Capítulo 14: Atrapada.
La ventana daba al patio trasero, algo llamo mi atención, algo que no vi cuando llegue, junto al pequeño cuarto de herramientas había una enorme diana con un par de flechas clavadas muy lejos del punto amarillo que marca el centro, “ eso no estaba ahí” pensé, gire un poco mi cabeza y lo vi, ahí estaba Eduardo, sujetando el arco antiguo que le regalo su novia.
Estuve tan absorta en las apariciones que no le oí llegar ¿Cuánto tiempo había estado dentro de la casa? El sol estaba alto en el cielo, pasaba del mediodía, iba vestido con jeans y una camisa tipo polo de color rojo, era la primera vez que lo veía sin traje, entonces me di cuenta, era su día libre, por algún motivo tenía la idea equivocada que descansaba el domingo, ahora lo tenía claro su descanso era el martes, martes de mala suerte…
Su mirada estaba clavada en la diana, se le veía tranquilo, cogió una flecha del carcaj que llevaba colgado en la espalda, la lanzo, nuevamente había fallado, era impresionante ver lo calmado que estaba, en su lugar yo habría estado malhumorada, haciendo rabietas, su paciencia era su arma más fuerte, era lo que debía quitarle para derrotarlo.
Escuché el ruido de una motocicleta, Eduardo dejo a un lado el arco y saco su billetera de sus pantalones cortos, no podía verlo, pero supuse que ordeno comida, y eso significaba que entraría a la casa a comer, el miedo me entro al darme cuenta que esta vez había señales de mi presencia, había orina en el salón, estaban abiertas las puertas de dos habitaciones en la planta alta, “ tranquila no sabe que eres tú “ pensé en esconderme, pero al dar la vuelta vi que sería inútil, había dejado huellas de hollín por todo el suelo, no tardaría mucho en encontrarme.
Podía bajar aprisa y esperar a que abriese la puerta para salir corriendo, pero entonces me vería, y cuantas probabilidades hay de cruzarse con dos gatos idénticos en una semana, y que además te perjudiquen. Salir por la chimenea sería muy complicado, podría atorarme, no quería imaginar lo que me haría si me encontraba, si no sentía piedad por otros seres humanos mucho menos por una gata.
Decidí que lo más fácil sería salir por la ventana, era una ventana corrediza, me estire para abrir el seguro, eso fue fácil, lo difícil venía ahora, no podía hacer correr la ventana.
Estaba trabada, mi mamá diría ponle aceite, pero no tenía tiempo para ir a la cocina, aparte ¿Cómo subirlo sin un buen par de manos?
Estaba luchando con la ventana, cuando escuche la puerta abrirse, seguida de unos pasos, hasta a mí llegaba el aroma a pizza, mi estomago empezó a protestar –carajo – gritó Eduardo, mi corazón se acelero, era la primera vez que escuchaba rabia en su voz.
Escuche sus pasos en la planta baja, me buscaba, y no tardaría mucho en seguir el rastro de hollín, sin querer empecé a recordar películas de terror, donde las víctimas eran gatos, primero un gato encerrado en una habitación recibiendo toques eléctricos para convencer a un hombre que dejará de fumar o su esposa ocuparía el lugar del gato (1), tres chicas sexys golpeando salvajemente a un gato negro con un atizador de chimenea (2), y un anciano tratando de meter a un gato en un horno encendido (3).
No era momento para acobardarme, todo mi cuerpo estaba en alerta, el instinto de supervivencia estaba arraigado en Alfil mucho más de lo que estuvo en Alicia.
Escuché como subía los escalones, la maldita ventana seguía sin ceder, estaba dispuesta a todo, si me encontraba aquí pelearía…hasta que solo quedara uno de los dos.
Le oí revisar las habitaciones, llegaría hasta a mí en cualquier momento, pensé en saltarle a los ojos eso lo sacaría de combate un momento, tal vez si después le rasgaba la yugular cual vampiro, estaba segura de poder derrotarlo, hasta que lo vi entrar, me miro fijamente, conocía bien esa mirada demencial, la misma mirada que tenía al momento de clavarme el cuchillo, de pronto me sentí pequeña, como una niña de cinco años al ver un monstruo “tengo que escapar” , se me echo encima, y logre esquivarlo por los pelos. Solté un gruñido de pelea, me cogió por la panza, y empezó a zarandearme, le mordí el dorso de la mano.
-¡Maldito animal! te mataré.
Sabía que no era una simple amenaza, me lanzó al piso y me pateo, sentí crujir mis costillas al quebrarse, rasguñe su pierna derecha, el se agacho para tomarme otra vez, y pude arañar su mejilla, me sujetaba con la mano izquierda y con la derecha abrió el cajón de su escritorio, del que saco un afilado abre cartas de plata, yo pataleaba tratando de zafarme, quiso clavármelo en el pecho pero con la flexibilidad que poseía logre atravesar una pata, el dolor fue intenso, logré zafarme, saltándole a la cara, le mordí con fuerza la nariz, sentí su sangre resbalar en mi garganta, él para defenderse me lanzo contra la ventana, que se estrello en el acto.
La caída fue terrible, aunque no había tiempo de descansar, tenía que huir si quería sobrevivir, corrí hasta llegar a la barda, que con dificultad logré saltar, no sabía si me perseguiría o no, pero detenerme no era una opción.
Corrí lo que me parecieron kilómetros, me dolía todo el cuerpo, estaba débil, y mareada por la pérdida de sangre, por fin vi la casa de una de sus vecinas, era un excelente lugar para reponer fuerzas. Sentir el césped bajo mis patas fue una bendición, las fuerzas empezaron a flaquearme, las patas se doblaron, y todo se volvió negro.
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NOTA: las peliculas que mencioné en este cap son
1- El ojo del gato
2- Mas negro que la noche
3-Verano de corrupción
Tengo que agradecer a mi hermanita Yesenia por todo tu amor y paciencia, besos bebe
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El regreso
ParanormalEn busca de un sueño Alicia encuentra la muerte , ahora tiene la oportunidad de regresar y detener a su asesino , antes que vuelva a atacar