Primer beso.

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Mi mente estaba en negro, de repente empecé a escuchar unas voces de fondo, como a lo lejos, no eran voces que pudiera reconocer, trataba de abrir los ojos, pero me pesaban, de a poco fui recuperando la conciencia, estaba todo borroso y sobre mi había una chica de unos 23/24 años, no más que eso, tratando de hacerme reaccionar

- ¿Qué me paso? – pregunte muy confundida y mirando a esa chica pelirroja que me miraba con cara de preocupación, como pude trate de incorporarme un poco y quedar sentada en el cemento.

- Te desmayaste. No sé muy bien que te paso, yo estaba pasando por tu lado cuando caíste al piso.

- Mierda, me duele mucho la cabeza.

- Si, es lógico, caíste de espalda y tu cabeza reboto como si fuera una pelota de básquet.

- Tengo que irme- intente ponerme de pie, pero un gran mareo vino a mi y no me lo permitió- Mierda

- ¿A dónde se cree que va señorita?

- Amelia

- ¿Dónde se cree que va señorita Amelia? Quédate acá conmigo que ya llamé desde tu móvil para que vengan a buscarte, perdón que haya sido tan atrevida, pero lo creí necesario

- Está bien ¿te acuerdas a quien llamaste por casualidad?

- Si a una tal Luisita Gómez

- ¿QUE? Nonoono, me voy sola

- A donde te vas a ir sola si no podes están en pie sin marearte

- Bueno entonces me voy con vos, sácame de acá antes de que ella venga por favor

Vi como esa chica pelirroja con cara de no entender nada me saco de la plaza y me acompaño a tomarme un taxi, como le explicaba a esa chica que el motivo de mi desmayo había sido por la misma persona a la que había llamado para que venga a rescatarme.

- Acá esta bien, ahora me tomo un taxi y me voy para mi casa

- ¿Estas bien segura? Disculpa si metí la pata llamando a esa chica

- Tranquila, todo bien y muchas gracias por ayudarme

- No es nada- se generó un silencio incomodo que no sabría explicar bien el porqué, ya que todo el camino de la plaza a la parada de taxi veníamos hablando lo mas bien

- Bueno, me voy a casa, y de nuevo muchas gracias por ayudarme- estaba por girarme para subirme a un taxi pero ella volvió a hablar

- Perdón el atrevimiento, pero... ¿Podría invitarte a tomar algo? – yo sonreí

- Gracias por la invitación ¿señorita?

- Sara

- Muchas gracias por la invitación señorita Sara, pero ahora mismo estoy hecha un lio y no soy buena compañía para nadie

- Esta bien, tenia que intentarlo jajaja no me iba a perdonar haber tenido una chica tan linda y simpática en frente y no invitarla a tomar algo- Yo solo me reí y me subí al taxi que me estaba esperando

En el camino a casa no hice más que pensar en lo que había hablado con Luisita ¿Cómo iba a lograr ser solo su amiga? ¿Otra vez? La verdad es que no podía, no iba a poder, no me iba a salir, claramente la mejor opción era alejarme, olvidarme de ella, aunque se me fuera la vida en ello ¿Cómo se hace? ¿Cómo se puede olvidar a alguien que llevas calado en la piel? No encontraba respuesta alguna a todas las preguntas que se me venían a la mente, mi cabeza en este momento era una tormenta de pensamientos y mi calma un terremoto de emociones.

Llegué a casa y me encontré con mi hermana mayor, de todas las personas con las que me podía encontrar, ella era con la única que quería hablar.

- De donde llegas vos con esa cara

Volviendo a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora