Capítulo 13

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Blair.

Los poemas de esta tarde son perfectos, durante el paso de este año todos han tenido un notorio avance que no hace más que enorgullecerme y hacerme feliz, ahora cada vez que se entra al auditorio hay cada vez más gente compartiendo sus poemas sin miedo a ser juzgados, por lo que estos llevan más interpretación y sentimiento.

Ya no hay solamente gente adulta, ahora también hay  adolescentes y eso me encanta, en mi opinión la poesía es un buen método para poder despejarse, de hecho es lo que yo hago, si me siento agobiada, mal, o a punto de llorar me ayuda mucho abrir mi cuaderno, tomar un lápiz, lapicera o lo que sea y  comenzar a escribir mis pensamientos. Al principio quizá no tienen una forma, pero con el tiempo la van tomando mientras que las ideas en mi cabeza se van haciendo más claras. 

Lo más importante en el proceso es sentirlo porque eso es el arte, después de todo no hay algo que se pueda hacer bien o mal. Solamente gustos.

Al finalizar mi poema cierro mi cuaderno sin perder la página que, de hecho, al momento está marcada con la pulsera que me regaló Bratt hace unos meses.

Solía tener un marcapagina de  tira azul sin más, sin significado y eso mismo era lo que me molestaba ¿Por que si todo mi cuaderno está lleno de intenciones no lo está mi marcapaginas? Decidí que usar el regalo de Bratt sería la mejor opción.

A Bratt le encantó la idea. Recuerdo que su sonrisa fue infinita y la verdad es que no lo entiendo, no entiendo como una persona puede poseer la bondad de hasta alegrarse de los detalles más mínimos que otras personas no serían capaces de notar ni en mil años.

Quizá por eso es que me gusta tanto. 

Bajo del escenario por los tres escalones laterales y cuando estoy por guardar mi cuaderno en la mochila que dejé a los pies del mismo, un hombre arreglado con Jeans cabello peinado hacia atrás y una camisa abotonada repentinamente se acerca a mi lado con las manos en sus bolsillos.

Aún con sus manos escondidas no puedo evitar dar un paso hacia atrás y sentirme ciertamente incómoda.

Odio esto, odio desconfiar de todo el mundo, pero sinceramente es algo que no puedo controlar y muchas veces me culpo de ello.

El hombre nota mi gesto y no tarda en presentarse en un intento de acabar con el incómodo momento.

-Buenos días- extiende su mano hacia mí, sin embargo yo no correspondo al no darme cuenta del gesto al momento, él vuelve a guardar su mano- soy Marshall Patrick, editor.

Abro los ojos como platos al instante.

-Editor como... ¿De una editorial?

Él asiente a la espera de que yo diga algo más, creo no estar comprendiendo bien el momento, pero de igual manera intento hacerlo.

-¿Quiere que le busque a alguien?

El hombre eleva la comisura de sus labios levemente antes de negar y volver a hablar.

-No. Ya tengo a quien busco frente a mí... ¿Blair, verdad?

Tontamente me señalo el pecho a mi misma en un asentimiento mientras el señor Marshall continúa hablando.

-... En busca de nuevos e inéditos talentos la he estado observando durante varias semanas, a usted y a sus compañeros, pero en ellos simplemente no pude encontrar lo que si pude en usted. Me gustaría trabajar con usted.

-¿Trabajar conmigo?

-Me gustaría proponerle la publicación de un poemario a base de sus poemas.

-Yo...- el hombre continúa esperando una respuesta que simplemente no puedo darle ahora mismo- ... señor Marshall, tendría que pensarlo, si me diera tiempo se lo agradecería mucho.

Mi Poema Preferido [Libro 2/individual. Saga "El arte de ellos"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora