Cap 24 Cadena de dolor y culpa parte 2

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Aun no podia creer lo que escuchaba, estaba incitando a su hijo a asesinar a la pequeña Elise. Eduardo lo miraba asustado, era obvio que no habia planeado aquello, tal vez cobardemente penso que su padre le ayudaria a evitar el castigo.

Vi a su padre poner gotas para dormir en un vaso de jugo, y llevarlo a la habitacion de Elise - te traje un juguito - y le dio un beso en la frente, senti nauseas, se lo dio y comenzo a caminar por la habitacion, tomo una pulsera de mariposas y la jugaba en su mano.

- Castigare a Eduardo. En un momento mas vendra a pedirte perdon, luego iremos a la casa a esperar a tu mama.

Eduardo entro, tal como su padre habia previsto, se puso en cunclillas y empezo a hablar - Elie no quise lastimarte... Jamas te volvere a hacer eso lo prometo, necesito que me perdones, y que no se lo digas a nadie, si lo dices se desara nuestra familia, entiendes, seran otra vez solo tu y Amanda- me quede helada, la estsba chantajeando, realmente era horrible, pero entendi su intencion, convencerla de guardar silencio para evitar asesinarla.

- Yo no hice nada malo, se lo voy a decir a mi mama.

- ¡ Que bonitas tus pulseras ! - el padre de Eduardo queria desviar su atencion, tal vez para que Eduardo actuara.

- Me la regalo Corny...

- ¿ Quien es Corny ? ¿ una amiguita ?

- Cornelius, el hippie que vende chacharas afuera de la escuela. - contesto Eduardo de forma distraida.

- Es un nombre extraño ¿ que sabes de el ?

- Es europeo, no se bien de donde, no habla mucho español...nadie lo conoce bien.


Elise se estaba empezando a bostezar, la medicina estaba haciendo efecto, el padre de Eduardo empezo a hablar - un extranjero sin trabajo que ronda los colegios y regala cosas a las niñas...- se acerco a Elise y le puso la pulsera en la muñeca.


Regresaron en el auto a la ciudad, aun habia luz, se estacionaron a varias calles del colegio, que a esa hora se encontraba desierto, caminaron hasta una plaza cercana, estaba bastante descuidada, tenia mucha hierba y el agua en la pequeña fuente estaba verde, Eduardo llevaba en brazos a Elise que ya estaba dormida, su padre iba varios pasos atras, mirando a todas partes. Porque no habia gente en la calle, no podia entender como las cosas les habian salido bien, tal vez era el destino.


Estaba de espaldas a su hijo, volteo para pedirle que se apresurara y lo que vio le causo escalofrios, Eduardo sumergia a Elise en la fuente, ella debia haber despertado ya que manoteaba, Eduardo la mantenia sumergida con fuerza y una sonrisa maliciosa, la sonrisa que yo tanto conocia, se poso fugaz en su rostro. " Es un monstruo" penso, y el sentimiento de miedo lo invadio.


Dejaron ahi el cuerpo sin vida de Elise, regresaron a su casa en el centro, llegaron y ya anochecia, Eduardo se metio a la ducha y su padre se sirvio uun vaso de wiskey, quiso saltar al escuchar el telefono.


- Diga, Amanda que pasa, no esta aqui solo estamos Lalo y yo, voy llegando. Calmate voy para alla, seguro esta escondida por ahi.


Era un mentiroso descarado, lo acompañe camino al colegio. Eduardo no lo acompaño, vi a Amanda joven y hermosa, incluso con lo nerviosa que estaba lucia regia. El la abrazo y dio un beso.


- ¿ Llamaste a la directora ?


- Acaba de contestarme, salio temprano por que tenia cita medica y apenas va llegando a su casa.


- Que negligente ! - me enfureci al escucharlo, pero en parte tenia razon.


- Al parecer la maestra de danza no pudo presentarse, y les dieron la salida antes. La mayoria de las niñas viven cerca.


De verdad que era imperdonable, se que eran " otros tiempos" pero como no se les ocurrio llamar a los padres, y era una escuela cara. Se habian empezado a juntar los vecinos - llevaba su uniforme, o tal vez ya se habia puesto su tutu, es nuevo color lavanda - habia llegado la policia, " lo que hace el dinero " pense amargamente al recordar como trataron a mi mama cuando denuncio mi desaparicion.


- Llame a una amiga que vive aqui a una calle, pense que habria ido hacia alla - en ese momento rompio en llanto- no sabe si fue o no, salio tarde del trabajo. Enrique que tal si la atropellaron, debe tener hambre. ¿Por que no te avise que vinieras por ella? Pense que podria esperar un rato.


Supe que esa misma pregunta se la repitio el resto de su vida...

El regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora