciando el cabello de Vini.
Jeon suspiró, él no sabía lo que era eso, y hubiera deseado trabajar más por su hija y su omega.
Dejando atrás aquella conversación, los niños continuaron jugando un poco más y los adultos observando. Pasada la tarde ya era hora de volver al hogar.
―¡Vamos niños! ―Yoongi los llamó con dulzura.
Los dos respondieron y corrieron hacia el omega, luego Sari subió a espaldas de su padre, y Vini a los hombros del suyo.
―¡Papi! ―Sari llamó al omega ―¿De que era la canción que más cantabas? ―preguntó la niña tratando de recordar.
―Es mejor que hablemos de eso otro día hija ―Min le sonrió.
