Capítulo 20

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Azul

Empecé a abrir los ojos y me sentí confundida porque no recordaba haberme quedado dormida. Todo era borroso ante mi vista y pude distinguir una silueta al frente mío que no sabía de quién se trataba. Llevé mis manos a mi rostro y me refregué los ojos para aclararme la vista y en cuanto lo hice unos ojos verdes me miraron preocupados. Harry.

— ¡Azul! —exclamó con cierto alivio—. ¿Estás bien? ¿Qué pasó? ¿Te sentías mal? ¿Por qué no me lo dijiste? —Hizo muchas preguntas que lograron aturdirme más de lo que ya estaba.

—Yo... umm...no lo sé...

—Claramente te ha bajado la presión. —Escuché la voz amorosa de una mujer y rápidamente todo vino a mi cabeza.

La cena en la casa de Harry. Su familia. Su padre. Mi padre. Su muerte. Una punzada me dio en la cabeza en cuanto me senté en lo que creí que era una cama. Miré donde estaba y la reconocí como la habitación de Harry.

— ¿Te duele la cabeza? —preguntó Anne. Asentí—. Te voy a traer algo para que tomes. 

Volví a asentir.

—No sabes el susto que me has dado cuando te vi desvanecerte. Menos mal que te atrapé antes de que pudieras golpearte la cabeza porque lo más probable es que ahora mismo estuviésemos corriendo hacia un hospital —dijo con un tono preocupado. Él se acercó y me estrechó entre sus brazos sin apretarme mucho—. ¿Te sentías mal? —Volvió a preguntar.

—No —negué—. Creo... creo que fu-fueron los nervios... —mentí. No iba a decirle que acababa de enterarme que su padre era el asesino del mío.

—Tal vez —dijo frunciendo el ceño—. Pero bueno, lo que importa ahora es que estés bien.

—Estoy bien, solo me duele un poco la cabeza —dije con una pequeña sonrisa. En ese momento entró Anne.

—Toma, aquí tienes una pastilla para el dolor de cabeza —ella puso amablemente una pequeña cosita en mi mano derecha y en la otra me tendió un vaso con agua. Miré extrañada la cosita de color blanco sin saber qué hacer con ella. Ana nunca me había dado una 'pastilla' antes y no sabía si era seguro tomarlo.

—Vamos, tómala, nena —me dice tiernamente Harry. Lo miré frunciendo el ceño pero si él decía que me la tomara lo iba a hacer. No creí que me hiciera algún tipo de daño si Harry y su madre me estaban dando algo para el dolor de cabeza. Cosas de humanos.

Me metí la pastilla en mi boca y me quedé allí sin saber que más hacer.

—Empújala con el agua, sino se te quedará atragantada —rió Anne.

Tomé un poco de agua tratando de tragarme la pastilla sin molerla con mis dientes o que se deshiciera en mi lengua pero no pude. Tomé otro sorbo más grande de agua pero no la pasaba.

— ¡No puedo! —dije medio lloriqueando. Harry y Anne se rieron de mi clara torpeza.

—Tira la cabeza hacia atrás y mándate toda el agua de una sola vez. A mí siempre me funciona —dijo Harry, con una sonrisa.

Hice lo que me dijo y por suerte la pastilla pasó por mi garganta. Sonreí una vez que había terminado. 

—En un rato se te pasará el dolor —dijo Anne.

—Gracias —dije con una sonrisa.

—De nada, linda —ella también sonrió—. No sabes cómo nos asustamos con Robin cuando Harry empezó a gritar como loco.

Blue Mermaid |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora