Capítulo XVI (R18)

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No podía moverse, su cuerpo se sentía pesado era como si algo lo mantuviera inmóvil sobre el mullido colchón, no podía hablar o quejarse, pero debía admitir que aquellad caricias se sentía bastante bien.

Se dejó hacer por la otra persona, separando aun más sus piernas permitiendo que se posicionara entre estas mientras sus grandes manos recorrían todo su cuerpo con delicadeza, podía sentir como bajaba por su pecho donde habían estado estimulando la piel sensible de sus pezones, continuo descendiendo por su vientre aun plano hasta su cadera donde lo sostuvo con un poco más de fuerza.

- ahh-

No podía continuar manteniendose en silencio, al sentir como sus dientes eran enterrados sobre la blanca piel de su cuello dejando marcas moradas por toda la extensión hasta su clavícula, ni siquiera podía recordar en que momento su playera fue arrebatada, estaba tan vulnerable, jamás creyó que él llegaria a verlo de esa manera, su orgullo no lo hubiera permitido pero ahora se encontraba rogando por ser follado.

-más ahh por favor -

Con los ligeros movimientos de cadera la erección contraria se frotaba aun más contra sus glúteos, podía sentirla a través de los jeans ajustados, el calor se apoderó de él, el deseo era aun mayor y cuando sus prendas inferiores abandonaron su cuerpo su mente dejó de razonar.

Quedó completamente desnudo y a su disposición.

- estas tan impaciente Chuuya, solo relájate y yo te haré disfrutar -

Sus dedos acariciaron su apretada entrada, sus músculos se tensaron por un segundo pero las palabras que le susurraba al oído consiguieron que aquel nerviosismo que lo cubría desapareciera.

Luego introdujo el primero y el gemido que salió de su garganta hizo eco en toda la habitación.

- deberías ver la expresión en tu rostro, quiero ser suave contigo pero no me la dejas fácil Chuuya -

El segundo dedo ingreso, el dolor se convirtió en placer, era vergonzoso gemir de esa manera sobre todo por un hombre que apenas conocía, si se concentraba lo suficiente podía escuchar incluso el suave chapoteo por el lubricante de las largas falanges mientras abrían su interior , estaban tan cerca de ese punto dulce y sensible, estaba cerca de su límite.

-¿quieres correrte?-

El más alto no espero una respuesta cuando con su mano libre tomo su miembro y comenzó a masturbarlo en movimientos rápidos, la estimulación fue suficiente para conseguir alcanzar el tan ansiado orgasmo.

- ahhh Osamu -

Se perdió en su mirada, sus ojos lo observaban con hambre, iba a ser devorado por aquel castaño y lo quería, quería sentir ser tomado por él.

- Chuuya, eres solo mío... -

- si... Osamu... -

Osamu

...

Despertó, su respiración de encontraba agitada y ligeras gotas de sudor perlaban su inmaculada piel ¿que había sido ese sueño? ¿porque tenía esas fantasías con ese detective? Aun podía escuchar su voz llamándolo, se iba a volver loco si continuaba así.

La tenue luz del sol se adentraba por la amplia ventana de la habitación, afortunadamente estaba completamente solo, suponía que Anya debía estar con Hikari tomando el desayuno o viendo alguna serie de televisión así ella no podía verlo en ese estado tan sucio y patético, teniendo un sueño húmedo con aquel que los recibió en su hogar.

- soy un maldito enfermo -

Cubrió su rostro con ambas manos, la erección continuaba ahí, necesitaba tomar una ducha fría pero no quería ser visto salir, tendria que ser rápido para llegar al baño.

Dio una profunda calada de aire y luego se levantó tomando una toalla antes de acercarse a la puerta, tomo la perilla y tras abrir camino lo más rápido que pudo hasta su objetivo cerrando de inmediato detrás suyo.

Todo salió bien, llegó sin problemas, nadie lo vio o eso creyó cuando un par de golpes a la puerta llamaron su atención.

- Chuuya ¿estas bien? -

Se maldijo a sus adentros al escuchar la voz del castaño, no podía ser nadie más ¿cierto?

- e...estoy bien, solo me sentí un poco mal - su voz tembló, que patético se sentía, no era un adolescente que no controlará sus hormonas y aun así estaba sufriendo por las mismas

-¿estas seguro? si necesitas que te traiga algo... -

- no, estoy bien en serio, solo un poco de malestar, me daré un baño quizás con eso se me quite- recargo la frente sobre la madera de la puerta cerrando sus ojos, quería que continuará llamándolo con esa voz tan dulce con la que siempre lo trataba, quería ser tocado por sus manos, quería...

Debía volver a la realidad, eran enemigos y él estaba con Fyodor.

- esta bien si necesitas algo estamos en el comedor -

- gracias, iré enseguida-

Sin más demora entró a la regadera con el agua más fría que pudo.

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- mamá- la pequeña azabache se levantó a toda prisa de la silla al ver a su madre salir por el pasillo rodeando sus piernas en un tierno abrazo

- Buenos días cariño, ¿tienes hambre? te preparare algo rico de desayunar - la tomo entre sus brazos para volver a la cocina con ella donde un par de castaños ya se encontraban

- Hikari kun me preparó un chocolate caliente mamá- dijo con emoción señalando la mesa - y también unos panqueques -

- ¿en serio? ¿le diste las gracias? - la dejó nuevamente en la silla para que pudiera terminar su desayuno

- si lo hizo, Anya chan es una niña muy buena - respondió el mayor dejando una taza de café junto un par de pastillas delante del pelirrojo - ¿te sientes mejor Chuuya? -

- si, lamento preocuparlos- se acercó al más alto para ayudarle a servir los panqueques

- descuida, se que es normal tener malestares en tu estado, tu cuerpo aun se esta acostumbrando al embarazo -

- si, el embarazo es complicado - desvío la mirada esperando que ninguno de los presentes note el tono carmesí que iluminó sus mejillas

Estar los cuatro degustando los alimentos en una misma mesa le hacia sentir una verdadera calidez en su corazón, parecían una familia como las que salían en televisión, su hija se veía feliz y tanto Dazai como Hikari habían sido muy amables con ellos, le era difícil creer que llevaban casi dos semanas viviendo con ellos.

Cuanto deseaba que esa sensación dure un poco más y Fyodor aunque le doliera lo abandone, le lloraría un poco pero podría salir adelante con sus hijos, intentaria olvidar lo que pasó y darse una oportunidad con Dazai.

Lastima que eso estaba lejos de suceder.

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-lo encontramos, se encuentra con uno de los detectives el lugar esta rodeado por miembros de la Mafia Portuaria así que será difícil el acceso-

- ya veo, mantenganme informado - dio como última orden aquel extranjero mientras revisaba las cámaras cercanas al centro, lugar donde sería su próximo movimiento - Chuuya te haré pagar tu traición -

Un Nuevo Comienzo ~ SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora