No es tu culpa.

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- Sebastián por favor, me estas asustando y lastimando, tratemos de calmarnos y hablar bien

Cada parte de mi cuerpo temblaba como nunca antes, jamás había visto a mi novio así, jamás se había atrevido a siquiera levantarme la mano. Pero esta vez pude ver en sus ojos el odio, el enojo y el dolor que le causo toda esta situación, que le cause yo.

- ¿Cómo queres que me calme Luisa cómo? Dios mío, es que yo no puedo creerlo, jamás te creí capaz de hacer algo así, de hacerme algo así.

- Sebastián vos tenes que entender que es mi cuerpo y te pido perdón si es necesario, pero yo no quiero ser madre y mucho menos a mi edad, que tengo 23 años joder, no se ni que va a ser de mi vida mañana y vos tampoco estas listo para ser padre

- Eso nunca lo voy a saber porque me quitaste la oportunidad de descubrirlo

- Trata de entenderme por favor

- ¿Entenderte? Luisita mataste a mi hijo

- No bueno esto es un montón, entiendo que pensamos distinto, pero yo no mate a nadie, llevaba 3 semanas de embarazo. Tampoco pretendo que lo entiendas, pero si quiero pedirte perdón, me siento muy mal por verte así y saber que fui yo quien lo provocó.

- Es que sí, es tu culpa Luisa es tu culpa

Y en el momento que pensé que las cosas ya se empezaban a calmar ¡POM!

- ¿¡¿¡¿SEBASTIAN QUE HACES?!?!? – El golpe que dio con su puño a una de las paredes de la sala retumbo en todo el piso

- ¿QUE HAGO? Esto es tu culpa Luisa y ese golpe a la pared fue para evitar pegarte a vos.

- ¿Qué decís? – No podía dar crédito de sus palabras

- Si Luisa si, era o pegarle a la pared o romperte la cara y eso no me lo iba a perdonar jamás. Porque vos sabes muy bien que no soy violento

- Perdón amor, perdón por hacer que te pongas así, perdón por lo que hice. A ver dame esa mano, veni que te cuero

- No, déjame solo

- Por favor déjame empezar a arreglar un poco todo el mal que te hice entre ayer y hoy

- QUE ME DEJES SOLO, Por favor, ándate, mañana hablamos

- ¿A dónde queres que me vaya? Vivo acá y sabes bien que de mis padres no puedo ir a dormir que vino mi hermana y sobrinos de Estados Unidos y no hay lugar.

- No se y tampoco me importa. Ándate

Ante ese último pedido agarre mis llaves mi móvil y Sali de edificio, no quería seguir empeorando la situación, no quería seguir haciéndolo sentir peor, en parte todo esto era mi culpa y me merecía esa reacción ¿o que esperaba? ¿Qué el este feliz por que yo haya abortado? Aunque no quiera ser madre no tendría que haberlo hecho, no si él no lo quería, ahora estoy a punto de perderlo, como la perdí a ella.

Empecé a caminar sin rumbo por el barrio, intenté llamar a mi hermana María para preguntarle si me daba techo por esa noche, pero no hubo caso, no respondió a ninguna de mis llamadas ni mensajes. El mes de abril estaba empezando y el otoño se estaba haciendo notar, era una noche fría y poco estrellada. Ahí estaba yo, sin rumbo sin saber donde ir, llegué a un pequeño parque en el que había un banco, me senté y empecé a llorar, a llorar desconsoladamente, me sentía tan sola, tan mala persona, sentía que mi vida de un momento a otro había dado un choque en el que todo se esparció por el ambiente. Creo que perdí la noción del tiempo sentada en ese banco. No sabia que hacer ni a donde ir, no tenia a donde ir, ni a quien recurrir. Estaba sola, completamente sola.

Volviendo a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora