Maldita Sara.

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 Eran alrededor de las 16:00hs y yo decidí levantarme de mi siesta y empezar a cambiarme para ir a juntarme con Luisita, los nervios que tenia no me entraban en el cuerpo, no tenía nada claro, sabía que no podía ser su amiga, pero también era muy consciente que no quería volver a perderla.

 Capaz no todo iba a ser tan extremista, a lo mejor un poco de distancia nos hacía bien, aunque en mi cabeza dos años lejos de ella fueron demasiada distancia. Se que tenia muchas respuestas que darle a ella, y también tenia mucho miedo a esas preguntas. Solo esperaba y rogaba por que Luisita entendiera en parte mi pedido y postura, aunque eso iba a depender todo de como yo me expresara.

 Tenía tanto en juego y tanto que perder con esta conversación si yo no actuaba bien y no podía permitirlo, no podía permitir alejarme de ella ni alejarla de nuevo de mi vida, había vuelto a sentir lo lindo que era la vida con ella y tenia mucho miedo de volver al vacío que se siente una vida sin Luisita Gómez.

 Terminé de vestirme y decidí salir caminando hasta la plaza, así despejaba un poco la cabeza entre tantos pensamientos enredados y aprovechaba a fumarme un cigarrillo, me puse mis auriculares y las canciones de Lali Esposito sonaban a todo volumen en mis oídos. Fui directo al banco en el que habíamos estado la vez pasada, iba con la vista en mi móvil ya que estaba revisando Instagram y al llegar me senté, sin percatarme que ya había alguien sentado ahí.

 De la nada vi como una mano se acercaba a mi cara y di un salto por el susto al sentir que me sacaban un auricular

- Parece que hay cosas que nunca cambian- dijo Luisita sonriéndome con los ojos entrecerrados a causa del sol. Podría quedarme a vivir en esa sonrisa.

- Dios Luisita que susto – lleve mi mano a mi corazón cerciorando que todavía seguía allí – Ya veo, vos y tus manías de asustarme

- Vos y tu manía de ir en tu mundo con el teléfono en la mano cuando estas en la calle, tenes que tener más cuidado, te pueden robar.

- Ya lo se mami- ambas reímos, cuando esta risa termino se creo un silencio incomodo, ahí me di cuanta que tenia que arrancar esa conversación- Luisi, no quiero perderte, no de nuevo.

- Y yo tampoco a vos Amelia.

- Pero tampoco puedo volver a ser tu mejor amiga

- ¿Por qué? - su cara se tornó seria

- Porque yo te miro y te quiero besar, quiero saber lo hermoso que debe ser hacer el amor con vos, quiero ser yo la que te haga sonreír todos los días y no podría volver a ser tu amiga y que me cuentes cosas de tu vida con Sebastián, simplemente no podría soportarlo. Porque yo te amo con cada parte de mi corazón.

- Amelia no me la hagas más difícil por favor – Vi como una lagrima caía por su mejilla y ella se la limpiaba rápidamente

- Es que justamente es por eso que te pedí hablar, no quiero seguir complicándote la vida, no llores por favor. Luisi creo que lo mejor para ambas es que tomemos distancia, un poco al menos.

- ¿Pero que me estás diciendo? Amelia yo no quiero volver a perderte, no de nuevo- Ya no trataba de controlar su llanto, sus lágrimas caían sin parar y eso hizo que acto seguido mis lagrimas también empezaran a caer, trate de controlarme un poco y ser la fuerte de la situación para poder seguir hablando.

- Yo tampoco quiero volver a perderte Luisita, pero tampoco me hace bien no tenerte de la forma en que me gustaría. No voy a volver a desaparecer, solo necesito que tomemos distancia, el amor que tengo por vos no se me va a ir y eso hace todo más difícil para mí también.

Volviendo a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora