Capítulo 8-Cartas

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Se abrieron las puertas y Jon Nieve salió apareció enfrente mía con una mirada desconcertada.
-Rhoslyn, ¿eres tú? -preguntó mirándome de arriba a abajo.
-Sí, soy Rhoslyn.
-He oído rumores sobre ti, que viste cómo murió Robb y que te obligaron a casarte con Ramsay Bolton.
Decidí que debía actuar y lloré, como si fuera la típica niña sensible. Jon me miró, dubitativo pero me abrazó.
-Te prometo que no te volverá a hacer daño, Rhoslyn.
Nos dirigimos al interior y, al parecer, tenían una reunión. Sansa se encontraba allí y me miró, sorprendida. No nos habíamos llevado muy bien en Invernalia cuando nos conocimos. Había un hombre pelirrojo y una mujer con pelo muy corto, a la que enseguida identifiqué como Brienne de Tarth. Al otro hombre no le conocía.
-¿Qué te hizo Ramsay?-preguntó Jon-Necesitamos saberlo.
Decidí llorar otra vez y todos me miraron con pena.
-Me v-violó, me torturó y me obligó a hacer cosas-dije "temblando".
-¿Qué cosas te obligó a hacer?-volvió a preguntar Jon.
Volví a llorar y Sansa me miró comprensiva.
-¿Es que no ves que está temblando, Jon? Vamos, Rhoslyn, sígueme-dijo ella llevándome a una habitación-Estos son tus aposentos a partir de ahora.
Me dirigió una mirada cálida y yo se la devolví.
-Bueno, te dejaré sola para que te instales- dijo tras un silencio incómodo.
Me senté en la cama y eché un vistazo a la habitación. Era simple pero cómoda y por la ventana se podía ver un paisaje impresionante y lleno de nieve. Debía averiguar esa misma noche cuántos hombres tenía el ejército de Jon. Vino mi nueva doncella, llamada Mayla y me preparó un baño relajante. Después de eso, me ofreció un vestido pero yo me negué y me vestí con unas prendas que me regaló Ramsay. Me dirigí al comedor para cenar y vi que allí estaban Jon y Sansa discutiendo. Me oculté en la puerta para escucharlos y Sansa dijo:
-¡Necesitas más ejército, Jon!
-¡Tenemos lo único que las casas del Norte nos han podido dar!
-¡No es suficiente!-replicó ella enfadada.
-¡Ya sé que no es suficiente, pero es lo único que tenemos!
Estaban hablando de su ejército, debía escuchar con atención.
Cuando se calmaron y dejaron de hablar, entré al comedor. Jon y Sansa estaban sentados comiendo y yo me senté al lado de Sansa.
-Hola-dijo ella-¿Por qué llevas esas ropas? ¿Es qué acaso tu doncella no te ha ofrecido ropas acordes a tu posición?
-No, no es eso. Me siento más cómoda con este tipo de ropa. Pensaba que lo recordarías.
Su expresión pasó a una de vergüenza y sus mejillas se tiñeron de rojo. Enseguida adoptó una seria y fría actitud, al darse cuenta de que había conseguido avergonzarla.
-Pues claro que lo recuerdo, solo pensaba que quizás tus... gustos hubieran cambiado.

-Que yo recuerde, tus... gustos te hicieron mucho daño, ¿verdad? Espero que también hayan cambiado.

Ella me dirigió una mirada fulminante. Jon notó la tensión en el ambiente y cambió de tema.

-Bueno, Rhoslyn, ¿sabrías si tu padre, Wyman Manderly, nos enviaría más hombres?-preguntó él con seriedad.

-No estoy segura, pero sé que podría convencerle. Le enviaré una carta ahora mismo-dije levantándome para irme, cuando una voz me sorprendió y me hizo darme la vuelta.

-Muchas gracias, Lady Rhoslyn-dijo Sansa con una pequeña sonrisa.

-Preferiría que me llamaras Rhoslyn, a secas-respondí yo.

-Está bien. Muchas gracias, Rhoslyn.

Me dirigí hasta la puerta pero, de repente, me acordé de algo.

-¿Cuántos hombres tenéis? Debo ponerlo en la carta.

Sansa dudó en decírmelo, pero Jon respondió:

-Tenemos 2.425 hombres. Ya puedes enviar la carta.

Fui corriendo a mi habitación y cogí una pluma y un pergamino. Empecé a escribir una carta velozmente. Cuando terminé, le eché un último vistazo. Ponía esto:

Querido esposo:

Como ya supondrás, he llegado al lugar al que me enviaste. Jon y Sansa no desconfían de mí y he conseguido averiguar cuántos hombres tienen. Su ejército consta de 2.425 hombres. Eso es lo único que he podido averiguar. En cuanto sepa algo más, te informaré.

Tuya por siempre, Rhoslyn.

Envíe la carta con un cuervo que se encontraba en mi habitación y me acosté. Esa noche no pude dormir nada, estuve pensando que corría el riesgo de que la carta se hubiera extraviado en mitad del recorrido. Me levanté para ir a desayunar pero cuando pasé oí a Sansa hablar en voz baja mientras escribía una carta.

-Lord Baelish, necesitamos al ejército del Valle para recuperar Invernalia. Si lees esto, enviádnoslo por mí-la escuché decir.

Lo más extraño de todo era que Jon no parecía saber nada de esto. Me dirigí al comedor, ya tendría tiempo después de informar a Ramsay de aquello. En él comedor, Jon estaba reunido con el hombre pelirrojo llamado Tormund hablando de estrategia y de la guerra.
Jon y yo desayunamos en silencio pero Tormund no paraba de hablar de cómo mató a un gigante cuando era pequeño. Jon me cogió de la mano y nos marchamos, dejándo solo a Tormund.
-Quiero enseñarte una cosa-explicó él llevándome a un ascensor desde donde se podía divisar el Muro.
Lo contemplamos en silencio durante unos minutos hasta que yo comenté que las vistas eran preciosas.
Nos dirigimos al comedor y allí estaba Sansa, con un vestido nuevo y un peinado elegante.
-Buenos días, Rhoslyn.
-Buenos días, Sansa. Jon, acabo de recordar algo, ¿podría ir a revisar si tengo alguna carta de mi padre?
-Está bien-me respondió él.
Me dirigí a mi habitación y volví a escribirle una carta a Ramsay, en la que ponía:

Querido esposo:

He conseguido averiguar algo más. Pensaba que tenían solo 2.425 hombres pero Sansa le está pidiendo a Lord Baelish que la ayude dándole el ejército del Valle. Esto no lo sabe nadie más, ni siquiera ella se lo ha confiado a Jon. Ten cuidado y pídele más hombres a mi padre.
En cuanto sepa algo más, te informaré.

Tuya por siempre, Rhoslyn.

Se acerca el inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora