Mi Poema Preferido [Libro 2/individual. Saga "El arte de ellos"]

Capítulo 12

Nota: Capítulo largo, pero que al mismo tiempo me hizo volver a tomarle cariño a esta historia. Con estas escenas pude volver a sentir la esencia de los personajes a los que me uní hace tiempo.

Chicas contra chicos.

Bratt.

Tocarla durante toda la noche fue definitivamente la mejor sensación que alguna vez pude haber sentido. El tacto de su piel contra mis dedos, de mis labios sobre su cuerpo y el poder memorizar cada parte de mil maneras diferentes fue especial, muy especial y único.

Nunca me había sentido así, eso es algo claro y no es nuevo, sin embargo lo que si es nuevo para mí es el saber que el sexo puede ser más que acostarse con alguien durante algunas noches, algo mecánico, algo para saciar el placer de ambos y luego alejarse sin saber nombres. Esta vez no, esta vez fue completamente diferente.

Sentí una conexión con ella, sentí que esto nos unió más y tuve la necesidad de cuidar cada parte de su cuerpo como si fuera tan delicada como una seda.

Su cuerpo me fascinó, realmente. Es la mujer más hermosa que he podido admirar, tocar y tener el placer de mantener cerca.

Blair se remueve inquieta a mi lado en la cama.

¿Un dato curioso sobre ella? Cada cierto tiempo unos -no tan sonoros, pero aún así sonoros- ronquidos salen de ella por lo bajo al dormir.

La verdad es que me parece algo bastante tierno.

Cuando ella se acomoda nuevamente quedando de cara al fuera de la cama yo me posiciono de lado para así poder elevar mi mano y correr su cabello, corto y castaño claro con la intención de dejar su cuello libre.

Cuando lo hago no puedo evitar depositar un beso en el mismo, al cual ella aún dormida responde de un modo que me da a entender que el gesto acaba de hacerle una cierta cosquilla.

Me saca una sonrisa y me la quedo mirando por bastante tiempo, un tiempo indefinido del cual no soy consciente hasta que ella se da vuelta abriendo un solo ojo mientras se estira en el lugar.

Cuando por fin logra verme las comisuras de sus labios se elevan, sin embargo trata de disimularlo con una pregunta.

-¿Qué hora es?

-Temprano, todavía es de mañana.

Ella asiente y vuelve a cerrar los ojos al hablar.

-Tengo que ir al auditorio, no he ido en toda la semana.

Frunzo mi ceño ante la confusión, sin embargo ella se encarga de aclarar todo incluso antes de que yo haga una pregunta.

-A leer mi poesía. He ido a trabajar, pero la verdad es que no me ha dado tiempo a nada más.

-¿Tienes más poemas?- uso el dorso de mi mano para acariciar su rostro sutilmente.

-Siempre tengo, aún más cuando estoy inspirada.

Yo sonrío con arrogancia, no lo puedo evitar.

-Me imagino a que vendrá esa inspiración.

Ella me da un manotón en la parte alta del brazo mientras se ríe.

-No seas presumido, Foster.

-¿Foster? ¿Y eso?- enarco mis cejas.

Ella se encoge de hombros.

-Me gusta tu apellido.

Quédatelo. Digo, ¿Qué?

-A mí me gustas tú.