Capítulo 11: Celosa
Tenía que ir a San Marcos, pero estaba agotada y hambrienta para ir hasta la otra punta de la ciudad a pata.
Decidí recargar energía con Yesenia, al día siguiente iría a buscar pruebas a aquel lugar maldito.
Llegue a casa de Doña Bertha justo cuando llegaba Yesenia, la vi saludar a un chico apuesto, de cabello corto y oscuro, alto, delgado y con aspecto triste. Era mi Axel, que se había cortado el cabello, aún así lucia hermoso.
Corrí hacia ellos y comencé a tallar mi cuerpo contra sus piernas, Yesenia se agacho y acarició mi cabeza, Axel me miraba sonriente –¿Es la misma gata que casi me mata del susto? – dijo, mientras se agachaba para mirarme de cerca, sus ojos verdes eran como un sueño y sin pensarlo dos veces, me estire y le bese en la boca, cosa que hizo reír a Yesenia, y a él limpiarse con la mano poniendo cara de asco, debo admitir que me sentí herida, a veces olvidaba que era un gato.
-¿Qué le pasa? Es la segunda vez esta semana que me besa.
-Perdónala, es muy difícil resistir la tentación de robarte un beso.
Los tres nos quedamos mudos ante tal comentario, al parecer Yesenia no pensaba decir eso, y ahora estaba avergonzada, igual que Axel ante tan inesperado piropo, por mi parte estaba asombrada y molesta, le coqueteaba y yo apenas tenía pocos días de muerta.
-Bueno, nos vemos después.-Dijo Yesenia, y entró de forma apresurada a la casa, conmigo en brazos.
Doña Bertha la miraba divertida, con la ceja izquierda levantada, con un gesto de ¡ lo sabía ! Yesenia me puso sobre el suelo, y fue a lavarse las manos- ¿Qué hay para la cena?- Preguntó, pero doña Bertha no perdería la oportunidad de chismorrear.
-Así que te gusta Axel, no andas nada perdida.
-Bertha, no se haga ideas que no son.
-No te hagas pato, conozco esa mirada, así es como mi hermana Laura veía a Juan antes de volverse su novia…y después su esposa.
-Usted me quiere casar con todo el mundo. No es nada de lo que se imagina.
-Tuve dos felices matrimonios…¡ pero qué voy a saber yo !
-No se ofenda, pero él es más joven, y yo solo estoy aquí de paso, en cuanto acabe mi carrera regresaré a casa.
-¿Para qué hacer carrera lejos, si acabarás ayudando a tu mamá con su rancho?
Yesenia se quedo pensando un momento, la había pescado en curva, y no tenia argumentos contra aquella pregunta. Estaba furiosa con doña Bertha, ahí estaba haciéndola de celestina, ¿Qué ganaba con que se juntaran?
En esos momentos no veía a Yesenia como mi protegida, sino como una rival, la observe de pies a cabeza, me dolía admitir que no estaba nada mal, no era alta ni baja, tenía la piel oscura y tersa, el cabello casi hasta la cintura, liso natural y muy negro, de ojos color almendra, tenía buen gusto para vestir, y un lindo cuerpo, la latina perfecta, pensé con amargura. No era el tipo de Axel, no se parecía en nada a mí, era un poco mayor que él, tal vez dos o tres años. La miraba tan fijamente que creo que lo pudo sentir, ya que volteó a donde estaba y me sonrío, luego me dio de comer, eso me hizo sentirme peor que basura, yo analizándola como la competencia y ella procurando mi bienestar.
Me sentí culpable por segunda vez en el día, no tenía ningún derecho a pensar de esa manera, las palabras de mi papá volvieron a mi mente “ no serás Alicia Martínez otra vez “ ahora lo comprendía, aunque eso no lo hizo menos doloroso, perdí mi última oportunidad de ser la novia de Axel cuando decidí no ir a cenar con él, cuando decidí ir a casa de Bernardo ( Eduardo) para volverme famosa, ahora era famosa, los periódicos hablaban de mi como “la Diva de las rosas” que estúpida.
Mi odio hacia Eduardo crecía cada instante, ahora deseaba destruirlo, no me bastaría solo con detenerlo, quería verlo sufrir. Por la mañana iría a buscar las pruebas, acabaría con todo, su relación, su reputación como empresario, su libertad, su vida.
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El regreso
ParanormalEn busca de un sueño Alicia encuentra la muerte , ahora tiene la oportunidad de regresar y detener a su asesino , antes que vuelva a atacar