Se acerca el invierno

Capítulo 8.2-Cartas

RAMSAY POV
El efecto que había causado Rhoslyn en mí se estaba empezando a notar. Llevaba días sin verla y eso me llevó a encerrarme en mi cuarto y no querer ver a nadie. Empecé a recordar cómo nos conocimos, cómo ella me desafiaba, nuestra boda, nuestra primera vez. Todo, absolutamente todo, era mucho mejor con ella a mi lado. Es cierto que la había ocultado cosas, como que asesiné a mi padre, a Walda y a su hijo solo para que ningún hijo de ellos pudiera tener más derecho a Invernalia. También la había engañado, solo una vez, pero lo hice ya que pensaba que eso me ayudaría a sacar a Rhoslyn de mi cabeza. Alguien tocó la puerta, interrumpiendo mis pensamientos.
—Pase—digo yo con una expresión molesta.
Me entregó una carta, era de Rhoslyn.
Mi corazón se llenó de alegría al tener noticias suyas.
—Márchese—le ordené.

Leí la carta y ponía esto:

Querido esposo:

Como ya supondrás, he llegado al lugar al que me enviaste. Jon y Sansa no desconfían de mí y he conseguido averiguar cuántos hombres tienen. Su ejército consta de 2.425 hombres. Eso es lo único que he podido averiguar. En cuanto sepa algo más, te informaré.

Tuya por siempre, Rhoslyn.

Según mi esposa, ellos solo tenían 2.425 hombres. Yo tenía el doble que ellos así que no me preocupé. Recordé cómo mi padre había arreglado un compromiso con Rhoslyn a sus espaldas sin habérselo contado antes. Había oído de la joven Manderly que era fiera, vengativa y diestra con las armas y cuando la conocí, pude comprobar que era verdad. 

Me dirigí a la sala de reuniones ya unos norteños querían hablar conmigo. Cuando llegué, pude ver que tenían a un niño pequeño y a una mujer llena de barro. Fruncí el ceño.

—¿Quiénes son?

—Es Rickon Stark, mi señor—respondieron al unísono.

 —¿Y quién es la mujer?—pregunté extrañado.

—Es una salvaje del otro lado del Muro que dice llamarse Osha—dijeron mientras la empujaban y la tiraban al suelo.

—Son huéspedes y deben tratarse con respeto. Llevadlos a unas habitaciones cómodas—dije levantándome y dirigiéndome a las habitaciones. 

Fui a escribir una carta a Jon Nieve para informarle de que tenía a su hermano Rickon.

«Al traidor y bastardo Jon Snow:

Tú permitiste que cientos de salvajes cruzaran el muro. Tú has traicionado a tu gente. Al Norte. Invernalia es mía, bastardo. Ven y veamos. Tu hermano Rickon está en mi mazmorras. Su piel del lobo huargo en mi piso. Ven y mira. Quiero a mi esposa de vuelta. Envíamela a mí y no te haré problemas a tí y a tus salvajes amantes. Mantenla lejos de mi y yo cabalgaré del Norte y masacraré cada hombre, mujer y niño salvaje que viven bajo tu protección. Verás como los desollaré, verás como mis soldados tomarán turnos para violar a tu hermana y como mis perros devoran a tu pequeño hermano. Luego tomaré tus ojos con una cuchara y dejaré que mis perros hagan el resto. Ven y mira. 

Ramsay Bolton. Lord de Invernalia y Guardián del Norte».  

Tuve que poner varias mentiras sobre lo que le haría a Rhoslyn para que Jon creyera que la había hecho daño. 

Alguien llamó a la puerta mientras enviaba la carta.

—Pase—dije con firmeza.

Osha entró en la habitación y se puso encima de mí diciendo que podía darme lo que quería. Sabía que quería matarme y lo hice yo antes, clavándole el cuchillo en la garganta.

Dos horas después, recibí otra carta de Rhoslyn y decía esto:

Querido esposo:

He conseguido averiguar algo más. Pensaba que tenían solo 2.425 hombres pero Sansa le está pidiendo a Lord Baelish que la ayude dándole el ejército del Valle. Esto no lo sabe nadie más, ni siquiera ella se lo ha confiado a Jon. Ten cuidado y pídele más hombres a mi padre.
En cuanto sepa algo más, te informaré.

Tuya por siempre, Rhoslyn

Me quedé estupefacto al leer la carta. No podía ser, debía reunir más hombres para ganar esta batalla.

La respondí con otra carta en la que escribí que le pidiera a su padre, Wyman Manderly que le diera su ejército, aunque fuese de 2.000 o 3.000 hombres.