La vi cubrir el cuadro con una sabana blanca, y correr a la otra habitacion, la curiosidad por ver el cuadro me picaba, pero algo me hizo detenerme un grito seguido de una risa, Eduardo llegó, y no lo sentí ! cómo no note su aroma? debía ponerme mas alerta a cualquier movimiento, de eso dependia mi triunfo.
Verlo me provocaba un raro dolor en todo el cuerpo, era como revivir la pelea, le cobraria cada herida, pero este no era el momento.Espere pacientemente.Todo parecia tan irreal, como un deja vu interminable, ahí estaba yo espiando de nuevo al hombre que me quito la vida. Alguien mas en el mundo podría decir lo mismo?
Después de un rato los vi salir, ella lucía muy elegante, con un minivestido gris de manga larga, no parecía la misma persona que acababa de ver poco antes, la locura habia desaparecido por completo de su rostro, ahora solo habia brillo, el brillo que solo puede dar el amor. Quise seguirlos, pero mi instinto me dijo que era mas importante ver los cuadros, además si estaba con su novia era obvio que no iría tras Yesenia esa noche.
Entre en el apartamento, tire de la sabana que cubría el cuadro, lo que vi me lleno de terror. La imagen de un bebe llorando, rodeado de fuego, el fuego parecia salir de los dedos de una mujer horrible, una bruja que sonreía de forma demencial, casi diabolica. Por un momento imaginé a Eduardo secuestrando a un inocente bebe, esa idea me produjo náuseas. Eso no sucedería, jamás, me encargaría de que no volviera a lastimar a nadie.
Podía ver claro como aquellos cuadros habian alimentado la retorcida mente de Eduardo, pero eso no era suficiente evidencia, no quería volver a San Marcos, pero no había alternativa, regresaría a ese lugar, aunque sabía que eso podía costarme la vida, pero primero necesitaba tener un plan para mantener a salvo a Yesenia, mantenerla lejos de Eduardo, regresaría a casa de Doña Bertha y defenderla con todo mi ser.
Regresé a casa de Yesenia, no sabia que hacer para protegerla, cada vez sentia mas proximo mi fracaso. Entré en total silencio, fui hasta su habitación y me acurruque en sus pies amorosamente. Al despertar y no ver a Yesenia me asuste, salte a buscarla, la encontré saliendo de la regadera, me sonrió cariñosamente, aunque note que su sonrisa se desvaneció al verme caminar, porque noto mi cojera, me dedicó unos minutos para llenarme de caricias.
La seguí hasta el comedor, Doña Bertha había cocinado huevos con tocino, el aroma era deoicioso, claro nadie le ofrece esa clase de comida al gato.
- Creí que nos habíamos librado de esa plaga.
- Ay Bertha no sea mala, mirela parece que la atropellaron o algo.
- Cuando tengas tiempo libre llevala a algún refugio.
Tenia que resolver todo rápido, si me llevaban a un refugio me seria imposible detener a Eduardo. Las escuche hablar sobre trivialidades, nada que interesante, hasta que Doña Bertha mencionó un nombre: Arturo.
- Cuándo verás de nuevo a Arturo? Ya completaste el enganché?
- Ya casi, solo dos mil mas y me olvidaré del transporte publico.
- Te saldría más barato si te enrollaras con él.
- No soy su tipo. Lo llamaré el fin de semana, dijo que traería un Jetta blanco seminuevo.
No lo verás ni este ni ningún otro fin, pensé, salte a la mesa y cogí su móvil, corri con el hasta el cuarto de baño, lo eche al retrete y jale la palanca.Me tarde mas en hacerlo que en pagar las consecuencias, Yesenia me levantó y me golpeó con furia, es increible como alguien puede pasar de la dulzura a la violencia en cuestión de segundos, mi cuerpo resintió los antiguos golpes, sin quererlo solte un alarido, demasiado humano, eso hizo que me soltara.
- Eso fue raro, como si supiera cómo funcionan ambas cosas.
- Si fue muy raro, tendré que comprar otro, lo bueno es que tengo todos mis contactos apuntados en la agenda.
- Eso admiro de ti, jamás pude ser tan organizada.
- Mejor me voy antes que Alfil robe mi billetera.
Me mantuve alejada, aunque el momento de ira habia pasado, el dolor seguia palpitando, aunque quería seguirla, mi cuerpo me lo impidió. Me quede acompañado a Doña Bertha, que no dejo de analizarme, me hablaba soltando alguna tontería de vez en cuando, fingi ser un gato común el resto de la mañana, mientras ideaba un plan que me permitiría salvar a Yesenia sin ponerme en riesgo.
Tenia que encontrar la dichosa agenda y borrar el nombre de Arturo, ahora sabía más sobre su plan, se hacía pasar por vencedor de autos usados, casi pude ver su plan, le muestra el auto y ella sube por voluntad propia, con su encanto la hace conducir mucho hacia San Marcos... no esta vez querido Eduardo.
Pase horas buscando la agenda, registre cada rincón de su habitación sin exito, eso solo dejaba una posibilidad, su bolso, lo haría durante la noche, aunque sabía que eso no detendría por mucho a Eduardo, el era muy ingenioso y seguro tendía otra forma de acercarse. Solo me quedaba una idea, la que había estado evitando...Axel!!!
Como hacer para acercarlos, mire alrededor y la respuesta me llego del cesto de ropa recien lavada, solte una carcajada felina, podía imaginarme la cara de Axel rojo como tomate, tome el brasiere más llamativo que vi, morado con corazones verde limón, mire por la ventana, no tengo idea de cuanto estuve ahí estatica, hasta que vi regresar a Axel guapisimo como siempre, sin pensarlo salte sobre el, con el bra en el hocico.
Su expreción fue fabulosa, primero palideció al sentirme caerle encima, luego se puso colorado jajaja, luego vino el cambio de expresión en su rostro, el que esperaba y temía, y es que por su sonrisa supe que estaba pensando en la dueña de aquella prenda...y como se le veria puesta.
Coociendo a Axel como lo conocía, supe que iría a entregar el bra a su legitima dueña, es sorprendete como siendo Alfil era mejor improvisando de lo que jamás fui como Alicia.
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El regreso
ParanormaalEn busca de un sueño Alicia encuentra la muerte , ahora tiene la oportunidad de regresar y detener a su asesino , antes que vuelva a atacar