Siguieron besándose, con lentitud, con amor, demostrándose mutuamente cuanto habían deseado y esperado este momento, nada más existía, era ellas dos en aquella habitación dándole paso a la pasión y al amor que desde hace años se tenían y ninguna se admitía ya en voz alta, Luisita por estar con otra persona y por ya haber sido rechazada en un pasado y Amelia porque no pudo soportar la no respuesta de Luisita.
Ambas estaban nerviosas, pero al mismo tiempo felices, necesitaban tocarse, besarse y sentirse. Siguieron despojándose de sus ropas entre besos y caricias, Amelia tomo a Luisita de su cintura y la dirigió hacia la pequeña cama que se encontraba en esa habitación, ambas habían quedado solo en ropa interior Luisita con un conjunto de encaje blanco y Amelia un conjunto de encaje negro.
La rubia se recostó sobre la cama y la morena quedo recostada sobre el cuerpo de esta, comenzó a besarle el cuello, bajando hasta sus pechos, se la quedo mirando un par de segundos, obnubilada.
- No puedo creer lo hermosa que sos – Dijo Amelia con brillo en los ojos
- Y yo no puedo creer que al fin haya llegado este momento – dijo la rubia sentándose en la cama, tomando a Amelia por el cuello y besándola.
Esta ultima no pudo esperar mas a probar esos pechos que la estaban esperando y con algo de torpeza desabrocho el sostén de su rubia, se lo quito y en cuestión de segundos se lanzo a sus pechos, los beso, los lamio y succiono, siguió con un camino de besos por su abdomen hasta llegar al borde de su tanga, comenzó a jugar con el elástico de esta
- ¿Puedo?
- Por favor
Ya con el permiso de su rubia, le quito la tanga y siguió con el camino de besos hasta llegar al tan ansiado lugar, comenzó con besos en su centro y pudo escuchar un gemido de Luisita, sonrió y siguió con su lengua, recorrió todo su centro con el sonido celestial que era para ella los gemidos de la rubia, mientras seguía con sus lamidas ingreso dos dedos en su centro y pudo observar como Luisita arqueaba su espalda por sentir a Amelia dentro suyo.
Siguió lamiendo su punto débil mientras sus dedos seguían entrando y saliendo de la rubia, cada vez con mas rapidez.
- Si sigues así me voy a correr – dijo la rubia con la voz entrecortada y su respiración agitada
- Hazlo, quiero que te corras en mi boca, quiero sentir tu sabor
Amelia volvió a lo que estaba haciendo y en cuestión de segundos pudo sentir como Luisita se estremecía por completo, su cuerpo se tensó y acto seguido se escuchó un gran gemido al haber llegado al punto máximo del orgasmo. La morena lentamente retiro sus dedos y con su lengua termino de chupar todo el orgasmo de su rubia.
Lentamente se retiro de su centro y con un camino de besos volvió a su boca, la beso con amor, con lentitud, haciendo que se probara ella misma. Luisita correspondió a ese beso con la misma lentitud mientras trataba de recuperar su respiración luego de haber tenido el mejor orgasmo de su vida.
De un movimiento ágil, la rubia se dio vuelta quedando sobre el cuerpo de Amelia, comenzó a besar su cuello subiendo hasta el lóbulo de su oreja, el cual chupo y mordió.
- Voy a darte el mejor orgasmo que hayas tenido nunca – le susurro con una voz ronca
Comenzó a besarla mientras su mano bajaba en primer lugar a los pechos de la morena y se colaban por debajo de su bracear, jugo con su pezón mientras escuchaba unos gemidos tímidos que salían de la boca de Amelia, acto seguido los apretó con mas fuerza y le saco al fin su bra, liberando los pechos que tantas ganas tenia de probar, una vez ya sin telas de por medio se lanzo a ellos, los disfruto, jugo con ellos de todas las formas posibles.
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Volviendo a ti.
Hayran KurguEl amor duele, pero mas duele el amor que no llego a ser. Dolor, distancia y cicatrices, preguntas que no tuvieron respuestas, hasta ahora. ¿Podrán darse una nueva oportunidad después de tantos años?