Capítulo III

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Las olas golpeaban el arrecife, las nubes negras que indicaban que pronto caerá una terrible tormenta mantenían ocultar la luna, sería una larga y fría noche pero al amanecer el sol brillara en la cima y el frío invernal desaparecería por completo, el cambio de estación se hacía presente.

- habló en serio Hikari, tomaré un taxi e iré a cada, voy a estar bien - la joven azabache término de colocar sus zapatillas tomando un paraguas que esperaba pudiese protegerla de la lluvia hasta llegar a la avenida principal - te veré mañana en la escuela ¿esta bien? - con suma delicadeza sostuvo la suave mejilla del castaño sin borrar la bella sonrisa de su rostro.

- pero Rin esta oscuro y no quiero que te pase nada, déjame por lo menos acompañarte hasta el taxi - colocó su diestra sobre la mano contraria entrelazando sus dedos, era evidente su preocupación, no quería que la escena con la que se conocieron se repita, sentía como su deber protegerla a cualquier costo.

Hikari y Rin llevaban cerca de dos meses saliendo desde el día en que la encontró y salvo de aquel drogadicto que intento abusar de ella, cada día permaneció a su lado, en el largo camino que conllevó levantar una denuncia aun cuando tenía el apoyo de su padre y de la Agencia y así con el pasar de los días un genuino sentimiento creció dentro de ambos adolescentes.

Se amaban pese al poco tiempo que llevaban de conocerse, era algo tan sincero como alguna vez Dazai le menciono cuando conversaban acerca de su madre volviéndose así su mayor deseo conocer a alguien con quien pasar su larga vida, alguien con quien podría afrontar cualquier obstáculo y era con Rin con quien podía visualizar un brillante futuro.

Por desgracia el destino tenía preparado algo totalmente diferente.




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Nadie a kilómetros logró escuchar la fuerte explosión en la costa, los gritos de piedad y auxilio de los hombres con traje, los ataques hacia la Port Mafia continuaron, pasaron del extranjero a Yokohama donde el objetivo principal se encontraba.

No había más que un reducido grupo de 20 llevando acabo un intercambio mercantil, compra ventaja ilegal de armas de fuego de tipo militar, el objetivo evidente fue robarlas.

Una segunda ráfaga color carmesí se expandió destruyendo todo a su paso, el pelirrojo ni siquiera hacia el mínimo esfuerzo solamente obedecía las órdenes de su amo.

- Chuuya san por favor ¿no nos reconoce? - el único que permanecia vivo suplicaba por su vida pero nada detenia el paso de la gravedad, nada excepto una voz.

- déjalo, no es necesario que lo mates, no aun - los pasos apenas eran audibles sobre la arena mojada y con esa mínima orden todo se detuvo, la calma volvio dejando un silencio devastador, ese fue el momento en que el mafioso intento huir, debía informar lo que ocurría y quien era su enemigo - dile a tu jefe que volvimos y que quiero que me entreguen lo que me robaron, sino todo lo que conocen será destruido.

Las sirenas se acercaban, ambulancias, bomberos, policía, era momento de escapar y solo bastó que Nakahara liberará una onda de energía semejante a corrupción para que todo lo que había a su alrededor desapareciera dejando un enorme cráter, los medios lo informarían como una explosión de gas.

Cuando los servicios de ayuda llegaron los atacantes ya habían desaparecido.

Un Nuevo Comienzo ~ SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora