The martian way

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Isaac Asimov 

A lo marciano 

...y otras historias

A lo marciano (The Martian Way; 1952) 

Juventud (Youth, 1952) 

En lo profundo (The Deep, 1952) 

Engañabobos (Sucker Bait, 1954)

A lo marciano

Desde la entrada al pequeño corredor que unía las dos cabinas en la proa de la astronave, Mario 

Esteban Rioz miraba con gesto irritado cómo Ted Long ajustaba con dificultad los mandos del video. 

Long probó ligeramente hacia la derecha y luego hacia la izquierda: la imagen era defectuosa. 

Rioz sabía que seguiría siendo defectuosa: estaban excesivamente lejos de la Tierra y en mala 

posición, cara al sol. Pero no cabía esperar que Long lo supiese. Rioz siguió de pie en la entrada por 

unos instantes, con la cabeza gacha para no tocar en el dintel superior, y el cuerpo encogido para 

adaptarse a la estrecha abertura. Luego saltó hacia la cocina como un tapón que salta de una botella. 

-¿Qué buscas? -preguntó. 

-Creí poder captar a Hilder -dijo Long. 

Rioz apoyó su trasero en el ángulo de un estante que servía de mesa, cogió un envase cónico de 

leche del estante superior, lo alzó por encima de su cabeza y el vértice saltó al presionarlo. Lo hizo 

girar suavemente para que se calentara. 

-¿Para qué? -preguntó mientras invertía el cono, y luego sorbió ruidosamente. 

-Pensé que podría oírle. -Eso es malgastar energía. Long le miró con el ceño fruncido. 

-Es habitual la libre utilización de los videos personales. -Dentro de ciertos límites -repuso 

Rioz. 

Sus miradas se cruzaron desafiantes. Rioz tenía el cuerpo largo y enjuto, y rostro de mejillas 

hundidas, invariable distintivo de casi todos los chatarreros marcianos, hombres del espacio que 

vagaban pacientemente por las rutas interplanetarias: entre la Tierra y Marte. Sus ojos, de un azul 

pálido, estaban profundamente hundidos en el rostro moreno y arrugado, que á su vez se destacaba 

sobre la blanca piel sintética que rodeaba el cuello de su chaqueta espacial. 

En conjunto, Long era más pálido y suave. Tenía algunos rasgos terrestres, aunque ningún 

marciano de segunda generación podía parecer un hombre de la Tierra. Incluso el cuello de su 

chaqueta estaba doblado, y dejaba ver su cabello castaño oscuro. 

-¿Qué son para ti ciertos límites? -preguntó Long. 

Los delgados labios de Rioz se hicieron aún más delgados: -Ya que en este viaje, tal como van 

las cosas ni siquiera cubriremos gastos, cualquier despilfarro de energía no es razonable. 

-Pues, si perdemos dinero -dijo Long-, ¿no sería mejor que regresaras a tu puesto? Estás de 

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2015 ⏰

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