Destino

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Jugar con Sangah siempre ha sido un desafío, esta niña tiene baterías recargables integradas, pasamos de jugar algunos juegos de mesa a estar corriendo por el jardín intentando alcanzarla, mis piernas ya dolían de tanto correr, pero escuchar esa risa era todo lo que necesitaba, era como una inyección de adrenalina para seguir con el juego.
Cuando menos lo espere corrió directo a la casa, pasando el umbral de la puerta trasera, la seguí a un paso más rápido para que no interrumpa a Hoseok que estaba hablando por teléfono en la sala cuando habíamos comenzado a jugar a alcanzarnos. Su risa se escuchaba a cada paso que daba, cuando la vi frenar de golpe al llegar al salón me asuste tal vez interrumpio algo importante, al fijarme bien un hombre estaba hablando con Hoseok, era alto, lo veo girarse debido a que escucho las risas, me encuentro con un espécimen perfecto, claramente podría ser mi tipo ideal por el aura que emanaba, era algo misterioso, sus facciones masculinas, su cuerpo musculoso, piel morena, cabellos azabache que al igual que Hoseok tenía algunos risos en la nuca, mandíbula definida, unos labios abultados, ciertamente podría volver loca a cualquier mujer con su apariencia. Vestía unos pantalones negros de cuero, una camisa del mismo color debajo de un tapado de tiro largo, todo el conjunto era negro junto a los zapatos, lo que lo hacía ver más misterioso.
A lado de Hoseok que, si bien era mucho más ancho de cuerpo en brazos y espalda, este hombre resultaba imponente, Hoseok vestía una camisa blanca y jeans azules junto a una chaqueta de mezclilla. Sali de mi ensimismamiento al escuchar el grito de Sangah.
– ¡Tío HyunWoo!
¿Tío? Oh dios, este era uno de los hermanos de Hoseok, me sonroje. Hoseok mostraba una sonrisa brillante al ver a la pequeña saltar en los brazos de su tío cuando este vio las intenciones de la niña.
Su tío la levantaba en vilo y luego le lleno la cara de besos.
–Hola preciosa ¿Cómo está mi sobrina favorita?
–Muy bien –dijo entre risas.
–Me alegro.
A paso torpe me acerque un poco, tenía miedo de no causar buena impresión en ellos después de todo.
–Rose me ha cuidado bien tío.
– ¿Rose? –pregunto intrigado si no es que asombrado.
–Chi, ella –dijo apuntándome.
El hombre giro el rostro hacia mí y por un momento creí ver esceptísmo, asombro y un paso de emociones confusas en su rostro.
–Hola –susurre.
No me dio tiempo a decir nada más cuando lo vi bajar a Sangah y depositarla en el suelo sin dejar de mirarme, de un momento a otro sus brazos me envolvieron, con confusión me quedé estática, un brazo envolvía mis hombros y el otro tomaba con fuerza mi nuca.
–Te encontré –alcance a escuchar.
– ¿HyunWoo?
La voz de Hoseok me tenso, no sabía bien lo que sucedía, solo que este hombre seguía aferrado a mí, como asegurándose de que en verdad estaba en sus brazos. Luego de algún tiempo me soltó, acuno mi rostro en sus manos mirándome con felicidad, pero sus ojos tenían lagrimas acumuladas que me dieron muchas ganas de limpiar con los dedos.
– ¿Tío? –dijo Sangah.
–HyunWoo ¿Qué haces? –pregunto Hoseok.
–Te-tenemos que hablar en privado Hoseok –demando.
Un escalofrío subió por mi columna, si bien todo esto era extraño, lo que había pasado hace unos minutos y esa voz que de alguna forma me daba mal augurio, aunque en el fondo queria consolarlo, deseaba con todas mis fuerzas volverme a fundir en su abrazo algo realmente confuso para mí.
–Bien, vamos al despacho –dijo algo dudoso.
El hombre me soltó luego de darme un beso en la frente, se dio media vuelta luego de limpiarse los ojos con los dedos, y se encamino junto a Hoseok al despacho.
–Sangah –la llame luego de lograr salir de mi trance, despues de todo la pequeña y yo no entendiamos nada– Va-vamos a jugar afuera amor.
– ¡Chi!
Al menos la niña, no sintió el ambiente tenso ademas de que los niños se distraen fácilmente, no como yo que seguía sin comprender lo que había pasado y trataba de atar los cabos pero no encontraba las respuestas.