Capítulo XI

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Ver finalmente al pelirrojo después de nueve años hizo surgir por segunda vez sentimientos que creyó haber enterrado en lo más profundo de su ser, se percibía tan diferente, su brillante mirada celeste se había oscurecido aunque al mismo tiempo tenía tenues matices de tristeza, su hermoso cabello naranja rojizo había sido reemplazado por un profundo negro ébano provocando que su piel se hiciera más blanca, pálida y sus labios más rojizos, había bajado bastante de peso a como lo recordaba pero su cadera se veía ligeramente más ancha, aún con todo eso para él continuaba siendo tan hermoso como la primera vez que sus caminos se encontraron así como la última.

¿Como permitió que terminarán así?

- Chuuya - el ruso sostuvo con delicadeza la pequeña cintura del mencionado seguido de llevar sus largos dedos sobre sus niveas mejillas - matalo, destruye este lugar con tu habilidad, entierra a todos los que se atrevan a detenernos... -se inclinó a su oído y así poder susurra - recuerda que lo que ellos quieren es a nuestra pequeña Anya, cumple con tu rol como madre y protegela.

- lo haré -

Ante la atenta mirada del detective sus labios se unieron en un beso lento, lleno de un falso amor pero dejando en claro quien le pertenecia ahora y quien ya había ganado ese juego.

- pronto todo esto terminara mi ángel- le entregó un cuchillo de combate, útil para una pelea cuerpo a cuerpo, su especialidad de un artista marcial.

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Los miembros de la agencia se habrían paso rápidamente entre los pasillos con una fuerza abrumadora, Nakajima y Ryunosuuke haciendo frente a los usuarios de habilidad que podían se una molestia para los equipos de búsqueda, entre ellos se encontraban Tanizaki y Kenji quienes se enfrentaban a Pushkin.

- vamos niña tenemos que salir de aquí- jalo a la menor, le era imposible correr con ella, la consideraba peso muerto, sería más fácil abandonarla, podía ser una buena distracción al no poder encontrar una salida y sus persecutores estaban cerca de alcanzarlo.

- mi mamá, hay que regresar con mi mamá - gritaba entre lágrimas la menor, apenas podía seguirle los pasos, sus zapatillas de ballet no estaban hechas para correr de esa manera, término tropezando y lastimando sus rodillas como sus manos.

- no hay tiempo- iba a levantarla y llevarla sobre sus hombros hasta que sintió un fuerte golpe sobre su espalda pese a su alrededor no había nadie ¿que lo golpeo?

Pequeñas luces color esmeralda los rodearon por completo, caían como nieve mientras creaban una ilusión, intento correr dejando a la menor atrás pero un segundo golpe contra su nunca lo hizo caer inconciente.

-¿estas bien pequeña? - un joven de cabellos rubios quien sostenía un tubo de metal se inclinó, le extendiendo su mano con gentileza para poder ayudarla.

- mi mamá, quiero a mi mamá - la ropa que tanto había cuidado anteriormente ahora se encontraba arruinada, llena de polvo y tierra además de la sangre de sus heridas sobre las mallas.

- te ayudaremos a encontrar a tu mamá y a que te curen ¿esta bien? - el pelirrojo colocó las esposas en las muñecas del extranjero pidiendo refuerzos a la mafia para que lo recibieran una vez salieran de las minas, quizás podría ser útil por si su emboscada había fallado -¿como te llamas pequeña? -

- Anya... mi nombre es Anya - ambos agentes la observaron sorprendidos, era la menor que vieron en los videos del aeropuerto quien posiblemente había sido secuestrada de su país natal.

- Director encontramos a la niña - llamo por su radio tomando su mano para poder ponerla a salvo, aun no sabian con exactitud que era lo que hacía ahí, aun más que iban a hacerle pero podrían averiguarlo cuando vuelvan a la agencia- ¿quien es tu mamá? ¿como es tu apellido? -

Un Nuevo Comienzo ~ SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora